El Holoceno. Los últimos 12000 años de calentamiento global
El Holoceno es el periodo más próximo a nuestro tiempo, y es por tanto el que más información detallada nos proporciona sobre la historia del clima terrestre.
Gráfico de los últimos 15000 años de cambios climáticos.
Indice.
1/ 12000-9000 a.C. Mesolítico. Aumenta la temperatura terrestre.
2/ Hace más de 8500 años, Óptimo climático del Holoceno. Neolítico. El clima se siguió calentado
3/ Desde el 6000 a.C. Calcolítico. Clima cálido.
4/ Hacia 3200 a.C. Holoceno Neoglacial. El clima fue enfriándose.
5/ Hacia el 2300 a.C. Final abrupto del Calcolítico. Fluctuación climática, frío.
6/ 1200-500 a.C. Paso de la Edad del Bronce a la del Hierro Clima frío y seco. Caída de civilizaciones
7/ 300 a.C.-200 d.C. La Bonanza Romana. Clima cálido.
8/ S III d.C… El cambio climático que acabó con el imperio romano “Los años oscuros”. Clima frío.
9/ 800-1300 d.C. Periodo Medieval Cálido u Óptimo Climático Medieval
10/ S XIV hasta S XIX. La Pequeña Edad de Hielo
11/ Desde 1850 hasta la actualidad. La Fase Cálida Actual.
12/ Evolución de las temperaturas en el S XX. Sigue aumentando la temperatura
1/ 12000-9000 a.C. Mesolítico. Aumenta la temperatura terrestre.
Tel Qaramel (Siria) 10900 a.C. es un recinto arqueológico al norte de Siria que reúne un conjunto amurallado con cinco torres datadas entre 10900 y 9500 a.C. y casas agrupadas.
Gobekli Tepe (Turquía), 9000-8000 a.C. pudo ser el primer templo de la historia. Este recinto sacro estuvo constituido por un número indeterminado de templos, construidos unos encima de los otros, en cronología sucesiva. Al parecer el templo más antiguo puede datarse hace 10000 años o más. Inscripciones en alguna de las grandes piedras de este conjunto de templos, como la “piedra del Buitre”, describen un gran cataclismo producido entre hace 11000 y 12500 años.
Al parecer algo ocurrió, algo muy importante, una catástrofe relacionada con el clima que afectó tanto a la humanidad, que jamás fue olvidado. Así lo reflejaron monumentos rituales en Gobekli Tepe.
El Holoceno trajo grandes cambios humanos, tras grandes cambios climáticos.
Hace unos 12.000 años se produjo un acontecimiento que determinaría el destino de aquellas gentes para siempre: el cambio climático. Finalizó una larga etapa conocida como la Glaciación de Würm, que había durado 70.000 años, lo cual trajo consigo una inesperada modificación de los patrones climáticos a nivel planetario. En África, las lluvias anuales del monzón tropical que hasta entonces solían limitarse al centro del continente se desplazaron hacia el norte. Durante los siguientes cuatro milenios el Sahara disfrutó de una intensa estación húmeda: cada año, en determinada época, llovía abundantemente sobre el desierto.
Japón, Indonesia y Australia se convirtieron en islas.
2/ Óptimo climático del Holoceno. Neolítico. Hace más de 8500 años, el clima se siguió calentado
El final del período glacial trajo más lluvia al Sahara, a partir del año 8000 a. C. hasta el 6000 a. C. quizá debido a la existencia de áreas de baja presión sobre las capas de hielo polar del norte. Una vez que las capas de hielo desaparecieron, el norte del Sahara se secó. En el sur del mismo, no obstante, la tendencia hacia mayor sequedad pronto fue contrarrestada por el monzón, que trajo lluvia más hacia el norte de lo que lo hace hoy en día. En este período, todavía existía un clima monzónico en el sur del Sahara.
La placa de hielo de varios kilómetros de grosor que cubría gran parte de Norteamérica se estaba derritiendo y las aguas formaron un lago gigantesco, el Lago Agassiz, de 440.000 Km², en medio de los glaciares. Al principio el lago estaba retenido dentro de las barreras de hielo, pero hace 8.200 años se redujeron tanto que se acabaron por derrumbar y todas sus aguas se derramaron sobre el continente, arrasándolo.
Antes de esa época Gran Bretaña y Francia debieron estar unidas por tierra, pero la subida del nivel del mar las separó, obligando a los habitantes del istmo a abandonar sus hogares con gran rapidez.
También Turquía y Grecia estaban unidas, el Mar Negro era un lago muy grande de agua dulce pero a cientos de metros bajo el nivel del Mediterráneo. Al subir el nivel del Mediterráneo, sus aguas superaron el istmo del Bósforo y las del Mar Negro se volvieron salinas.
Este calentamiento global dará lugar al periodo Neolítico. Con él la agricultura y la ganadería empezaron a practicarse en diferentes lugares del planeta de manera independiente y en distintas fechas. La primera región donde se encuentran pruebas de la transición de unas sociedades de cazadores-recolectores a otras de productores fue Oriente Próximo, hacia el 8500 a. C., desde donde se extendió a Europa, Egipto, Oriente Medio y, quizás, el sur de Asia.
Los asentamientos humanos desarrollados en el Neolítico tendrán como consecuencia el inicio de las grandes ciudades y las organizaciones político-sociales.
7911 a.C. Una serie de siete erupciones volcánicas masivas proporciona cielos volcánicos y temperaturas más bajas durante varios siglos, hasta el 7090 a.C.
7640 a.C: fecha teorizada para el impacto del hipotético bólido de Tollmann con la Tierra y el cataclismo global asociado
Como resultado del deshielo en 8200 a.C. hubo un fuerte descenso de las temperaturas del planeta que se extendió durante 160 años
El poblado de Jarmo, representa el inicio neolítico de la civilización mesopotámica, perduró desde 7000 a 4950 a.C. presentando su punto álgido hacia 6000 a.C. Fue un pequeño poblado de 20 casas en el actual Kurdistán iraquí.
3/ Calcolítico. Desde el 6000 a.C. Clima cálido.
La cultura Hassuna-Samarra representa a los inicios de la Edad del Cobre mesopotámica, fechándose entre 5600 y 5000 a.C. La cultura de El Obeid corresponde al periodo protohistórico mesopotámico, datándose entre 5600 y 3700 a.C.
Es un poblamiento de la Baja Mesopotamia, cercano a Ur, y se la considera como el primer estadio de la civilización sumeria. El periodo de Uruk comprende entre 3800 y 3200 a.C. de la historia de Mesopotamia. Durante él aparece la escritura, la rueda y el torno alfarero. Al final del periodo comenzó a utilizarse el bronce, producido a partir de cobre y estaño. Ur, su ciudad, fue la primera gran urbe de la humanidad. Necrópolis de Varna 4600-4200 a.C., en Bulgaria, perteneciente al periodo Calcolítico, reúne gran cantidad de armamento, cerámica, joyas y elementos de una importante civilización, que desapareció hacia 4200 a.C. Se considera a Varna como el inicio de la civilización europea.
Hacia el año 4200 a. C., el monzón se retiró hacia el sur, en el entorno donde se encuentra hoy en día, conduciendo hacia una progresiva desertificación del Sahara
El dolmen de Menga, Antequera (Málaga) fue construido entre 3750-3650 a.C., hace 5750-5650 años. Representa la edificación de grandes estructuras en la civilización del Neolítico en el sur de España.
4/ Holoceno Neoglacial. Hacia 3200 a.C. el clima fue enfriándose.
Las temperaturas en Europa descendieron abruptamente y el clima en el Creciente Fértil se hizo más frío y seco. Las sequías agotaron las cosechas y escaseó el alimento.
Muchos tuvieron que emigrar buscando zonas más fértiles, llevando sus semillas y técnicas de cultivo.
El actual Golfo de Adén, al norte de Arabia, eran tierras fértiles regadas por el Tigris, el Éufrates y otros muchos ríos que regaban Arabia e Irán.
Mientras todas las zonas costeras del mundo antiguo se inundaban, la catástrofe no fue tal en el desierto del Sahara. Allí se formaron extensas praderas que fueron pobladas con gran cantidad de animales y muchos asentamientos humanos que vivían en las orillas de una gran red de ríos y lagos. Durante varios miles de años, entre el 10.000 y el 3.500 a.C., el Sahara era fértil. Después, en un periodo de tiempo corto, dejaron de llegar las lluvias, las praderas se agostaron, los ríos y lagos desaparecieron, los animales murieron o emigraron.
La población humana se desperdigó hacia las costas de África, y una parte encontró la supervivencia en las costas del río Nilo, dando origen a la civilización de Egipto.
Una sequía que duró entre 200 y 300 años, producida por un cambio climático, pudo haber sido la causa de la desaparición de la cultura sumeria, al haber producido una gran agitación social. Esta anomalía climática se produjo hacia el 2200 a.C.
En otras zonas del mundo también aparecieron grandes desiertos. En Asia Central, en Australia, en Sudamérica y Sudáfrica.
Una simple y pequeña variación en la inclinación del eje de la Tierra hizo que las lluvias dejaran de regar esas antiguamente fértiles tierras convirtiéndolas en desiertos.
Hacia el 2300 a.C. Final abrupto del Calcolítico. Fluctuación climática.
El estudio de los poblamientos de la Edad del Cobre en Valencina de la Concepción (Sevilla), uno de los mayores asentamientos europeos de esta época, indica que hubo un abandono del enclave de manera abrupta debido a una crisis social derivada de fluctuaciones climatológicas en el ámbito del Mediterráneo y Europa. El poblamiento se alargó unos 900 años, desde 3200 a 2300 a.C. momento en el que comenzó un periodo de mayor aridez y sequedad que tuvo consecuencias severas para la sociedad.
En el Suroeste peninsular, se conocía un cambio cultural notable entre el Calcolítico y la Edad del Bronce, reflejado por ejemplo en los enseres, poblados o las formas de vida. Se produce un acusado incremento de la población durante el Calcolítico, la población alcanzó su momento álgido alrededor del 2800 antes de Cristo. En contraste, durante la Edad del Bronce se observa un aumento abrupto de la aridez ambiental paralelo a un descenso de la actividad humana. Es decir, que desde 2200 antes de Cristo el contingente de población en la zona se desplomó.
La cultura de Los Millares (Almería) 3200-2200 a.C. coincide con el comienzo del enfriamiento, y el desplazamiento o emigración hacia zonas más cálidas como ésta. Representa el desarrollo urbano
5/ Edad del Bronce
a/ Bronce Antiguo
Edad del Bronce en Mesopotamia
Fue en Sumeria donde comenzó a usarse el bronce a finales del IV milenio a. C. Uruk fue la ciudad sumeria más grande conocida en la transición del IV al III milenio a. C. Posteriormente prevaleció, durante siglo y medio, el Imperio acadio. Tras su caída se produjo un renacimiento sumerio. Babilonia la reemplazaría durante el Bronce final. En el siglo XVIII a. C., durante el reinado de Hammurabi, Babilonia alcanzó su máximo esplendor, utilizando la fuerza y la diplomacia extendió sus dominios a toda Mesopotamia.
Edad del Bronce en el Próximo Oriente
Destacaron dos ciudades-estado cuya economía fue básicamente comercial: Ebla y Ugarit. La primera, situada en el norte de la actual Siria, es famosa por las veinte mil tablillas cuneiformes halladas en un palacio de los siglos XXV-XX a. C.
Edad del Bronce en África
En el Antiguo Egipto el bronce comenzó a usarse durante el Protodinástico, hacia el 3150 a. C.
Edad del Bronce en Europa
Hacia la mitad del III milenio a. C. en el ámbito del mar Egeo se detecta una clara continuidad con el período anterior, el Calcolítico o Edad del Cobre, hasta el 2300 a. C. no se consiguió en Creta producir verdadero bronce
Bronce Antiguo en la Península Ibérica
El tránsito entre el Calcolítico y el Bronce se manifiesta durante la segunda mitad del III milenio a. C.
Bronce Antiguo en el resto de Europa
En Europa Central el bronce fue introducido hacia el año 1800-1600 a. C. y en Europa Atlántica 2000-1400 a. C.
b/ Bronce Medio o Pleno
En el Egeo este periodo es denominado en Creta Minoico medio, Neopalacial o de los segundos palacios (1700-1400 a. C.)
En la Península Ibérica, a partir del 1650 a. C. se ha constatado una desestabilización de la sociedad argárica en la cual confluyeron factores como el agotamiento de los campos y bosques, la modificación de los sistemas productivos y posibles conflictos internos. Todo ello condujo a una decadencia irreversible y el abandono de los poblados hacia 1500 a. C. También los yacimientos ligados al Bronce Manchego tienden a desaparecer a partir del 1500 a. C., es posible que una de las causas fuera un deterioro climático.
En Europa Central el Bronce Medio abarca en entre 1600-1200 a. C.
c/ Bronce Final, Reciente o Tardío
Se desarrolló, aproximadamente, entre el 1300 y el 800-700 a. C. El cataclismo producido por la llegada de los Pueblos del Mar tuvo como consecuencia, a finales del Bronce Reciente, que el Mediterráneo oriental experimentara cambios que afectaron a los Imperios, Estados, reinos y ciudades desde el Mediterráneo central hasta la Alta Mesopotamia, al mismo tiempo que aparecían pueblos como los Filisteos, Arameos, el asentamiento de Israel, los reinos de Moab y Edom.
En el Egeo el Bronce final correspondería con el auge de la civilización micénica en la Grecia continental e islas. Hacia el 1200 a. C. esta sociedad desapareció bruscamente y con ella todo rastro de escritura, entrando en la llamada Edad Oscura.
En la Península Ibérica en algunos asentamientos argáricos hay continuidad poblacional entre el 1300 y el 1000 a. C., aunque las estructuras constructivas son menos sólidas que anteriormente y más heterogéneas, desapareciendo cualquier tipo de defensas. Durante el Bronce Tardío destacó en la Meseta la cultura de Las Cogotas, sociedad ganadera.
d/ Crisis del Bronce Final
Hacia el 1200 a. C. la sociedad micénica colapsó, El Imperio hitita se derrumbó bruscamente alrededor del 1180 a. C., siendo destruida completamente su capital, Hattusa. La antaño floreciente Ugarit fue abandonada y hay constancia de ataques armados en la costa fenicia, en Israel (por parte de los filisteos) y en Egipto, donde fueron rechazados los denominados pueblos del mar. Mientras, la guerra de Babilonia contra Asiria y Elam provocó la disolución de la dinastía casita en 1154 a. C.; unas décadas después, Elam volvió a desaparecer de la historia tras el saqueo de Susa, su capital. Hacia 1050 a. C., Asiria también se sumió en el silencio durante más de un siglo. Los sucesos son conocidos solo a partir de un puñado de fuentes, como las Cartas de Ugarit y los relatos egipcios sobre los «Pueblos del Mar». Pasado el año 1050 a. C., desaparecen los escritos, y todo el período de 1050 al 934 a. C. es considerado como una época oscura.
6/ Paso de la Edad del Bronce a la del Hierro (1200-500 a.C.). Clima frío y seco.
1200 a.C. Caída de civilizaciones
Hacia el 1200 a.C. muchas civilizaciones cayeron, una tras otra. Las fuentes históricas hablan de un pueblo procedente del mar que desembarcó en las costas mediterráneas, atacó y destruyó imperios que se habían formado y prosperado durante la Edad del Bronce. Desde el 3200 al 1200 a.C. el nivel de lluvias fue disminuyendo de una forma lenta pero constante. A partir de esa fecha el clima se había vuelto tan frío y seco que muchos pueblos del Norte del Mediterráneo huyeron de una tierra cada vez más inhóspita y acudieron a las costas egipcias y de Oriente Próximo, donde esperaban encontrar unas tierras más fértiles y ricas.
En Egipto, Ramsés III consiguió rechazar a esos invasores conocidos como Los Pueblos del Mar, pero eso no bastó para salvar a Egipto de la sequía que persistió durante las siguientes décadas y cuyos efectos se prolongaron por varios siglos.
La actividad humana comenzó a disminuir después del 900 a.C. y cayó rápidamente después del 800 a.C., indicando un colapso de la población. Pero los registros climáticos señalan que las condiciones más frías y húmedas empezaron a darse 50 años más tarde. La disminución de población de este periodo no puede haber sido causada por el cambio climático. La decadencia se debió más bien a las tensiones sociales y económicas provocadas por la llegada de la metalurgia del hierro. Esta innovación dio al traste con las estructuras jerárquicas establecidas para producir el bronce, ya que conseguir sus componentes (el cobre y el estaño) requería una organización compleja, dominada por una élite guerrera, y largos desplazamientos. A pesar de que el cambio climático no fue directamente responsable del colapso, las malas condiciones climáticas que debieron afectar a la agricultura, lo cual afectó evitando la recuperación de la población durante siglos. Se han encontrado pruebas de un cambio rápido en el clima a condiciones mucho más húmedas, en 750 a.C.
7/ La Bonanza Romana. 300 a.C. Clima cálido.
Sobre el año 300 a.C. que el clima se hizo más benigno. Las temperaturas en Europa subieron y las lluvias se tornaron más regulares.
La expansión del imperio romano, desde el 100 a.C hasta el 200 d.C. coincidió con una estabilidad climática y un nivel bajo de actividad volcánica. Los estudios indican que bajo el mandato del emperador Augusto las temperaturas estivales medias eran, al menos, un grado superior a la media climática actual.
Los veranos cálidos y húmedos, seguidos de inviernos templados, caracterizados por una escasa variabilidad en las condiciones meteorológicas, fortalecieron la economía y permitieron la prosperidad del comercio. Durante esta época el cultivo de la vid se extendió a gran parte de Alemania e, incluso, de Inglaterra. La bonanza climática se tradujo en abundantes y regulares cosechas de cereales en los “graneros imperiales” (Hispania, Egipto), lo cual favoreció la expansión del Imperio.
El efecto de bonanza llegó incluso al Norte de África que con frecuentes y regulares lluvias permitió que prosperara la agricultura.
Y con un clima cada vez más benigno, Roma prosperó y creció, pudiendo conquistar todos los países de la costa mediterránea y extenderse hacia el Norte de Europa.
El registro escrito en los anillos de los árboles de la era romana indica que sobre el siglo I a.C el clima era muy regular y estable y la temperatura era de media unos 2 grados mayor que la de los siglos anteriores.
Antes de esto, las montañas alpinas cubiertas de glaciares habían impedido que Roma se expandiera hacia el norte.
También en China el clima estable permitió incrementar la producción agrícola del río Yang Tsé, generando grandes excedentes que ayudaron a formar un gran imperio a partir del año 221 a.C.
8/ El cambio climático que acabó con el imperio romano (S III d.C.). “Los años oscuros”. Clima frío.
En el siglo III el clima cambió, se produjeron grandes sequías, descensos bruscos de la temperatura y precipitaciones intensas en periodos más irregulares. A esto hay que añadir que entre los años 235 y 285 hubo hasta cinco erupciones volcánicas. El clima se hizo más frío y seco, empeoró la producción de alimentos, lo cual propició que los tributos e impuestos destinados a Roma se fueran menguando progresivamente. El cambio climático puso en jaque la economía imperial y el Imperio se fue debilitando lentamente.
Los inviernos se hicieron especialmente más rigurosos en las zonas del norte de Europa y las malas cosechas espolearon a los bárbaros a atravesar los ríos Rhin y Danubio e internarse en las zonas del sur de Europa, en donde las condiciones climáticas eran más favorables. Los pueblos del norte presionaron también las fronteras de los imperios sasánida y gupta.
Fue imposible contener, ni mediante la fuerza ni con la diplomacia, las masivas migraciones de los pueblos germanos. Los galos llegaran a Hispania en el 260 y tres años después los godos tomaron Efeso, en la actual Turquía; en el 410 los visigodos, comandados por Alarico I, saquearon por vez primera Roma. A partir de entonces nada volvería a ser igual, la civilización romana estaba herida de muerte.
El clima siguió siendo muy inestable, sobre todo en el año 536. Las crónicas europeas narran como aquel año el Sol se volvió mortecino y apenas daba calor. También los chinos describieron que en esas fechas se produjeron nevadas en pleno verano, sequías, pérdida de cosechas y hambrunas letales.
Durante mucho tiempo este enfriamiento global fue un misterio, pero recientemente se ha estudiado que la causa pudo ser la gigantesca erupción del volcán Ilopango, en el Salvador, que formó una caldera de 17 Km.
9/ 800-1300 d.C. Periodo Medieval Cálido u Óptimo Climático Medieval
En Europa las temperaturas siguieron subiendo, iniciando una de las épocas más fértiles y prósperas de la historia. El clima no sólo era más cálido, también era muy regular, produciéndose las lluvias y los estíos en fechas muy similares todos los años, lo que permitió que los agricultores pudieran planificar sus cultivos consiguiendo cosechas extraordinarias.
El uso intensivo de nuevas tecnologías agrícolas, mejores arados, mejores arneses para los animales de tiro, rotación de cultivos (barbecho, legumbres y cereales) incrementaron la productividad agrícola. Los excedentes permitieron el comercio y la creación de numerosas nuevas industrias. Las ciudades crecieron y se poblaron de comerciantes prósperos. Tres cuartas partes de las grandes ciudades europeas aparecieron en esa época.
La riqueza de todas esas nuevas clases sociales hizo que se crearan escuelas y universidades en las que se fomentó el estudio y la educación. Las artes llevaron a una Edad de Oro de la cultura. Los enormes beneficios de la Iglesia les permitieron iniciar la construcción de grandes iglesias y catedrales con nuevos estilos arquitectónicos. El clima más benigno hizo que se abandonara el estilo arquitectónico más lúgubre y cerrado de siglos pasados para construir catedrales con amplios ventanales en los que la luz inundaba los rincones más recónditos.
En el año 1.250 ya se habían establecido reinos por toda Europa, siendo el más importante el Sacro Imperio Romano Germánico.
Era una época de luz, riqueza y optimismo, la más próspera que había vivido Europa en toda su historia.
Hasta el año 1300 d. C. el clima fue parecido al actual en Europa. La sociedad se había reordenado tras la caída del Imperio Romano y la tumultuosa Edad Oscura era la época del feudalismo, cuando la mayor parte de la gente sobrevivía comiendo lo que sacaba de la tierra propiedad de la nobleza medieval. Fue la época que presenció el surgimiento de los centros urbanos, el crecimiento del comercio y el fortalecimiento de la Iglesia. Se dio uno de los mayores incrementos de prosperidad de nuestra civilización, un aumento de la creatividad, aumentaron las cosechas cuya recogida era mucho más fiable año tras año, e incluso se plantaron viñedos en Gran Bretaña. Las zonas pantanosas se secaron, disminuyeron los mosquitos y desapareció la malaria. Aumento la densidad de población. Con la prosperidad llegó una fiebre constructora, erigiéndose grandes construcciones como las catedrales.
Desde el 660 al 1100 d.C. la Península del Yucatán soportó un extremado clima seco, recayendo en la antigua civilización maya, que se desarrolló a partir de 2000 a.C. Hacia el 1000 d.C., fue más pronunciada la sequía debida a un descenso de las lluvias entre un 40 y un 70 por cien, lo que debió provocar el “colapso maya”, siendo abandonadas las ciudades más importantes.
10/ La Pequeña Edad de Hielo desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX
En la segunda mitad del siglo XIII, comenzó una nueva fase de enfriamiento. Varias erupciones volcánicas en distintas partes del mundo volvieron a cubrir los cielos con cenizas y gases que reflejaban la luz del Sol. Entre los años 1275 y 1300 d.C. tras sucederse cuatro erupciones volcánicas masivas en el trópico, unos episodios que duraron unos cincuenta años. La persistencia de veranos fríos tras las erupciones se explica por la posterior expansión del hielo marino y un debilitamiento de las corrientes del Atlántico relacionadas
En 1.257 erupcionó el Volcán Samalas, en Indonesia. Luego el Etna, en Sicilia.
Entre 1315 y 1317 el clima cambió drásticamente en Europa, y no sólo la temperatura, sino que llovió sin cesar hasta el punto de estropear las cosechas. Las antiguas tierras fértiles se convirtieron en zonas anegadas de agua y barro. Se produjo la “Gran Hambruna”, en la que Europa sufrió una de sus mayores crisis que provocaría millones de muertos. Un tiempo inusualmente húmedo y frío trajo consigo unos años de cosechas escasas y cultivos podridos. La escasez de alimento produjo una hambruna generalizada que parecía no acabarse nunca mientras la criminalidad ascendía y las oraciones parecían no surtir efecto. Fue tal el nivel de desesperación que muchos cronistas citan casos de canibalismo.
En 1.342 hubo numerosas inundaciones y corrimientos de tierras, arrasando bosques montañosos y arrastrando a la muerte a miles de personas en lo que se conoce como ‘La Inundación del día de María Magdalena’.
El nivel de algunos ríos ascendió hasta ocho metros. En el centro de Europa se arrasaron muchas ciudades ribereñas, destruyendo puentes, provocando que en las orillas del Danubio se ahogaran más de 6.000 personas.
El 18 de Agosto de 1.586, la ciudad de Gante fue azotada por un tornado y una tormenta de lluvia y granizo que arrastró muchos edificios. Puentes, molinos y muchas infraestructuras fueron destruidas y se necesitaron décadas para reconstruirlas.
En los meses de Enero y Febrero de 1.658 nevó tanto en la ciudad alemana de Augsburgo que imposibilitó que la gente pudiera salir de sus casas. Todos los molinos de harina y los aserraderos se congelaron.
Los veranos eran demasiado cortos y húmedos, las semillas se pudrían en los silos y las cosechas eran abatidas por la lluvia.
La población, que durante el Óptimo Climático había aumentado, fue abatida por el hambre y la debilidad que les hizo presas fáciles de las plagas de Peste Negra. Un tercio de la población europea murió de hambre y peste.
Los glaciares crecieron en las montañas arrasando numerosas aldeas que tuvieron que ser abandonadas. Peor suerte corrieron los pueblos enterrados por repentinas avalanchas de nieve y corrimientos de tierra, que sepultaron a sus habitantes sin tiempo para huir.
Las hambrunas produjeron disturbios sociales y se iniciaron guerras para reprimir a las masas desesperadas. En algunas ciudades y zonas de Alemania murieron más de los dos tercios de la población, no sólo por las guerras, sino por las numerosas enfermedades, viruela, tifus y peste, que se cebaron en la población debilitada por el hambre.
Durante el siglo XVIII se produjeron en Francia varias hambrunas recurrentes que llevaron a la población a una situación desesperada. Ignoradas sus dificultades por la clase gobernante que vivía en la opulencia y el despilfarro mientras la población moría de hambre. Se iniciaron las revueltas que condujeron, en 1.789, a la Revolución Francesa.
Sus efectos fueron mucho menos pronunciados que los de la última Gran Edad de Hielo que había concluido unos diez mil años antes cuando el 30% del planeta estaba cubierto de hielo. Aun así su impacto en muchas partes del mundo fue devastador el refrescamiento de la Pequeña Edad de Hielo supuso una bajada de unos dos a tres grados por debajo de la temperatura media de la actualidad. Sin embargo fue más un período de volatilidad climática extrema que de frío constante. La Pequeña Edad de Hielo fue una época de cambios climáticos muy volátiles mezclados sin ningún tipo de lógica o ciclo, no se podían predecir. Fueron cambios modestos comparados con lo que se observa en los registros geológicos, pero gracias a los relatos históricos sabemos que bastaron para afectar a la sociedad de la Pequeña Edad de Hielo, cambió el mundo de forma que ahora nos parecería una fantasía.
En esa época la bahía de Nueva York se congelaba durante cinco semanas, los esquimales podían viajar al sur en kayak hasta llegar a Escocia, un verano en Inglaterra cayeron 60 centímetros de nieve en junio, y julio fue un año tan frío que se recordó en EEUU y Europa como “El Año sin Verano”. El clima más frío sembró el caos en la humanidad y alteró el curso de la historia, desde la gélida tormenta de verano que diezmó la Armada Invencible hasta el hambre que empujó a las muchedumbres de Francia a París para exigir pan a un precio razonable y acabó provocando la Revolución Francesa.
La Pequeña Edad de Hielo fue un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX. Puso fin a una era extraordinariamente calurosa llamada Óptimo climático medieval. Hubo tres mínimos: sobre 1650, alrededor de 1770 y hacia 1850.
Durante el periodo 1645-1715, en mitad de la Pequeña Edad de Hielo, la actividad solar reflejada en las manchas solares era sumamente baja: este periodo es conocido como el Mínimo de Maunder. El eslabón preciso entre la baja actividad de las manchas solares y las frías temperaturas no se han establecido, pero la coincidencia del Mínimo de Maunder con el periodo más profundo de la Pequeña Edad de Hielo sugiere que hay una conexión. Otros indicadores de la baja actividad solar durante este período son los niveles de carbono-14 y berilio 10.
A lo largo de la Pequeña Edad de Hielo el mundo experimentó también una actividad volcánica elevada, lo que aumentó las emisiones de azufre en forma de gas SO2. Cuando este gas alcanza la estratosfera se convierte en partículas de ácido sulfúrico que reflejan los rayos del sol reduciendo la cantidad de radiación que alcanza la superficie de la tierra (efecto albedo).
Año sin verano (1816)
En 1815 la erupción de Tambora en Indonesia cubrió la atmósfera de cenizas y redujo la luz del Sol; el año siguiente, 1816, fue conocido como el año sin verano, cuando hubo hielo y nieves en junio y julio en Nueva Inglaterra y el Norte de Europa. El clima estival que causó una disminución en la temperatura mundial entre 0.4–0.7 °C
Las raras alteraciones del clima durante ese año tuvieron un gran efecto en el norte de Europa y el nordeste americano. Típicamente, el fin de la primavera y verano del nordeste americano son relativamente estables: las temperaturas en promedio oscilan entre 20 a 25 °C, y raramente caen por debajo de 5 °C, la nieve en verano es una rareza extrema, aunque a veces en mayo hay períodos fríos.
Las consecuencias en todo el planeta fueron desastrosas, ya que las temperaturas bajaron varios grados. Las cosechas se malograron, la lluvia se triplicó en algunas zonas del mundo (como en los polos) y nevó copiosamente en lugares cercanos al ecuador, como el sur de México y Guatemala.
Europa, que todavía se estaba recuperando de las guerras napoleónicas, padeció la escasez de comida. Estallaron disturbios en Gran Bretaña y Francia y se saqueaban almacenes de grano. Sin embargo, la violencia fue peor en Suiza, donde el hambre forzó al gobierno a declarar emergencia nacional.
En España, según recoge Fuentes, el verano de 1816 registró múltiples jornadas de tiempo frío y tormentas, muchas de ellas de granizo. La anomalía de temperatura se extendió también al otoño, donde hubo episodios más propios del invierno. «En Barcelona la población afirmaba que las temperaturas de agosto eran más propias de las del mes de abril. El Barón de Maldá habla de una nevada en el centro de la Península a mediados de julio. Aunque no hay más fuentes que lo contrasten y sea poco probable (seguramente se tratara de algún episodio de granizo) coincide con unos días en los que la temperatura mínima de Madrid alcanzó valores récord de 12-13⁰C.
Otra posible causa de la Pequeña Edad del Hielo pudo ser la detención de la circulación termohalina (también conocida como «cinta transportadora oceánica»). La Corriente del Golfo pudo dejar de ser operativa debido a la introducción de una gran cantidad de agua fría en el Atlántico Norte debido a la existencia de temperaturas relativamente altas del Óptimo climático medieval.
11/ La Fase Cálida Actual. Desde 1850 hasta la actualidad.
A partir de 1.850 se inició una nueva fase de calentamiento, con el regreso de climas regulares y estables que permitió que los agricultores pudieran disponer de abundantes cosechas. A partir de 1850, el clima comenzó a cambiar hacia temperaturas más cálidas.
12/ Evolución de las temperaturas en el S XX.
Sigue aumentando la temperatura La temperatura media de la superficie de la Tierra durante el S XX subió aproximadamente unos 0,6 ºC. Ahora bien, esta subida no fue uniforme, ni en el tiempo ni en el espacio. El incremento se produjo en dos períodos, 1910-1944 y 1978-1998. Entre ellos, 1944-1978, la temperatura media global de la superficie terrestre tendió a estabilizarse e incluso a bajar un poco
La Batalla de Teruel, la “Batalla del frío”.
“Durante el día 31 la ventisca no deja ver nada a pocos metros y en la noche de San Silvestre se alcanzan las temperaturas más bajas del siglo, alrededor de los 20 grados bajo cero. Además, hay que picar trabajosamente el hielo de las alas de los aviones. Los carros de combate y todos los vehículos parecen estatuas glaciales”. En la Guerra Civil española se alcanzaron temperaturas extremadamente bajas, como relatan las fuentes sobre la Batalla de Teruel.
Temperaturas extremas recientes en España.
La temperatura más baja que se ha registrado en España se corresponde a la ola de frío más potente que hemos tenido nunca, la de febrero de 1956. Por aquel entonces en muchos lugares la temperatura bajó de los -20 grados negativos, pero en el Lago Estangento (Lérida) situado a más de 2000 metros de altitud sobre el nivel del mar, la temperatura bajó de forma oficial a los -32ºC.
En cuanto a temperaturas máximas los registros más espectaculares se dan durante el siglo XIX, hay varias mediciones por encima de los 50ºC en Sevilla. El 4 de julio de 1994 en Murcia se alcanzaron los 47,2ºC. Jaén registró 46 ºC el 8 de julio del año 1939.
Opinión:
En fin, que nos sorprendamos hoy en día, con los medios tan modernos que disponemos, de que existan los cambios climáticos en la Tierra, es redundantemente sorprendente. Y más tras leer en las anteriores líneas lo sucedido climáticamente en miles y millones de lustros. Muy sorprendente. Quizás sea una excusa entre tantas otras, como ha sucedido repetidamente en la historia de la humanidad, para que algunos se alcen con el poder y el dinero. ¿Qué tendrán ellos, qué tendrán?
Autor: Javier Jordá Sánchez
Bibliografía:
“Así fue 1816, el año sin verano” ABC sociedad (19/03/2018)
“El año sin verano” Brian Fagan El País (12/6/2016)
“Los símbolos de Gobekli Tepe”, Enigmas (25/4/2017)
“Göbekli Tepe, el primer templo de la historia”, National Geographic (18/9/2012)
ABC Ciencia (Pedro Gargantilla)
“Cómo el clima determinó la historia”, documental
“Un estudio apunta a un final abrupto de la cultura calcolítica de Valencina por fluctuaciones en el clima” Europa Press, 5/6/2018
“Cambio climático hizo desaparecer la cultura sumeria” Hispatv 10/12/2015
“El cambio climático no acabó con la Edad de Bronce” (Proceedings of the National Academy of Sciences) Muy Interesante.
“Tel Qaramel. Civilizaciones desconocidas” The Daily Journalist, Jaime ortega.
“Necrópolis de Varna, Bulgaria prehistórica” Viaje a Europa del este. Lilih Prutsky
“El cambio climático no acabó con la Edad del Bronce”. Muy Interesante. Pablo Colado.
“Crisis climáticas en la prehistoria de la Península ibérica: el evento 8200 cal. a.C. como modelo” JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SÁEZ, LOURDES LÓPEZ MERINO, SEBASTIÁN PÉREZ DÍAZ
“Evolución de las temperaturas en el siglo XX. “Antón Uriarte. Euskonews y Media.
‘La guerra civil española». Editorial Crítica. Atony Beevor. El País, 4-9-2005
“Las temperaturas más extremas de la historia en España”, Enrique Herranz, ABC sociedad. 17/6/2013
“Cambios climáticos y culturales en la prehistoria” DICYT (Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología)