3 CARTAS DEL CORREGIDOR DE REQUENA POR LA MUERTE DE FELIPE V
Los tres textos que transcribimos forman parte de la colección Herrero y Moral. Se trata de tres borradores en los que el corregidor de Requena transmite las condolencias por la muerte del rey Felipe V a su sucesor, Fernando VI.
Su valor es doble. Por un lado nos permite comprobar la fluida y directa comunicación que existía entre la monarquía y sus súbditos a través de las instituciones municipales, en este caso el corregimiento. Por otro, el hecho de que no se trate de la correspondencia oficial que se remitió al rey sino de simples borradores, nos refleja cómo era la trastienda de la administración. Vemos en ellas una redacción rápida y provisional, con abundancia de errores y correcciones, que luego se subsanarían en la transcripción definitiva.
Los textos son los siguientes:
«Señor, en la muy grande y lastimosa perdida de nuestro cathólico monarca el rey don Phelipe quinto, de que Vuestra Majestad se dignó avisarme, mudamente con el silencio puedo manifestar mi dolor y sentimiento, que con su falta en mi lealtad será eterno, y solo me sirve [sic] de alivio las agigantadas virtudes y santidad que el Altíssimo tenía depositadas en su real persona para colocarla en su Santo Reyno. Con una indubitada esperanza supplico a Vuestra Majestad modere el suyo, mirando por su salud, para el alivio de sus leales vasallos.
Nuestro Señor prospere y su Excelencia, Corona y real persona de Vuestra Majestad los muchos años que puede y la christiandad necesite para el maior auge y conservación de esta monarquía.
De mi consistorio de Requena.
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Si con explicar mi justo sentimiento en la imponderable perdida de nuestro catholico monarca el ilustre don Phelipe quinto, de que Vuestra Majestad se dignó avisarme, lo he dado a entender en el modo posible en la celebridad de las honras funerales, que con assistencia del clero y comunidades he zelebrado en demonstración de mi fidelidad y afecto, llorando tan fatal y sensible golpe de la miserable parca. Pues por este medio ha querido Dios premiarle su santa vida, suplico a Vuestra Majestad rendidamente mire por la suia, en la que únicamente consiste nuestro común alivio y pende el bien de esta monarquía.
Nuestro Señor asista.
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Señor, a los reales pies de Vuestra Majestad Catholica se pone rendido su siempre leal y fiel afecto, explicando mi justo sentimiento la imponderable perdida de nuestro cathólico monarca el rey Phelipe quinto, amado padre de Vuestra Majestad , de la que se dignó darme aviso, y concurriendo mi devido respecto [sic] acompañar a Vuestra Majestad en tan justo dolor, para inmediatamente zelebrar las onras que (con asistencia del cabildo eclesiástico y comunidades) sean efectuadas, demostraziones de tan justo sentimiento quando le a sido posible a mayor cortedad.»
El rey Felipe V, el primero de los Borbones españoles, murió el 9 de julio de 1746. Aunque sus últimos años de vida fueron de progresivo deterioro físico y mental, cuando falleció había culminado un largo reinado de cuarenta y cinco años, el más largo de la historia de España. Un reinado plagado de reformas –alabadas o criticadas según la perspectiva de cada cual- que abrieron el camino hacia la transformación que vivió España en el siglo XVIII.
Su llegada al trono tras la muerte sin descendencia de su tío-abuelo Carlos II, provocó un largo conflicto civil, la Guerra de Sucesión, que tuvo también un alcance europeo, enfrentando a los partidarios del joven Felipe de Anjou con los del archiduque Carlos de Austria. En esa contienda Requena tomó partido por el rey Felipe y sufrió las consecuencias, al tener que soportar un largo y destructivo asedió por parte de las tropas del pretendiente austriaco, seguido de una dura ocupación. La fidelidad de la villa al Borbón sería más tarde premiada con títulos y privilegios, que reforzarían la vinculación de Requena con este monarca.
Tras su muerte el concejo requenense celebró las sentidas –aunque protocolarias- honras fúnebres a las que se hace mención en las cartas, haciendo partícipes de ellas a las diversas instituciones civiles y eclesiásticas y al pueblo en general. No mucho tiempo después se celebrarían también con regocijo los festejos para conmemorar la proclamación del nuevo monarca, Fernando VI.

Autores:
Javier Jordá Sánchez
César Jordá Sánchez
Víctor Manuel Galán Tendero