El molino del Concejo, en el área de Rozaleme, formó parte de los bienes de propios del municipio de la Requena del Antiguo Régimen. Fue motivo de preocupación y de regulación en las ordenanzas locales, como las de 1622. Se arrendó a una serie de molineros particulares a lo largo de los años, y la evolución de las cantidades devengadas (con todas las salvedades) nos permite hacernos una idea de la trayectoria de la molienda en nuestra localidad, con sus altibajos coyunturales.
La expansión económica del siglo XVI coincidió con arrendamientos moderados, que expresamos en reales:
1578-79 | 685 |
1579-80 | 298 |
Sin embargo, la elevación de los precios del cereal implicó arrendamientos más altos, pues la harina resultaría más necesaria si cabe:
1594-95 | 1.512 |
1595-96 | 1.250 |
1601-02 | 1.500 |
1609 | 1.600 |
El momento crítico entre los siglos XVI y XVII es claro. Con todo, aquellas dificultades alentaron el negocio de la molinería. En el repartimiento de la quiebra de millones de 1646 y 1648, se contabilizaron ocho vecinos en los Molinos de la zona de Rozaleme.
Tal tendencia al alza se acentuó a mediados del siglo XVII:
1661 | 2.700 |
Tras la guerra de Sucesión, la recuperación económica se hizo notar, y los arrendamientos volvieron a niveles inferiores:
1724 | 1.550 |
1734 | 1.200 |
Ciertamente, el negocio ya no resultó tan lucrativo como en otros tiempos, pues en 1734 se arrastraba una deuda de 640 reales, que se hizo efectiva. El mantenimiento de un molino ocasionaba también una serie de gastos inevitables.
Con la nueva expansión del XVIII, aumentó el montante de los arrendamientos:
1742-43 | 3.638 |
1764 | 4.100 |
1765 | 4.100 |
1766 | 4.100 |
1767 | 4.737 |
El pico de aquel siglo llegó en 1768:
1768 | 6.030 |
1769 | 5.993 |
1770 | 5.733 |
1771 | 4.666 |
1773 | 3.998 |
1775 | 5.200 |
A partir de entonces, la bajada se acentuó, pues la provisión harinera ya se haría por otras vías, más allá de las muelas del Concejo:
1778 | 1.300 |
1781 | 1.900 |
1783 | 2.600 |
1784 | 1.100 |
1785 | 1.500 |
1786 | 1.700 |
En vista de ello, el municipio optó por arrendarlo por plazos superiores a un año por cantidades tan moderadas como regulares:
1787 | 2.200 |
1788 | 2.000 |
1789 | 2.000 |
1790 | 2.000 |
1791 | 2.300 |
1792 | 2.300 |
1793 | 2.900 |
1794 | 2.300 |
1795 | 1.533 |
1796 | 2.025 |
1797 | 2.025 |
1798 | 2.025 |
Esta solución del sector público municipal harinero fue puesta en cuestión por la crisis anterior a la guerra de la Independencia. Ante la elevación general de los precios, se subió el montante del arrendamiento:
1799 | 3.400 |
1801 | 3.400 |
1802 | 3.400 |
La conjugación de un molino que cumpliera con el abastecimiento vecinal y con los deseos de lucro resultó harto complicada. Al fin y al cabo, es un problema que también afecta a los servicios públicos de las sociedades contemporáneas de la Unión Europea. En honor del molino del Concejo de Requena, a pesar de los pesares, se puede admitir su dilatada trayectoria, en las que estuvo a las duras y a las maduras.
Bibliografía.
GALÁN, Víctor Manuel, Requena bajo los Austrias, Requena, 2017.
