
en el Mesón del Vino, hacia 1965
(Foto anónima, archivo Luis Serrano).
Habíamos indicado ya, al comenzar estos artículos, que nuestra historia llegaría hasta 1970, con una perspectiva de cincuenta años, y así va a ser. Tal vez, algún día, este trabajo llegue hasta el momento presente, pero ni el tiempo ni las circunstancias son las más propicias.
El Trullo (Requena), IV-1964

Observamos en los anuncios de 1964 como el Bar Correos había cambiado de dueño, siéndolo ahora Fernando Sabater, uno de los primeros restauradores en ofrecer comidas a domicilio, y el anuncio del establecimiento situado en los bajos de la Casa Sindical, edificio conocido como la C.N.S., denominado Bar “Sindical”, regido por Felipe Serrano Benlloch y Fulgencio Guillamón Ochando.
El Trullo (Requena), IV-1964


Miguel Guillamón (padre), Felipe Serrano, Santiago Bernal y Fulgencio Guillamón
(Foto Marcial García Cañabate)
Felipe Serrano Benlloch y Fulgencio Guillamón Ochando tomaron en traspaso el arrendamiento del bar del edificio de la Delegación Comarcal de Sindicatos, denominación posterior a la de Central Nacional Sindicalista, cuya concesión regentaba hasta entonces Juan Collado, propietario del Bar Rioma. Ambos habían trabajado como camareros en el Mesón del Vino y Felipe también en el Bar de la Amparete, en todos los casos con Emilio Ochando. Uno de los camareros habituales fue Santiago Bernal García, yerno de otro famoso camarero requenense: Ángel Verdejo. Otros conocidos requenenses pasaron por allí, como José Luis López Giménez, quien ya estaba a las órdenes de Juan Collado allí y antes, en el Bar Rioma. En la época anterior a Serrano y Guillamón, también se había denominado a aquel bar como Hogar del Productor.
Los sueldos de la época no eran para tirar cohetes: unas 300 pesetas al mes, pero los laboriosos camareros hacían bodas y otros banquetes, trabajando todo lo posible para sacar adelante a las familias.
Como comentábamos, para 1964, el Mesón del Vino pasó a la regencia de Agustín Serrano Pérez.

(Foto Pérez Aparisi, Valencia) Archivo familiar Luis Serrano.
Sinesio Ballesteros continuaba anunciándose con su particular humor:
El Trullo (Requena), IV-1964

Nos vamos acercando al final del recorrido. En 1966 se abrían dos “bares de carretera”, que alcanzarían bastante notoriedad: el Bar Restaurante “Huerta” y el Bar “Puerta Alcalá”, siendo este último de los que todavía sobreviven, aunque ha pasado por diversos dueños.

(Foto Marcial García Cañabate, mayo 1966).
El Bar “Puerta Alcalá” fue inaugurado con toda pompa a finales de mayo de 1966, incluyendo un extenso reportaje fotográfico y la bendición eclesiástica. Su situación, en una de las entradas a la Villa y con amplia zona de aparcamiento, le hacían ideal como restaurante de carretera.

A la derecha su dueño, José Haba
(Foto Marcial García Cañabate, mayo 1966)

(Foto Marcial García Cañabate, mayo 1966).
En El Trullo de mayo de 1966 se anunciaba el Restaurante “San José”, en la carretera nacional de Madrid a Valencia, que recibía su nombre del paraje y ermita que, dedicada al santo, era lugar de esparcimiento en épocas de pascuas. Este restaurante se especializó en banquetes de bodas y otros eventos sociales.
El Trullo (Requena), V-1966

El Restaurante “San José” estaba situado en el paraje denominado así, Casilla de San José. Fue su promotor y primer propietario Nicanor Armero Iranzo, empresario que había sido alcalde de Requena en la inmediata posguerra (1939-1944) y que, además, también había construido, en 1934, el Cinema “Armero”, en la calle del Carmen. El restaurante fue famoso por sus comidas al aire libre y sus banquetes multitudinarios, como el que en este mismo año 1966 ofreció a los socios de la Caja Rural “La Unión” (hasta hace poco Caja Campo) cuando se inauguraron sus oficinas centrales en la Avenida del General Varela (Arrabal).

(Foto Marcial García Cañabate, junio 1966).
Con el tiempo, la titularidad del San José pasaría a su hijo, Enrique Armero, y a su nuera, Sefa Ibañez Montoya.
Recordemos al lector que se indica en este artículo la fecha de aparición de los establecimientos en la prensa y revistas locales, lo que no quiere decir que algunos de ellos llevaran ya tiempo abiertos, aunque sin noticias impresas al respecto.
Otro famoso bar, durante muchos años, fue “El Rincón de Víctor”, en la calle de Pérez Galdós, anunciado en mayo de 1967, cuyo empresario fue Víctor Serrano. Este bar dejaría huella hasta el punto de que aún hoy en día, cuando hasta el edificio ha desaparecido, se oye decir, de vez en cuando, que tal o cual establecimiento está “en la calle del Rincón de Víctor”, en lugar de en la de Pérez Galdós.
El Trullo (Requena), V-1967

En otro anuncio de 1967, advertimos que La Casa de la Cerveza era, ahora sí, el Bar “Casa Amparo”, en la calle de Miguel Marco, habiendo pasado a propiedad de Paulino García. También el antiguo Bar Restaurante “La Estrella”, que ahí sigue hoy en día, se anunciaba propiedad de José Ferrer Cano.
El Trullo (Requena), VIII-1967


En 1969, Agustín Serrano recibía, para el Mesón del Vino, la Placa de Bronce al Mérito Turístico, merecido premio a quince años de dedicación y calidad.
El Trullo (Requena), VIII-1970

En el penúltimo año de esta crónica, 1969, todavía se abriría un nuevo establecimiento de restauración que se haría famoso, hasta el punto de que habiendo pasado por él diversos propietarios, y tenido otros variados nombres, hoy en día seguimos refiriéndonos a este bar de la calle Marquillo como Cervecería Bar “Torrescal”, y recordando, en nuestro paladar, sus famosas patatas bravas. El afortunado nombre era un acrónimo de los apellidos de sus empresarios: José Torres y Teodoro Cárcel Valiente, antiguos camareros del Restaurante “San José”. Ellos mismos, con sus familias, renovaron el local de un viejo bar con patio andaluz que, con toda probabilidad, era el antiguo Círculo del Comercio que había regentado Manuel Lechuga Alarcón. Este Patio Andaluz pasó a ser la fábrica de gaseosas de Peris, con salida a la Plaza de España, junto a la centralita de Telefónica, para ser, una vez renovado, el nuevo bar. La inauguración oficial de la Cervecería Bar “Torrescal” tuvo lugar el 22 de diciembre de 1969, coincidiendo con el Sorteo de la Lotería de Navidad.
El Trullo (Requena), II-1970


(Foto anónima, cedida por Rosa Damián, en el centro, 1970).
Otros establecimientos del ramo se abrirían y cerrarían en el periodo temporal que abarca este artículo. Así mismo, otros espacios públicos o privados disponían de servicio de bar, como es el caso, por ejemplo, del Salón de Baile “El Majuelo” o los pabellones y verbenas de feria y fiestas, pero su carácter temporal les hacía cambiar a menudo de arrendatarios. Lamentaría haberme dejado alguno en el tintero pero he trabajado con la documentación de que disponía. Pido perdón si ha sido así.
No quiero concluir este trabajo sin dedicar un pequeño homenaje a los camareros, muchos de los cuales pueden haber perdido su empleo durante la pandemia, en dos imágenes representativas. La primera del comedor del Mesón del Vino, en 1970, y la segunda de un grupo de camareros, capitaneados por el famoso Ángel Verdejo, durante una boda en el Bar Martínez, en 1967. Sobre esta última, hay que comentar que, como ahora, en los banquetes de boda se contrataban camareros de acuerdo al número de comensales previstos. Por ello, quienes conozcan las caras, observarán que algunos de ellos estaban, habitualmente, en un establecimiento concreto.

durante una boda (Foto Marcial García Cañabate, 1964).

hace ahora exactamente cincuenta años
(Foto: Marcial García Cañabate).

en el Bar Martínez, septiembre de 1967
(Foto Marcial García Cañabate).
El Mesón del Vino, el Bar “La Estrella” y el Bar “Puerta de Alcalá” eran, en el momento del cierre obligatorio, marzo de 2020, los únicos establecimientos presentados en estos artículos que seguían en activo. Como ya se citó en su momento, el tope temporal era 1970, para dejar cincuenta años entre la historia y la actualidad. El Mesón, situado en lo más céntrico de la Avenida de Arrabal (antes General Varela), fue testigo silencioso (o más bien bullicioso) de la organización y desarrollo de muchas Fiestas de la Vendimia. Por su comedor y su barra pasaron personajes de lo más variado: artistas de teatro y cine, toreros, políticos, futbolistas… y hasta mediados de marzo pasado, quien esto escribe y muchos, muchísimos buenos amigos a los que dedico este artículo de corazón. Ellos saben quiénes son.

(Fotografía del autor).
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