Es posible que la prensa sea el mejor espejo de una sociedad determinada en un momento determinado, indudablemente por la prensa se puede conocer a la sociedad que la genera[1]. La revista Alberca, como otras revistas y periódicos requenenses, es una importante fuente para el conocimiento del contexto histórico, social, económico, ideológico, cultural de Requena al inicio de la década de los años cincuenta del siglo XX[2].
Como instrumento de expresión de un grupo determinado, el Círculo Juvenil Requenense, tenía unos objetivos muy amplios[3] para cuya consecución, en opinión de uno de sus colaboradores, Andrés Sánchez Domingo, eran necesarias unas circunstancias que no parecían darse en la ciudad ni en aquella coyuntura, como tampoco se habían dado en otras.
Cuando Alberca inició su singladura, en agosto de 1951, Andrés perfiló la clara y terminante diferenciación que existía entre las clases sociales de Requena que, hasta entonces, había impedido toda colaboración necesaria entre una minoría creativa y una mayoría que había de darle apoyo. Algo de lo que todos eran conscientes y, no obstante, poco se había hecho para remediarlo. Ahora bien, la «pereza» de Requena no era de la ciudad, sino de sus habitantes y era posible cambiar la situación. Andrés Sánchez hizo una llamada a la formación de una nueva generación, pero había que trabajar uniendo esfuerzos.
Un artículo que vale la pena leer.
Pongámonos serios[4]
Es difícil decidir con propiedad si es el ambiente quien forma el carácter o, por el contrario, éste quien define y da forma a aquél. De todas formas siempre, en principio, ha de ser más acertada la segunda hipótesis. Fue el primer carácter quien formó el primer ambiente; siempre, claro está, sin perder de vista las circunstancias, el ambiente natural (clima, terreno, etc.) que rodeara aquel primitivo carácter. Pero esto, por sí mismo, es todo un tema digno de profundo estudio, que habremos de pasar forzosamente por alto. Lo que interesa en realidad es que nos percatemos clara y concisamente de nuestro propio carácter y, siempre unido, de nuestro ambiente.
Y ahora surge la pregunta, difícil pero imprescindible: ¿cuál es nuestro carácter, el de nuestros ciudadanos, el verdadero carácter, en suma, de Requena? Y aquí, claro está, tropezamos con la eterna dificultad de las esferas. Es imposible prescindir de ellas por muy generales que queramos hacer nuestras observaciones. Hay tres esferas suficientemente definidas en nuestra ciudad; definámoslas sencillamente: pobre, media y acomodada. Pero no nos engañen estos términos; no indican solamente lo que a cuestión monetaria se refiere; interpretémoslas como conjunto de aquellas posición social, cultura y desarrollo intelectual. En este aspecto estudiadas, interesan principalmente las dos últimas; la primera tiene sus temas aparte, sus problemas propios.
Es Requena quizá de los lugares en que más se conserva una diferenciación clara y terminante entre las clases que hemos dado en llamar media y acomodada. Esto naturalmente es un defecto; y hemos de darle la importancia que realmente tiene. Es definitiva en todo lo que a actividad social se refiere.
No podremos contar con una colaboración bilateral mientras exista tan palpablemente esta desunión; y sin esa colaboración, hemos de reconocerlo, poco de provecho puede hacerse. Si hay una minoría capaz de hacer algo, de moverse, de crear cosas, ha de contar, como minoría, con el apoyo declarado de ese otro grupo más numeroso que ha de ser en definitiva quien diga la última palabra. Toda actividad que no cuente con esa imprescindible simpatía, no puede tener vida, ha de conducir a la larga indefectiblemente al fracaso. Pruebas bien palpables las hemos tenido a cientos.
Y lo más grave de esta situación es que si nos hemos percatado de ella poco se ha hecho para remediarlo; algún intento aislado quizá, pero un verdadero esfuerzo de conjunto, algo positivamente eficaz, no lo hemos tenido.
Solamente la pereza, de la que nuestro medio ambiente está impregnado; esa imperdonable desgana que a todos nos invade, puede explicar esta triste realidad. No intentemos mitigar nuestra culpa; únicamente nosotros somos absolutamente responsables de ella. Y si somos los responsables, somos también los llamados a remediarla. No nos conformemos con comentar esta situación imparcialmente. Si nuestro ambiente no es todo lo confortable que a nuestra ciudad corresponde; si vemos que nos pesa esta insana quietud que a todos nos aplana, sacudamos ese peso; no achaquemos la culpa al carácter de nuestra ciudad que, al fin y al cabo, es el nuestro.
Tengamos en consideración que hemos de formar una generación de la que ha de hablarse; una generación que de ningún modo queremos ver avergonzada ante sus hijos.
Unamos nuestros esfuerzos, sintámonos jóvenes, trabajemos; si entonces fracasamos digamos, sí, que no valemos. Pero antes es inútil lamentarse por algo que podemos tener y no tenemos.

Andrés Sánchez Domingo nació en Requena en 1932, fue socio del Círculo Requenense, como colaborador y redactor de la revista Alberca, junto a su hermano, el artista Manuel Sánchez Domingo, en los años 1951-1952. Formó parte de la Cofradía del Santo Sepulcro de Requena.
Ingeniero Técnico de Obras Públicas, trabajó en sus inicios en el Plan Badajoz. Posteriormente se trasladó a Valencia a la Confederación Hidrográfica del Júcar y en la Consellería de Obras Públicas; su último trabajo, previo a la jubilación, fue la intervención en las obras del Paseo Marítimo de Valencia. Casó en primeras nupcias con Aurora Grandía y en segundas con Amparo Gimeno[5].
[1] Almuina Fernández, Celso: «Prensa y opinión pública. La prensa como fuente histórica para el estudio de la masonería», en Masonería, política y sociedad, ISBN 84-404-4940-2, págs. 245-2801989, I, p. 251.
[2] La prensa es un medio de expresión de un poder, religioso, económico, político o social y la información que presenta refleja la interrelación entre el periódico el contexto histórico y el contexto ideológico. Se llega a afirmar que la prensa tiene un papel esencial en la difusión de la ideología y en la formación de mentalidades. Vid. Vázquez, M. Ángeles: «La prensa como fuente histórica: la percepción del modelo estadounidense», en Actas del IV Simposio de Historia Actual, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos 2004, pp. 435-446, p. 436.
[3] Vid. Martínez Hernández, M.ª C.: «La revista Alberca (Requena, 1951-1952)», en Oleana: Cuadernos de Historia Comarcal, 2021, n. 37, (en prensa).
[4] Domingo, A. S.: «Pongámonos serios», en Alberca, año I, 1 (08.1951), p.6.
[5] Entrevista con José Antonio García Sánchez (01.02.2021).