
(Foto: Pérez Aparisi, agosto 1986).
Este año nos ha faltado la Fiesta, la feria, la zurra, las despertás, los pasacalles, presentaciones, cabalgata… y todo lo que las fiestas llevan consigo. Todas estas ausencias tienen un denominador común que también ha faltado: la Música.
A pesar de no existir todavía la Fiesta de la Vendimia, desde que tenemos programas, las festividades de nuestra ciudad se denominaban “Feria y Fiestas de Requena”, siempre a cargo del Ayuntamiento, con la colaboración, en ocasiones, de asociaciones ciudadanas como la Sociedad Requenense de Iniciativas o la Sociedad “El Arte”.

(Archivo Municipal de Requena).
El programa más antiguo que he podido localizar data de 1908, en que la Gran Feria y Fiestas de la Ciudad de Requena se celebró del 15 al 27 de septiembre, ya prácticamente metidos en vendimias. Si repasamos dicho programa, veremos la importancia de la música en los actos anunciados:
Día 15.- Las Bandas de Música de la población, que dirigen los Sres. D. Mariano Pérez Sánchez y D. José Cervera, recorrerán las principales calles, ejecutando una GRAN DIANA… A las seis de la tarde y a los acordes de las dos bandas de música, el Sr. Alcalde, acompañado de la comisión de Fiestas, proclamará la apertura de la Feria, inaugurándose al mismo tiempo el nuevo alumbrado eléctrico de la Glorieta…
Día 16.- Por la noche, de diez a doce, VELADA MUSICAL.
Día 17.- A las diez de la mañana, REPARTO DE BONOS A LOS POBRES en la Tómbola, amenizando el acto una Banda de Música. Por la noche, de diez a doce, VELADA MUSICAL.
Día 18.- Por la noche, de diez a doce, VELADA MUSICAL.
Día 19.- Por la noche, de diez a doce, VELADA MUSICAL.
Día 20.- Por la noche, a las nueve, inauguración en el Teatro-Circo de la Compañía de Zarzuela.
Día 21.- Por la tarde a las seis, procesión… cantándose a la entrada en el tempo una Salve. Por la noche, de diez a doce, VELADA MUSICAL.
Día 22.- A las diez de la mañana la Comisión de Fiestas, acompañada de las dos Bandas de Música de la población se dirigirán desde el Ayuntamiento a la estación de ferrocarril, a recibir a la Banda Municipal de Valencia… Por la tarde, a las tres y media, GRAN CONCIERTO MUSICAL en la Plaza de Toros, por la brillante Banda Municipal de Valencia. Por la noche, de diez a doce, VELADA MUSICAL.
Día 23.- A las cuatro de la tarde GRAN CABALGATA ALEGÓRICA… tomando parte en este festejo la Banda Municipal de Valencia y las dos de la población. Por la noche, de diez a doce, VELADA MUSICAL.
Día 24.- A las cinco de la tarde REPARTO DE JUGUETES… amenizando el acto una Banda de Música. Por la noche, VELADA MUSICAL.
Día 25.- Por la noche, CONCIERTO MUSICAL.
Día 26.- Por la noche, VELADA MUSICAL.
Día 27.- Por la noche, VELADA MUSICAL.
Trece días de festejos en los que la parte más importante era la música. Incluso, si me apuran un poco, nos hemos dejado los festejos taurinos, donde no faltaría al menos una, si no las dos bandas de música. Al fin y al cabo, los músicos siempre hemos ido gratis a los toros, nos gustaran o no. Y no olvidemos tampoco, sin salir del coso taurino, los “Espectáculos Cómico-Taurino-Musicales”, con la famosa Banda “El Empastre”, el gran Llapisera, el bombero torero y otros cómicos del ruedo, que durante muchos años fueron imprescindibles en la programación de Feria.
No ha cambiado mucho lo fundamental. Tomemos el Programa de Feria y LXXII Fiesta de la Vendimia (2019) y démosle un repaso a todos los actos que, sí o sí, requerían música:
Día 17: Presentación Infantil y Baile en honor de la Reina.
Día 20: VIII Festival de Canciones Primer Plano.
Día 21: Pregón e Inauguración, con desfile; Festival de Música y Baile Tradicional; Tradicional Music-On.
Día 22.- Musical Infantil “Alicia en el país del tiempo perdido”; Musical “El mejor espectáculo del mundo”; Remember 90’s y 00’s.
Día 23.- Happy Summer Fest; Concierto Extraordinario de Feria “Canciones de hoy y de siempre”; VII Concierto de la Vendimia y el Vino.
Día 24.- Presentación de la Reina Central y Baile; Carlos Núñez en Concierto; Racimos Party Show.
Día 25.- Alberto Lucena, arte, flamenco y música; We Love Queen el Musical; Festival Flamenco; Carnival Mix Night.
Día 26.- Concierto de Mayores con Alegría; Concierto Sinfónico con Gisela; Baile de la Fiesta; X Rock in Río Magro…
Para qué seguir: música, música, música… Añadamos a todo esto los desfiles de inauguraciones, entregas de premios, visitas a calles y demás, de las comisiones vendimiales, todas ellas acompañadas de sus respectivas bandas de música. Y diversos actos religiosos, con cantos litúrgicos. Y procesiones cívicas y religiosas… ¡Y las verbenas! Lo que fueron Veladas Musicales, hoy son actuaciones de grupos en las carpas de los racimos. Puede que hayan cambiado las formas, pero no lo fundamental. Ya lo he escrito en otras ocasiones: sin música no hay fiesta… Sin fiesta… no hay alegría… Somos festivos por naturaleza, por tradiciones, por devoción, y la música nos resulta esencial. Somos una ciudad con banda sonora incorporada. Así lo demuestra el último disco, “Himnos de Requena y San Antonio”, editado por Asremus: tenemos himnos para cada ocasión.

(Foto Marcial García Cañabate, 13-VII-1971).
Los músicos de banda, en mi juventud, salíamos a la calle en cuanto tocábamos medianamente bien nuestro papel en los ensayos. Había que estudiar y llegar de forma adecuada a la lección 21 del primer método de Eslava para recibir el instrumento, pero la falta de músicos obligaba a que el maestro nos incorporara a la banda en cuanto podíamos defender nuestra parte con pocas reservas. Los chiquillos no sabíamos todavía qué era un concierto y ya estábamos deseando ponernos el uniforme, con aquella enorme gorra de plato que sabe Dios cuantas cabezas habría cubierto, para salir a tocar ¡a la calle!

(Foto Marcial García Cañabate, agosto 1970).
Tocar en la banda destacando un poquito, suponía que estuvieras entre los escogidos para cualquier acto de calle: fiestas de barrios, quintos, trullos, patrones de las aldeas, corridas de toros, feria y fiestas… y, sobre todo, las Fallas. Ir a Valencia con la banda, con doce o catorce años, era salir del regazo de nuestros padres, sentir la libertad de no estar tutelado y, al mismo tiempo, la protección del grupo de músicos adultos, de los que aprendíamos algo más que música. Recordar las Fallas en el casal de Ripalda-Sogueros, viejo refugio antiaéreo del barrio del Carmen valenciano, es recordar no sólo música, sino las primeras miradas sonrojantes de las jóvenes falleras o las partidas de cartas entre desfile y desfile, en que los avispados músicos veteranos nos limpiaban buena parte de la paga que nos tocaba como músicos principiantes, educados o, a lo sumo, de tercera categoría.

(Foto Marcial García Cañabate, julio 1972).
La calle, para el músico, era el disfrute de una libertad amenizada por nosotros mismos con pasodobles, dianas, arreglos de temas de moda o canciones populares y alguna que otra procesión. En las Fallas, sobre todo, era donde por primera vez podíamos acostarnos tarde o, incluso, llegar a la diana, a tocar entre el humo de la pólvora y las piedrecitas de los petardos, sin habernos acostado siquiera. Ya dormiríamos al volver a casa.

(Foto Marcial García Cañabate, mayo 1956).
En Requena, la música de calle se dividía en dos posibilidades: actos oficiales y fiestas que requerían charangas, tan sólo ocho o diez músicos que tocaran mucho y descansaran poco. San Sebastián, en Las Peñas; San Nicolás, en La Villa; La Virgen de la Caridad, en Las Ollerías… Los Quintos, que salían a pedir por todo el pueblo (incluso en los bares de alterne)… San Juan, El Pontón, Los Duques, Casas de Eufemia… aldeas con pasacalle y procesión obligada.

(Foto Marcial García Cañabate, abril 1956).
La propia Fiesta de la Vendimia requería una charanga cada vez que salía una edición de El Trullo, acompañando con música a damas y comisionados con sus revistas bajo el brazo, barrio por barrio y por entre los puestos del mercado del sábado, otra de esas tradiciones que se han perdido y que, es muy posible, podrían seguir siendo beneficiosas para la Fiesta.
Pasacalles en los que había pocas innovaciones de repertorio: Paquito Chocolatero, Amparito Roca, España Cañí, Churumbelerías, Francisco Bravo, Flores Españolas… Igual pasaba en las procesiones: Triunfal, Nuestro Padre Jesús, Adoración, Fervor, Divina Gracia… Unas cuantas salidas a la calle y ya no necesitábamos papel. Tan incrustadas quedaban aquellas marchas y pasodobles en nuestro ADN que incluso hoy, treinta y tantos años después de dejar la banda, podría tocar mi papel de memoria en la mayoría de ellas.
Ahora, con las consabidas medidas de separación social, con la tristeza que supone la falta de fiestas, no estaría mal que algunos fines de semana se permitiera a los músicos, en pequeños grupos, salir a la calle a ofrecer alegría a los ciudadanos con sus pasodobles, haciéndoles sentir el cariño ciudadano aplaudiendo desde los balcones. No puede haber fiesta sin música, pero con las medidas adecuadas, puede haber música sin fiesta. Puede ser Fiesta la Música.

(Foto Marcial García Cañabate, mayo 1957).