“En nuestro joven corazón sentíamos prematuramente el fuego exaltado del patriotismo, y la obscuridad en que permanecían envueltos aun los hechos de la historia de Utiel, excitaba vivamente el deseo de buscar la luz, doquiera que se encontrase.”
D. Miguel Ballesteros Viana (1878-1910)

Las siguientes líneas no pretenden hacer un resumen de la vida y obra de D. Miguel Ballesteros Viana, un trabajo que ya han realizado cuidadosamente otros investigadores de mayor talla, como son José Luis Martínez y el recientemente fallecido Miguel Cremades. Es más, os invito a leer sus obras en relación al primer Cronista Oficial de Utiel.
Nuestro objetivo es valorar otros asuntos. Pero para los muchos que, por desgracia, si desconocen su figura, nos vemos obligados a hacer una pequeña presentación. Nacido el 8 de mayo de 1866 en una típica casa esquinera de la “Placetilla de los Santos”, la cual ahora lleva su nombre, Don Vicente Miguel Ballesteros Viana es un hombre de su época. Una de esas grandes personalidades que se criaron y desarrollaron su vida en plena Edad Dorada de Utiel (1840-1952), aquellas décadas a medio camino entre el siglo XIX y XX donde la ciudad se industrializó a pasos forzados de la mano de la expansión vinícola, configurando un importante centro económico hegemónico en el interior valenciano y capaz de competir con algunas de las capitales provinciales vecinas. En esa pujante ciudad, cuyo auge no parecía tener fin, se crió el hijo del carpintero Julián Ballesteros Iranzo y Salomé Viana, que se educaría en las Escuelas Pías de Utiel y otros centros de Valencia y Madrid, licenciándose en esta última como farmacéutico. En esta etapa comienza a recopilar información en bibliotecas y archivos, que iría completando desde 1894 por el barrido documental acometido en los fondos municipales con el patrocinio en las autoridades políticas. Por no olvidar el respaldo recibido por un grupo de utielanos que compartía sus mismas inquietudes por la historia local: Manuel Almonacid García, Julián García Alegre, José María Ballesteros Tranzo o José Morró y Aguilar. Toda esta información sería escrita en su completa Historia de Utiel, pero también en su Historia de la imagen y santuario de Nuestra Señora del Remedio, La Romería de la Virgen del Remedio y los tres apéndices de la Historia Contemporánea de la Villa de Utiel. Paralelamente a su carrera como historiador local, impartiría una importante actividad de difusión cultural, con apenas 22 años crearía la primera biblioteca popular de Utiel en 1888 con el nombre de “El fomento literario”, fundó tres periódicos (“El Heraldo de Utiel”, “Utiel” y “El Viñador de Utiel”) y colaboraría en números artículos de prensa local, regional y nacional. Su vida, como la de muchos otros que no serían debidamente reconocidos hasta “criar malvas”, acabaría prematuramente suicidándose el 22 de marzo de 1910, tan solo tenía 44 años.

En un momento donde la redacción de historia en un ámbito nacional y local consistía en crear grandes cronicones caracterizados por su inexactitud y sus ansias para buscar un pasado glorioso al sujeto histórico protagonista (la nación, el pueblo, etc.), pocos habían hecho estudios racionales basados únicamente en los documentos históricos. Nuestro protagonista desechó esa costumbre tendenciosa, visitando durante años distintos archivos nacionales y los desaparecidos Archivos Históricos Municipal y Parroquial de Utiel para canalizarlos el año 1899 en la Historia y anales de la muy leal, muy nombre y fidelísima Villa de Utiel.
El propio uso de “anales” es sumamente interesante, pues lo enlaza por una parte con definición propia de la palabra, “narración de acontecimientos pasados”, y por otro, con la profunda revolución historiográfica desatada por la “Escuela de Annales”. La cual, oficialmente nace en 1929 con la fundación de la revista “Annales” por los franceses Marc Bloch y Lucien Febvre, aunque no se impondría frente a la “historiografía clásica” hasta el fin de la II Guerra Mundial, y en especial, con la emblemática figura de Fernand Braudel. No debemos olvidar que la anterior historiografía rimbombante y patriotera había sido utilizada como un instrumento para la construcción de los “Estados Nacionales”, caldeando durante décadas unas sociedades europeas alimentadas por el romanticismo, el nacionalismo e ideas de superioridad racial (darwinismo social) que desatarían lo peor del ser humano.
No obstante, D. Miguel Ballesteros Viana, aunque sigue estando su obra envuelta en los principios que guiaban la forma de escribir historia por sus contemporáneos, muestra un gran interés por profundizar más allá. Es más, su Historia de Utiel podríamos considerarla como un escrito de transición. Pues sigue enfatizándose principalmente asuntos políticos y bélicos, así como personalidades relacionadas a los mismos. Aspectos comunes entre los historiadores del siglo XIX y primeros años del XX. Pero demuestra un especial interés en ampliar los temas de estudio, teniendo en cuenta aspectos geográficos, sociales y formas de mostrar la investigación histórica. Justamente algunos de los revolucionarios puntos que defendería Annales. Todo ello lo apreciamos en su temática, que constantemente hace referencia la vida económica, las sociedades del pasado, eventos lúdicos o descripción paisajística, complementando los parámetros políticos. Sin descontar su manera de interrelacionar el devenir histórico de Utiel contextualizándolo en la frontera castellano-aragonesa, el fundamental peso de sus rivalidades con Chelva y Requena, o la introducción de nuevas técnicas, como el uso de fotografías que él mismo realizaba e introdujo en su publicación.
Otro de sus principios básicos fue ofrecer la exactitud que podía alcanzar con los datos históricos que disponía. Este ha sido uno de sus aciertos más reconocidos, ofreciendo una investigación concisa, que apenas divaga e intenta escapar de los episodios históricos donde no puede ofrecer exactitud. Comprobando los cronistas y el resto de historiadores posteriores al barajar documentos, que Ballesteros efectivamente no decía nada sin un respaldo documental verídico, dando por sentado sus propias palabras introductorias:
“Con la indulgencia del lector, abrimos desdé luego las páginas de la narración, áridas y severas de suyo, pues preferimos, ante todo, el silencio a la duda en pro de la veracidad que debe imperar en este linaje de trabajos; y por la que regula al nuestro, respondemos desde este instante con la mano sobre el corazón, y ante los evangelios de la historia.”
Además, la intencionalidad de su obra muestra un claro carácter como primer paso de iniciación para un estudio comunitario de nuestro pasado mucho más ambicioso, dejando atrás egos personalistas con la intención de marcar un camino para futuros investigadores, lo cual conseguiría sobradamente. Unas premisas, que a nuestros ojos actuales parece lo normal y lógico, pero que aún no estaban intrínsicamente acogidas en su momento entre los eruditos interesados en la historia y antigüedad de sus pueblos. En palabras suyas:
“Con este primer ensayo de su historia, no pretendemos con un escritor de nuestro siglo haber levantado monumento alguno a nuestra pequeña patria, pero acariciamos la idea tan sólo de haber hecho o procurado algo en beneficio de ella; esperando que inteligencias más claras y plumas mejor cortadas que la nuestra, corrijan, amplíen y prosigan este modesto trabajo, escrito sin pretensión alguna, y cuya sola bondad consiste en el amor que lo inspiró.”
En nuestra comarca, la Meseta de Utiel-Requena, tenemos buenos ejemplos de esas crónicas de escaso rigor histórico. Es sumamente interesante comprobar los quebraderos de cabeza que daría al propio D. Miguel, el toparse con “historiadores” que seguían dando voz a la imaginación, más interesando en relacionar su pueblo con los personajes bíblicos de Genesis y los reyes míticos de Tartessos. En concreto, podemos hablar de su contemporáneo requenense Enrique Herrero y Moral, sobre el cual y su obra el propio Ballesteros nos dice que le presenta “recelo (por no llamarle desconfianza) con que miramos las contadas páginas de su historia”. Porque como el bien expresa, “si hubiéramos tenido a nuestro alcance una buena crónica de dicha población, nos hubiera dado mucha luz en varias ocasiones, y facilitado nuestro trabajo, ahorrándonos sendos ratos de investigación, y no pocas vigilias; empleadas en aclarar y compaginar, no ya sólo las notas más salientes de la narración utielana, sino también en la de Requena, por el gran enlace y mayor conexión que existe entre muchos sucesos comunes a los dos pueblos”. En definitiva, para nuestro protagonista “la historia que escribió de Requena, el Sr. Herrero y Moral (1890) nos parece, a pesar de los buenos deseos del autor, una … equivocación. La antigua villa y hoy ciudad de Requena, merece por su brillante historia mucho más de lo que el Sr. Herrero la hubo de ofrecer”.
Esto no quiere decir que Ballesteros Viana fuera una persona combativa por la causa utielana en la rivalidad antagónica con la vecina oriental, es más, su visión comarcal es elogiable. Y esto lo podemos ver en la forma que es capaz de valorar a sus antecesores en el estudio de la historia de Requena, refiriéndose con respeto a Luis Pedrón, Pedro Domínguez, Francisco Herrero Sánchez, y en espacial al presbítero D. José Díaz Martínez, “cuyas Antigüedades de Requena merece bastante atención, y sentimos no poseerlas, aun cuando hemos hojeado algunos fragmentos que revelan su bondad”. Pero, sobre todo, el cómo trasmite su pasión por descubrir el pasado de ambas poblaciones, y por supuesto de toda la comarca y nuestra hermanada Cuenca:
“Declaramos ingenuamente que, a través de la larga peregrinación que hubimos de emprender, por archivos y bibliotecas, en busca de datos y noticias, para poder ofrecer a nuestro pueblo, este pequeño libro de sus proezas y vicisitudes, a través de los tiempos, jamás despreciamos el hallazgo de cualquier dato que se relacionase con Requena, y recogímoslo con igual interés que si fuese de Utiel, o de otro pueblo vecino. Bien manifiesta se halla la relación que guardan entre sí las crónicas de Requena y Moya, con la que tan desaliñadamente estamos desarrollando; por eso deben auxiliarse todas tres, para mayor esclarecimiento de los hechos y beneficio de la historia. Ningún interés tenemos en la ocultación de sucesos que puedan dar nombradía a la vecina ciudad. Es más; en sus rivalidades y antiguos rozamientos con Utiel, procuramos ser lo más parcos posible, pero bien a pesar nuestro, a cada paso tenemos que ocuparnos de tan enojoso asunto. Y decimos enojoso, porque en nuestros días han desaparecido ya todos los viejos antagonismos entre uno y otro pueblo, merced al progreso de los tiempos y a la difusión de los ideales avanzados: y aunque es muy extenso aun el campo de enemistades que nos queda por recorrer en esta crónica, llega también un instante en que, a la sombra de las banderas federalistas, utielanos y requenenses fraternizaran entre sí, ahogando el funesto grito de rivalidad que por tantos siglos les separó.”
Desgraciadamente, esas rivalidades ya supuestamente superadas regresarían en el siglo XX, desatándose sin ninguna necesidad los mayores rencores y chovinismos. Aun presentes en la actualidad, e incluso negándose a día de hoy por ciertos sectores el claro carácter bicéfalo de nuestra Meseta. En fin, algunas cosas nunca cambiarán.
Regresando al tema, podemos comprobar que la importancia de Ballesteros Viana y su metodológica obra se bifurca en dos ámbitos. Por un lado, y por la cual ha sido más recordado, por recopilar en un libro el pasado de Utiel, y en cierto modo de toda la comarca, con gran precisión histórica, convirtiéndose en una obra de consulta básica para todas las generaciones posteriores. Pero, por otro lado, como he intentado reflejar, por ser un pionero en la forma de “escribir historia”. Todo un ejemplo de cómo se debe estudiar y entender los sucesos históricos locales trasmitiendo toda la información conseguida, sin divagar y pretendiendo someter al mínimo la subjetividad propia del autor. Pocas publicaciones con 120 años han envejecido tan bien, un relato que se vuelve a descubrir con cada relectura.


Seguramente, D. Miguel Ballesteros Viana sea el historiador comarcal más conocido y su Historia de Utiel, en sus distintas ediciones de 1899, 1973 y 1999 sea uno de los libros más renombrados. Sin duda así lo refleja el Instituto de Educación Secundaria y la plaza con su nombre, por no olvidar la plaza conmemorativa del artista Esteban Alcantarilla. Sin embargo, por las razones ya dichas, es necesario aunar más para homenajear semejante figura, y desde su fundación, la Asociación Cultural Serratilla entendió que este debía tener un reconocimiento original y atemporal.
De esta manera nació la idea de hacer una estatua sedente en bronce de semejante personalidad, que sería inaugurada el pasado 16 de noviembre de 2019. Presentándose una bella escultura, la única de cuerpo entero realizada en la comarca, de la mano del escultor conquense Javier Barrios. Una iniciativa que ha sido realidad gracias a la gran “utielanidad” mostrada por D. Manuel Moya Benavent, Catedrático y jefe del Servicio emérito del Departamento de Pediatría de la Universidad Miguel Hernández-Hospital Universitario San Juan de Alicante, revelándose como un verdadero mecenas del siglo XXI. Ahora, la estatua de D. Miguel Ballesteros Viana, con un detallismo digno de ser contemplado, presidirá la vida pública de la Ciudad de Utiel desde su centro histórico en la Plaza Mayor del Ayuntamiento, contemplando aquellos dos edificios, la Casa Consistorial y el Templo de Ntra. Sra. de la Asunción, donde paso tantas horas entre legajos.
PARA SABER MÁS:
BALLESTEROS VIANA, Miguel. Historia y anales de la muy leal, muy noble y fidelísima villa de Utiel. 1ª edición. Valencia, Imprenta de “El Correo de Valencia”, 1899. / Pr. José Martínez Ortiz. 2ª edición. Utiel, Ayuntamiento, 1973. / Pr. de Enrique Luján; coord. Miguel Cremades. 3ª edición. Utiel, Ayuntamiento, 1999.
BALLESTEROS VIANA, Miguel. Historia contemporánea de la Villa de Utiel. Ed. lit. José Luis Martínez Martínez. Utiel, Ayuntamiento, 1998, 128 p. Original de 1908.
CREMADES MARTÍNEZ Miguel, MARTÍNEZ MARTÍNEZ José Luis. Miguel Ballesteros Viana y el Utiel de su época. Utiel, Miguel Cremades, 1997.
LÓPEZ MARÍN, Mariano y PONCE JUNQUERO, Santiago. Crónica del Homenaje en Utiel al historiador D. Miguel Ballesteros Viana con motivo del 120 aniversario de la publicación de la Historia de Utiel. Blog de la Asociación Cultural Serratilla.
http://asociacionserratillautiel.blogspot.com/2019/11/cronica-del-homenaje-en-utiel-al.html