Casas del Río comenzó siendo un emplazamiento de explotación agrícola entre 1531 y 1596. Su fundación como entidad poblacional comienza en 1720, y conocemos por primera vez la cantidad de vecinos que tenía en 1847, según los datos que aparecen en el Diccionario de Madoz. Según éste, Casas del Río disponía, alrededor de 1847, de 35 vecinos, que multiplicándolo por cerca de 4 (número medio por familia) daría como resultado entre 125 y 140 habitantes totales.
En 1871 Casas del Río cambia su municipalidad desde Cofrentes a Requena. En 1887 conocemos el siguiente censo de la población, con 306 habitantes. En 40 años la población se incrementó en un 148 %.
El culmen de población de Casas del Río llegó en 1950 con 631 habitantes. En 67 años aumentó 325 habitantes, un 106%., coincidiendo con la explosión agrícola que tuvieron el municipio y la comarca hasta esa fecha. A partir de este año la demografía de Casas del Río comenzó a disminuir debido al menosprecio de la agricultura y el mundo rural interior, y a la promoción de la industria y servicios, y del mundo urbano y costero.
En 1975 la población de Casas del Río había disminuido hasta 166 habitantes, es decir un -76%. En 25 años se produjo una drástica disminución poblacional, superior al resto comarcal debido a su aislamiento de vías de comunicación y la consecuente difícil explotación agrícola.
Hasta el año 2000, otros 25 años después, su demografía ha seguido disminuyendo hasta llegar a la cifra de 55 habitantes, un -67%. Otra gran caida que dejó a la aldea en los límites de la despoblación.
Y 16 años después, en 2016 la aldea ha seguido perdiendo población hasta los 30 habitantes, un límite que debería preocuparnos por la cercanía al despoblamiento total de una población que fue próspera.
El mantenimiento de la aldea hoy en día se debe sobre todo al turismo que mantiene abiertas sus casas durante los periosos vacacionales, y que podría ser un motor para su recuperación. Pero, al igual que el resto de nuestra comarca, necesita que la administración política no abandone estos lugares, y no dedique sólo sus inversiones y servicios a las capitales regionales y a sus municipios privilegiados afines. La Confederación Hidrográfica del Júcar, que controla todo lo que pasa en el río Cabriel, perjudica constantemente con sus decisiones la mejora del desarrollo turístico de Casas del Río, con el consentimiento del gobierno regional que parece favorecer más a las zonas valenciano hablantes en los aportes de nuestro río. La suelta del pantano de Contreras en pleno agosto para favorecer el riego de los municipios arroceros como Sueca y aledaños, obligan al desalojo de los bañistas del río Cabriel por miedo a la fuerte corriente y a las aguas heladas que provienen de lo más profundo de nuestro pantano. Ni nuestra comarca, ni la de nuestros vecinos manchegos, tenemos ninguna opción de opinar ni influir en esta oscura institución ubicada en la capital valenciana, ciudad que no tiene nada que ver con las vertientes del río Júcar, y por lo tanto de nuestro río, el Cabriel.
Autor: Javier Jordá Sánchez
Bibliografía.
Diccionario de Madoz
INE