El pósito de Requena se encargó en la Edad Moderna de proporcionar cereal y harina a los vecinos en tiempos de escasez. Se sufragó fundamentalmente con el fruto de sus operaciones comerciales y financieras, estrechamente supervisadas por los regidores municipales, lo que no evitó más de un exceso. A pesar de ello, el pósito cumplió una misión fundamental y desplegó una actividad muy intensa y extensa en años de dificultades como los de 1583 a 1590, según se aprecia en este mapa.