Vivimos tiempos nada fáciles, como es de sobra conocido, y los brotes de coronavirus en ciertas industrias cárnicas en Alemania han vuelto a encender las alertas en el espacio de la Unión Europea, que con dificultad intenta alcanzar la normalidad apetecida.
Las autoridades públicas han debido atender a lo largo de la Historia a las condiciones sanitarias de la carne por razones bien obvias. En junio de 1647 se declararon casos de peste en Valencia, concretamente en el área de Ruzafa, dentro de la que sería una de las mayores epidemias de tal enfermedad en la España mediterránea. Desde Requena, se extremaron las precauciones. El 26 de septiembre de aquel año su consistorio prestó la debida atención al consejo del doctor Cucarella, por mucho que el abastecimiento de carne fuera más que deseable:
“En este Cavildo el doctor Vicente Cucarella, médico, dio rraçón de que en esta villa algunos vecinos cavañeros venden los ganados que se les mueren a todas las personas que se les quieren comprar y que según su sentir este género de mantenimiento será muy noscivo a la salud, a cuyo remedio se deve acudir con todo cuidado, juntamente con que no se vendan ni se pasten otros mantenimientos que sean dañosos, y por sus mercedes hubo lo susodicho. Mandaron que se pregone públicamente (que) ninguna persona venda carne que llaman mortecina (bajo) pena de quatro ducados aplicados por los gestos que se an hecho.”

ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE REQUENA.
Actas municipales de 1647, nº 3268.