El siglo XIX fue una centuria de profundas contradicciones sociales en la forma de entender la ciencia, la filosofía, la política, el arte o la historia. A lo largo de todo el siglo surgió en toda Europa un movimiento crítico con la visión racionalista de la ilustración y defensora de la exaltación de los sentimientos. El Romanticismo, como se le conoce, se desinteresó por la Antigua Grecia y Roma centrándose en una historia más cercana, especialmente en la Edad Media. En el ámbito artístico el romanticismo readaptó los antiguos modelos artísticos trascurridos en el Medievo, centrándose especialmente en el gótico. Llevando a cabo un modelo de imitación del lenguaje arquitectónico del arte gótico, utilizaron los conocimientos superiores de los que disponían. El estilo neogótico se trataba, por tanto, de un movimiento artístico historicista que sobrepasó el ámbito arquitectónico y se extendió por casi todas las artes (decoración, arte mueble, pintura, literatura, música, etc.).
El neogoticismo en la segunda mitad del siglo XIX alcanzó una enorme fama y consideración en Europa y Norteamérica. A España llegaría con mucha fuerza a finales del siglo XIX, paralelamente a la Edad Dorada de Utiel (1840-1950). De esta manera, en nuestra zona este estilo se desarrollará con cierta relevancia en una serie de construcciones, en su mayoría religiosas. En muchos casos, el neogoticismo fue aplicado en ampliaciones o remodelaciones de antiguos templos católicos de estilo gótico. En este sentido, la Diócesis de Cuenca, a la cual aún pertenecía Utiel a principios del siglo XX, llevó a cabo la actual fachada principal de la catedral; usando los criterios góticos de una manera tan detallada, que cuesta para la gente inexperta reconocer si es original o no. Sin embargo, no se trata de una decisión aislada de las autoridades eclesiásticas conquenses de la época, pues prácticamente en toda España el neogoticismo, de manera más o menos pura, se impondría en las nuevas construcciones patrocinadas por la Iglesia Apostólica Romana (templos, colegios, seminarios, hospitales, etc.). Una fe católica que necesitaba durante la Restauración Borbónica demostrar cómo había recuperado su posición tras décadas de retroceso de su poderío económico y moral por las revoluciones liberales del siglo XIX.
Sin embargo, el estilo neogótico no fue exclusivamente católico y eclesiástico, pues la sociedad burguesa de las grandes y pequeñas ciudades provinciales incorporaría el lenguaje artístico del nuevo gótico a sus construcciones laicas. Aunque no debemos olvidar como parte de esta clase social poco a poco se estaba vinculando con la Iglesia católica, a pesar de haber sido los instigadores de la secularización de la misma con anterioridad al Sexenio Revolucionario. La obra de Antonio Gaudí es un buen ejemplo de cómo esa sociedad urbanita, profundamente creyente, incorporaba las características propias del neogótico en su arquitectura para finalmente construir un estilo propio heredero del mismo. En algunos casos, como en Valencia o Cataluña, los crecientes regionalismos y nacionalismos políticos y culturales vincularon su esencia de identidad histórica al antiguo gótico mediterráneo, reproduciendo de manera descarada sus edificios más emblemáticos.
Por su parte, en la Meseta de Utiel-Requena se realizarían con patrones arquitectónicos neogóticos edificios de nueva planta o incorporando elementos decorativos propios del neogoticismo a edificios no puramente neogóticos. En las siguientes líneas realizaremos un pequeño repaso de los mismos.
Los templos neogóticos.
Tal y como hemos hecho hincapié con anterioridad, el estilo neogótico es eminentemente religioso y vinculado a las obras promovidas por la Iglesia. Por lo tanto, no es de extrañar que los tres edificios neogóticos más importantes por tamaño y autenticidad en su estilo sean espacios religiosos de carácter público. Nos referimos a la Capilla de la Comunión de la Iglesia de la Asunción de Utiel, la Iglesia parroquial de Las Monjas (pedanía de Venta del Moro) y la Iglesia del Corazón de María en Requena.
La Capilla de la Comunión de Utiel era una ampliación de la Iglesia de Santa María Nuestra Señora de la Asunción que se remonta a 1610. Ubicándose al lado izquierdo de la nave principal del templo, a los pies de la Torre Nueva, con una portada del siglo XVII actualmente tapiada y con una inscripción que indica: “VTIEL MDO FACER ESTA OBRA SIENDO ALCALDE MAIOR POR SU MAG LDO BLAS DE PRADA 1610”. Para el siglo XIX el estado de la capilla era ruinoso, situación que no mejoraría con la “imperfecta, irregular y antiartística” reparación de 1852, según la memoria del párroco Julián García Alegre redactada entre 1878 y 1908. Tras el derrumbe de parte de la bóveda en octubre de 1903, comenzarían las obras para levantar un templo de nueva planta definitivamente acabado en 1905. Una ambiciosa reforma que daría su actual carácter neogótico con una sola nave rodeada de pequeñas capillas adosadas de escasa profundidad, en las cuales alberga unos amplios ventanales y óculos, todo ello cubierto por una esbelta bóveda de crucería.
La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Las Monjas se levantaría en 1928 por el mecenazgo de Doña Lucía Garrido Pardo, pues con anterioridad los menesteres religiosos de la aldea venturreña se cumplían en una capilla existente en el caserío de Los Pleitos. El templo es de una sola nave central con bóveda de crucería y varias capillas adosadas en los laterales, con fachada, portada con gablete y torre campanario de imitación gótica.
La Iglesia del Corazón de María en Requena, en la Calle San Fernando como parte de la residencia de los Padres Misioneros Claretianos, también fundada y levantada el año 1828. Su fachada neogótica está bien definida, pero su estilo imitativo se desdibuja por el uso de materiales no asociados en el imaginario colectivo al gótico (mampostería poligonal, ladrillo de cara vista, etc.). En su interior albergaría un retablo de madera con traza neogótica que sería eliminado en la Guerra Civil y reconstruido en 1942, ubicándose actualmente en la Iglesia de Santa María.
Fuera de la Comarca, pero dentro del área de influencia cultural y económica de Utiel, destaca la pequeña Iglesia de la Virgen de los Dolores en el Más de Caballero. Un pequeño caserío dentro del municipio de Chelva, pero cuya única carretera que daba comunicación con el exterior se dirigía a Utiel y había sido erigida por Fidel García Berlanga en 1912. El edificio fue levantado a principios del siglo XX por los propietarios del rento, D. Antonio Lázaro y su hija María Lázaro, y se trata de un edificio de una sola nave con bóveda de cañón y una fachada principal caracterizadas por su gran altura, siendo ampliada en los años 50 su cabecera así como levantando una sacristía en el lado derecho.
La decoración neogótica.
Al margen de los edificios plenamente neogóticos, debemos también recordar que en otros tipos de construcciones, serían incorporados elementos decorativos de inspiración gótica (arco de medio punto, relieves y molduras geométricas o vegetales, frondas, rosetones, gabletes, etc.). Estos inmuebles de la subsiguiente manera, sin contar con un estilo neogótico puro en su diseño, sí que disponen de características propias del mismo. Dentro de Utiel hemos encontrado estas particularidades en las fachadas pertenecientes a sociedades religiosas o empresariales de cierta relevancia. Son los casos concretos de la escalinata de acceso al Hospital de Nuestra Señora del Remedio, de estilo modernista inaugurado en 1891, pero con molduras decorativas inspiradas en la vegetación pétrea del gótico. Por su parte, la fachada de la Electra del Cabriel en La Rambla (Calle Nicolás Ruiz) es un edificio artísticamente muy complejo donde también está presente la vegetación pétrea gótica, así como un trabajo de forja en las ventanas de modelos circulares inspirados en los rosetones neogóticos. Igualmente el neogoticismo cuenta con una presencia decorativa muy significativa dentro de los cementerios, ante lo cual hemos preferido hacer una referencia propia.
La “muerte” neogótica.
El estilo neogótico cuenta con una de sus mayores presencias dentro de los camposantos comarcales, tanto con edificios propios como en detalles decorativos. Es importante indicar, que en ambos casos siempre nos estamos refiriendo a panteones privados generalmente pertenecientes a las familias más adineradas y aristocráticas de Requena y Utiel. Destaca el uso de puertas de medio punto y cenefas de decoración vegetal, así como algunas cornisas falsamente almenadas.
En especial nos debemos referir al Panteón de los Medina de Utiel, con un estilo de imitación muy preciso en el conjunto escultórico y heráldico de la portada, las ménsulas, acróteras y las gárgolas de desagües único dentro de todo el conjunto neogótico de la Comarca. Sin olvidar la cubierta multicolor de tejas vidriadas que dejaba latente la riqueza de los Medina, familia con mayor número de propiedades en el municipio para la época.
Esperamos con este pequeño artículo introducir un poco más de saber sobre el estilo neogótico en la Meseta de Utiel-Requena, pues realmente se encuentra muy poco estudiado a nivel local y consideramos de gran importancia por su valor histórico-artístico, en especial el Panteón de los Medina y la Iglesia de Las Monjas. Además, aunque prácticamente todos los edificios comentados gozan de buen estado de conservación (exceptuando la Iglesia del Más de Caballero, dañada considerablemente por el abandono y el vandalismo), su nivel de protección es mínimo en la mayoría de los casos. Lo cual obliga a una necesaria puesta en conocimiento de los habitantes de la Comarca, ya que el gran público en su mayoría desconoce u obvian nuestros edificios neogóticos.
PARA SABER MÁS:
GARCÍA GRAU, Luis. Templos y ermitas de Requena: memorias de Luis García Grau. Requena, Ayuntamiento, Junta de Cofradías de Semana Santa, Centro de Estudios Requenenses, 1997.
CREMADES MARTÍNEZ, Miguel. Historia y descripción del Templo de Nuestra Señora de la Asunción de Utiel. Utiel, Miguel Cremades Martínez, 2007.
BASSEGODA I NONELL, Joan. “Gótico, neogótico y Gaudí”. Boletín de Bellas Artes, 1997, Nº 25, págs. 97-106.
MÁRTINEZ PINO, Joaquín. “El neogótico. Arquitectura y restauración”. El siglo XIX: la mirada al pasado y la modernidad. Centro de Estudios Ramón Areces, 2015, págs. 179-215.