Primera campaña de excavación ordinaria (2001).
INTRODUCCIÓN
El presente artículo es una ampliación de la Memoria correspondiente a la primera intervención ordinaria, remitida a la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat Valenciana, financiada por este organismo y por el Ayuntamiento de Utiel, cuyos trabajos fueron dirigidos por el que esto suscribe y por el también arqueólogo Israel Espí Pérez, en septiembre de 2001.
El yacimiento de La Mazorra, que adquiere el nombre del monte sobre el que se asienta, se localiza al noroeste de Utiel, sobre un espolón rocoso situado en la cumbre, que constituye uno de los elementos que conforman la Sierra de Utiel, estribación de la de Negrete, límite por el norte de este municipio con Chelva, en la comarca de Los Serranos.
Su emplazamiento en altura, al oeste de la carretera local Utiel-Pantano de Benagéber (CV-390), junto a la urbanización Casa Medina, le confiere un marcado carácter estratégico, de visualización y control del territorio circundante, así como del camino que une nuestra comarca con la de Los Serranos, que discurre bien por el fondo de vallejos y cañadas o por laderas montañosas, hasta alcanzar el curso del río Turia.
El yacimiento se enclava sobre una plataforma rocosa, a 1.085 m snm y ocupa aproximadamente 1,7 Ha, buzando de norte a sur. Su acceso principal lo constituye un camino que asciende desde su base en dirección sur-norte, discurriendo por el este del monte.
La primera noticia de su existencia la proporcionaba el historiador utielano Miguel Ballesteros, quien afirmaba que Mazorra es una corrupción de Mazmorra, término que dice proceder del topónimo árabe Almazora (Ballesteros, 1899:11).
Fue prospectado en 1959 por Enrique Pla Ballester, subdirector del citado Servicio, y por su colaboradora María Ángeles Vall, acompañados por el utielano José Martínez Ortíz, jefe de la sección de Archivos, Bibliotecas y Museos del Ayuntamiento de Valencia, Alejandro García Martínez, Cronista Oficial de Utiel, y Luis García Ejarque, Jefe del Servicio Nacional de Lectura, natural de Caudete de las Fuentes (Pla, 1961: 223-224).
En su informe, Pla Ballester indicaba lo siguiente:
«Se trata de una morra sita al Sur de la Sierra Moreneta, en término de Utiel, de bastante altitud y aislada de la cadena montañosa, cuyo rellano superior está rodeado de profundos escarpes cortados como a pico, casi verticales. A media ladera existe una alineación de muros que podrían constituir la primera línea de defensas. La gran explanada de la cumbre está ligeramente inclinada, y en ella se ven restos de paredes y de otras construcciones, como hoyadas llenas de piedras derrumbadas que debieron pertenecer a aquellas. Una de estas hoyadas, que había sido vaciada en parte por buscadores de tesoros, forma como un silo o depósito, de sección circular, cavado en la roca natural y perfilando su borde mediante muro de piedra, estando el círculo de la boca inscrito en un rectángulo mayor, formado por cuatro paredes también de sillarejo. Por el extremo del collado, donde los escarpes son de poca altura, existen restos de una gran muralla de gruesas piedras, bien talladas, de unos dos metros de ancho.
Se recogió superficialmente gran número de fragmentos de cerámica ibérica, de campaniense B y otra más basta, posiblemente romana. Noticia de este despoblado se tenía ya hace años en el Servicio, proporcionada por el colaborador señor Chocomeli Galán». 3
También fue incluido en la Tesis de Licenciatura del que esto suscribe, leída en 1982. Además de describir sus características, se daban a conocer una serie de materiales arqueológicos de época ibérica y romano-republicana, entre los que destacaba una cabecita femenina de terracota (Martínez, 1982: 62-64) y una moneda de KILI, de mediados del S. II ane. (Martínez y Camps, 1985:39).
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1 Podría corresponder, con todas las reservas a المحصورة, al-maḥṣūra, “la cercada”.
2 José Chocomeli Galán, (Játiva, 1894-Valencia, 1946), licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valencia, formó parte del grupo de ilustrados de Játiva durante los años 20 del pasado siglo. En 1937 fue nombrado por la II República miembro de la Subjunta del Tesoro Artístico. Tras la contienda fue comisario de excavaciones arqueológicas y conservador de la Iglesia de San Félix de Játiva. En 1940 fundó la revista de Arte y Arqueología Saitabi. Un año después se integró como correspondiente en la Real Academia de la Historia. En 1946, poco antes de su muerte, fue nombrado delegado provincial del Patrimonio Artístico de Valencia.
Asimismo, parece proceder de este yacimiento un fragmento de planchuela de plomo de 40 mm de longitud por 30 mm de anchura, escrita por una sola cara, con dos líneas de signos incisos, la primera de difícil lectura por estar éstos superpuestos y la segunda claramente identificable:
KA-I-S-E-(N)… o BA-I-S-E-(N)…KA-I…
O-N-O-S
Pudiera tratarse el vocablo ONOS de un nominativo plural o un nombre propio de origen celtibérico. (Fletcher, 1982: 252-254 ).
Fig. 4. Plomo de la Mazorra, según Fletcher.
La Mazorra, como en la mayoría de los yacimientos de la comarca, ha sido objeto, sobre todo entre los años 1970 a 1980, de la acción indiscriminada de excavadores clandestinos, aunque en este caso no afectó de una manera grave al mismo. Se observan en su superficie, en la zona de la cumbre, una serie de hoyos, tres o cuatro a lo sumo, que han dejado al descubierto, parcialmente, alguna habitación. Producto de estas rebuscan fueron el hallazgo de un número indeterminado de objetos metálicos, sobre todo monedas y fíbulas que actualmente se encuentran en colecciones particulares.
Ante las diversas líneas de investigación sobre la Cultura Ibérica que en aquel momento (año 2001) se estaban desarrollando en la comarca 3, propusimos al Ayuntamiento de Utiel una primera intervención en el yacimiento de La Mazorra, del que es titular, con un doble objetivo: aportar nuevos datos que definiesen su cronología y contemplar su puesta en valor, para darlo a conocer por medio de una posible ruta arqueológica comarcal, La Ruta de los Iberos. Estas aspiraciones se vieron truncadas por el nulo interés del consistorio utielano para continuar las excavaciones, lo que supuso su no inclusión en la actual Ruta 4 .
EL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO.
El yacimiento que nos ocupa, a pesar de no haberse tenido en cuenta en algunas propuestas de difusión turístico arqueológica comarcales, aduciéndose razones relativas a su deficiente estado (Hortelano, 2001:211-216) o a su poca significación dentro de un conjunto más amplio, (Mata, 2001: 189-196) presenta, desde nuestro punto de vista, un notable interés dentro del contexto de la Cultura Ibérica en la comarca, ya que posee un destacable sistema de fortificación, un hábitat organizado urbanísticamente en terrazas, y un grado aceptable de conservación.
Hasta el año 2000, en el territorio de Kelin (Los Villares de Caudete de las Fuentes), los 182 yacimientos inventariados (Mata, 2001:75-87) correspondientes a la Cultura ibérica, hasta esa fecha descubiertos, se distribuían así:
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3 La profesora Consuelo Mata Parreño, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universitat de València llevó a cabo un proyecto de investigación sobre la organización territorial de la comarca entre los siglos VII y I a. C. Asimismo, el equipo de la Universidad de Alicante comandado por Alberto Lorrio, también realizó prospecciones en el entorno del Molon de Camporrobles. Previamente, un listado casi completo de los asentamientos ibéricos comarcales se dio a conocer en las fichas de yacimientos arqueológicos realizadas por Asunción Martínez Valle y José Manuel Martínez García, tras prospectar todo el territorio, por encargo de la Dirección General de Patrimonio. Recientemente, el investigador del Departamento de Arqueología y Prehistoria de la Universitat de València David Quixal Santos, ha realizado un completo estudio bajo el título La Meseta de Requena-Utiel (Valencia) entre los siglos II a.C. y II d.C. La iberización del territorio de Kelin. Serie de Trabajos Varios del SIP, 118. Diputación de Valencia, 2015.
A la Mazorra se le engloba, junto con otros diez yacimientos, entre los que se encuentra el Molón de Camporrobles, dentro de la categoría IIIb, por su tamaño mediano, 1,7 Ha., asentarse en altura, controlando el territorio circundante y poseer estructuras defensivas conservadas.
Desde su cumbre, a 1.082 m. de altitud, en óptimas condiciones de visibilidad, se divisan los siguientes yacimientos de época ibérica:
Otros yacimientos ibéricos del entorno, aunque no visibles desde la Mazorra, por encontrarse tras cadenas montañosas o en hondonadas son:
Comparten las características de la Mazorra, en cuanto a sus dimensiones, existencia de fortificaciones y situación en cumbres montañosas, con la finalidad de controlar el territorio, los siguientes:
Cerro del Tesoro (Utiel)
Punto de Agua (Benagéber)
Cerro Carpio (Sinarcas)
Cerro San Cristóbal (Sinarcas)
La Atalaya de Chelva El Molón (Camporrobles)
La Peladilla (Fuenterrobles)
Excepto este último, ubicado en la Sierra de la Bicuerca, que penetra como una cuña hacia el centro de la Plana de Utiel, el resto se sitúan en los bordes montañosos de la comarca delimitando el espacio de ésta con respecto a las de Los Serranos y la Serranía Baja de Cuenca.
Los yacimientos que se distribuyen a una distancia máxima de 10.000 m, coetáneos cronológicamente con algún momento de la ocupación ibérica de la Mazorra, poseen las siguientes características:
Fuente del Hontanar. (2.000 m). Yacimiento inédito, visitado durante las excavaciones de La Mazorra. Se sitúa en las laderas y cumbre de un pequeño cerro, observándose alineaciones de muros, muralla superior semi enterrada y dispersión de materiales aproximadamente a lo largo de 1 Ha. Las cerámicas superficiales corresponden al ibérico pleno y época romana. Recientemente ha sido parcialmente destruido a causa de los desfondes sufridos. Se encuentra junto a una secular surgencia de agua.
Cueva de Los Mancebones. (5.500 m). Cueva ritual. Se sitúa en la sierra de Juan Navarro, en una ladera orientada a la Rambla de Estenas, que separa los términos de Utiel y Requena. Fue descubierta hacia 1940 por el cronista de Utiel Alejandro García, quien halló superficialmente un cráneo trepanado, dos colgantes de pectem, y varias puntas de flecha de silex, posiblemente correspondientes a un enterramiento eneolítico, materiales que actualmente se exhiben en el Museo Municipal de Utiel. No ha sido objeto de ninguna excavación arqueológica, aunque el que esto suscribe la dio a conocer a Milagro Gil-Mascarell, quien la visitó con otros miembros del Laboratorio de Arqueología de la Universitat de València en la década de los años 70 del siglo XX, publicando parte de los materiales recogidos en aquella ocasión (Gil Mascarell, 1975:305-306), que consistían principalmente en vasitos caliciformes de pastas y superficies grises o negras.
Posteriormente también fue incluida en mi Tesis de Licenciatura , donde se fijaba, en base a los hallazgos superficiales, su amplia cronología como cueva ritual, que funcionó de este modo en época ibérica, romana y medieval (Martínez, 1982: 66-70).
Casas Royas. (5.500 m). Yacimiento del que no se conoce su extensión total, situado en las proximidades de la carretera que comunica Utiel con el Pantano de Benagéber. Fue objeto de una prospección arqueológica para la confección de las fichas patrimoniales de la comarca, descubriéndose lo que consideramos como un horno de época ibérica. Se hallaron superficialmente cenizas, cerámicas con defectos de cocción y la parte trasera de un posible toro de terracota de pequeñas dimensiones. De confirmarse esta hipótesis, contaría la comarca hasta la fecha con un nuevo centro alfarero, además de los cuatro ya conocidos (Mata, 2001: 85)
Cerro del Tesoro (7.500 m). Se extiende por la ladera oeste de la Cabeza del Fraile, frente a la aldea de La Torre de Utiel. Fue prospectado como el anterior, localizándose una línea defensiva semi oculta y dispersión de materiales cerámicos de época ibérica en toda su extensión. Ha sido casi completamente arrasado por excavadores clandestinos en busca de un inexistente tesoro, circunstancia que le dio nombre al yacimiento. En el inventario de yacimientos arqueológicosde la DGP aparece como “Collado de la Plata”.
Torre Villanueva (8.000 m).Se ubica al este del despoblado de Villanueva, junto a la carretera Utiel-Pantano de Benagéber, a unos 300 m del Punto de Agua en línea recta. Instalada en la cumbre de un pequeño montículo, y próxima a la fuente de la Dalia, actualmente se conserva la planta rectangular de esta torre o atalaya ibérica, de gruesos muros, construidos con bloques ciclópeos, de los que quedan cuatro o cinco hiladas. A principios del siglo XX, con motivo de la apertura de la citada carretera, se desmontó parte de la torre para utilizar sus piedras en la pavimentación de aquella.
Molino de Enmedio. Necrópolis. (8.100 m). Tras un desfonde efectuado en las inmediaciones de este molino, en un campo junto a la carretera de Utiel a Los Corrales, en su margen izquierda, aparecieron gran cantidad de manchas de ceniza, cerámicas ibéricas y fragmentos de huesos humanos carbonizados, lo que presumía la existencia de una necrópolis de incineración. A pesar de haberlo comunicado en su día, en el año1985, a la Dirección General de Patrimonio y al Ayuntamiento de Utiel, no se tomaron las medidas necesarias para su estudio.
Punto de Agua. (8.200 m). De este pequeño poblado ibérico fortificado, con muralla, torre y foso, ya dimos noticia al publicar una parte de los materiales arqueológicos aparecidos en su necrópolis tras una repoblación forestal, entre los que destacaban dos puñales, uno de ellos biglobular, y otras tantas fíbulas de la Tène. Tanto los siete recipientes estudiados, utilizados para la conservación de las cenizas, como los materiales metálicos, ofrecían una cronología en torno al S. IV ane (Martínez, 1990: 75-105). Posteriormente fue prospectado por el que esto suscribe y por el equipo de A. Lorrio, quien lo incluyó en su estudio sobre los “Fosos en los sistemas defensivos del Levante Ibérico, siglos VIII-II a.C.”. (Lorrio, 2012:73).
La Cabezuela. (9.000 m). Yacimiento situado en la partida de este nombre, junto a la N-III próximo a la bodega Casa Don Angel. Se tienen noticias, proporcionadas por el propietario, de que al desfondar un campo aparecieron en la década de los años 80 del S. XX los restos de una necrópolis ibérica, de la que se recuperaron varias urnas con sus ajuares, materiales hoy en día desaparecidos. En las proximidades y a raíz de las prospecciones arqueológicas llevadas a cabo en la Vega del Magro por el arranque de viñedos en 1995, se localizaron, junto al yacimiento islámico del Desmonte, un par de yacimientos ibéricos destruidos por transformaciones agrícolas, extremo que también se dio a conocer en su día a la Dirección General de Patrimonio
La Atalaya de Chelva. (10.000 m). Corresponde a la altura máxima más próxima a La Mazorra, tras la caden montañosa de la Sierr del Negrete. Ha sido sistemáticament expoliado distribuyéndose los materiales sustraidos en colecciones particulares. Se trata de un poblado ibérico fortificado con foso, murallas y torres, apreciándose gran cantidad de cerámicas en superficie, producto de las rebuscas. Tras una prospección sistemática llevada a cabo por mí mismo y el equeipo de A. Lorrio, en 1996, la vida del yacimiento se se inició en el Bronce Final o 1ª Edad del Hierro, continuando su hábitat hasta época romano-republicana. (Lorrio, 2012:74).
Barrio de Los Tunos (10 000 m)La villa romana y sus termas se sitúan en la vega del río Magro, junto a la carretera de El Pontón a Utiel, en su margen izquierda, a la altura del caserío que da nombre al yacimiento, en un pequeño altozano. En los niveles inferiores, a unos 2 m de profundidad de la actual superficie del yacimiento, cuyos resultados permanecen inéditos, aparecieron restos de estructuras y cerámicas correspondientes al Ibérico Antiguo.
5 Desde 1991 hasta 1997 y como una de las fases del proyecto de investigación La Romanización en la Plana de Utiel, se llevaron a cabo en la villa romana del Barrio de los Tunos excavaciones arqueológicas ordinarias, dirigidas por J.M. Martínez, que fueron paralizadas, a instancias de la arqueóloga requenense Asunción Martínez Valle, por la Dirección General de Patrimonio. A pesar de los innumerables requerimientos a esa Dirección General y al Ayuntamiento de Requena, el yacimiento fue destruido totalmente por desfondes agrícolas en 2013.
Los yacimientos citados, atendiendo a su tipología y categoría se distribuyen así:
*(Continúa en parte 2)
Autor.
José Manuel Martínez García
Arqueólogo colegiado nº 14.626
BIBLIOGRAFÍA
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