La Semana Santa es una de las cimas de nuestro calendario festivo, enraizada en nuestra cultura de muchas maneras, desde los Pasos que salen en procesión, verdaderas obras de arte, a las suculentas muestras de nuestra rica gastronomía. Los aires de Semana Santa, su cálida atmósfera, es tan familiar como entrañable.
¿Quién me ha robado el mes de abril?, cantaba el maestro Sabina. En este 2020, tenemos bien clara la respuesta. El dichoso coronavirus ha trastocado toda nuestra vida social y personal. La pandemia afecta a una sociedad post-industrial, no a una del Antiguo Régimen, en plena globalización, con expansivas comunicaciones digitales.
La Requena de hoy en día no es la de la llamada gripe española, del cólera o de la peste. Es muy distinta. En nuestra rica y compleja Historia encontramos notables angustias, pero también abnegados ejemplos de entrega, sin olvidar meritorias soluciones sociales. El hambre avalaba la propagación de la peste entre las gentes y los recursos del pósito municipal, en cereal y en dinero, ayudaron a frenar el mal en el crítico siglo XVII.
Contra los azotes de la enfermedad se invocaba la protección celestial, pues hubo un tiempo en el que se pensó que aquélla era el castigo por los pecados humanos. Hoy en día, ya no pensamos así, pero recordamos perfectamente que mañana es la Virgen de los Dolores, que recordamos un día querido al no perder la esperanza en un porvenir mejor, en el que el coronavirus sea un mal recuerdo, un episodio más de la Historia de la veterana Requena.
A día de hoy, la crónica diaria de periodistas y ciudadanos nos brinda una primera línea de información, con todas las reservas que se quieran. Estos primeros cronistas son la vanguardia de los futuros historiadores, que más sosegadamente podrán consultar documentos oficiales y calibrar con mayor precisión algunas implicaciones.

En el porvenir, la historiografía señalara muchos puntos nefastos, pero también podrá constatar la entrega de muchas personas, que con su sacrificio hacen y harán posible la Historia. Al sacrificio de nuestros antepasados debemos lo que somos.
Requena es una superviviente de muchos males y un ejemplo de sacrifico histórico. La Semana Santa a punto de comenzar volverá a demostrar sus virtudes, una Semana Santa que quedará en los anales de su Historia con mayúsculas.