La década de 1920 trajo a Requena una nueva hornada de farmacéuticos, recién salidos de las facultades españolas, con una preparación y una visión renovada de lo que a esta importante especialidad se refería. Adentrémonos en recordar farmacias que, con unos u otros nombres, muchos hemos conocido.
Poco más duraría la titularidad de Salvador Serra Franco. En varios periódicos de la primavera de 1921 se publicitaba, a página completa sin ningún otro anunciante, la nueva Farmacia y Laboratorio del doctor Maximiliano Iranzo Gil (Sucesor de S. Serra), que ofrecía la novedad, tan extendida hoy en farmacias de capitales, de abrir toda la noche, lo que equivaldría a horario de 24 horas.
La Voz de Requena (10-IV-1921) nº 37

No hay duda pues, a la vista de este anuncio, que en la calle del Peso requenense se encuentran hoy los dos comercios más antiguos de Requena: el regentado por la familia Jordá y la Farmacia de Iranzo, centenaria en cuanto al apellido y con siglo y medio a cuestas en cuanto a su dedicación farmacéutica.
Don Maximiliano Iranzo Gil estaba casado con doña María González Gómez. En el momento de tomar la titularidad de la farmacia contaba con veinticinco años, aproximadamente. En 1924 nacería su hijo y sucesor, Enrique Iranzo González.

(Foto Marcial García Cañabate[1])
Ya sabemos que la competencia aviva la imaginación. Con tres farmacias en Requena y, además, tan cercanas unas de otras, la publicidad de las más modernas se incrementó, ofreciendo sus mejores especialidades:
La Voz de Requena (3-VII-1921) nº 42

La Voz de Requena (31-VII-1921) nº 46

Aquellas farmacias no eran como las actuales, en que casi todo está ya en sus cajas, listo para vender. Al contrario. La mayoría de los preparados que recetaba el médico y otros artículos como lociones, ungüentos, elixires, pastillas, etc., eran manufacturados en el laboratorio de cada establecimiento, lo que requería de personal suficiente para esos cometidos
Por ello, no era extraño que de vez en cuando aparecieran estos anuncios en la prensa local:
La Voz de Requena (20-XI-1921) nº 62

Con varias farmacias, no es de extrañar que salieran coplillas populares como esta que me facilita mi buen amigo Fermín Pardo:
Para que vas y vienesa la boticasi ese mal que tú tienesno se te quita.
La muerte no perdona ni a los farmacéuticos y los remedios de su establecimiento no fueron óbice para que esta le llegara a don José Pí en la flor de la vida, falleciendo en su pueblo natal, Ayora, a los 55 años.
La Voz de Requena (5-XI-1922) nº 112

De él nos ha quedado otra famosa rima, de la misma fuente anterior:
Tres cosas tiene Requenaque no nos dejan vivir:el cierzo, los señoritosy la Farmacia de Pí.
Bernabeu, en sus Acuarelas Requenenses, hace una ligera variante:
Tres cosas tiene Requenaque no las tiene Madrid:el cierzo, los señoritosy la Farmacia de Pí.
La señora viuda de Pí, doña Leonor González, tomó las riendas del negocio y lo llevó adelante durante muchos años, como veremos. En el momento de enviudar tenía a su cargo cuatro hijas y un hijo, el menor, más tarde farmacéutico, Rafael Pí González.
Una tercera farmacia surgió en la prensa por entonces, situada en la estrecha calle de Marquillo. No debían regir reglas en cuanto a distancias entre boticas, pues las tres farmacias quedaban ubicadas a menos de cien metros unas de otras:
La Voz de Requena (7-I-1923) nº 121


Don Rafael Víllora Ripollés, natural de Requena, era el segundo de cinco hijos de don Emeterio Víllora Solano, viudo y propietario, según el Padrón de Habitantes de 1924. Todos vivían en aquel momento en el mismo domicilio de la farmacia. Por la prensa valenciana (Las Provincias, 17-VIII-1921), sabemos que en dicho año recibió el título de farmacéutico por la Universidad Central de Madrid.
Los remedios para todos los problemas estaban en cualquiera de las farmacias. No lo digo yo, lo decían ellos. Véase si no como la gripe no era rival para el doctor Serra, cuyas pastillas, a pesar de haber cambiado la titularidad de la farmacia, se seguían ofertando:
La Voz de Requena (23-IX-1923) nº 158

Ya he citado que la viuda de Pí se hizo cargo de la farmacia, pero hasta el momento nos faltaba la corroboración publicitaria, que aparece a mediados de 1925:
La Voz de Requena (24-VI-1925) nº 245

A destacar una nueva oferta de esta farmacia, nada relacionada con asuntos de salud:
Se participa a la numerosa clientela de esta casa, que en esta Droguería se ha montado una importante sección para la venta de máquinas y productos fotográficos procedentes de la casa Kodak y otras acreditadas marcas, contando con la cooperación de un inteligente fotógrafo para los trabajos de revelado, fijado, ampliaciones, etc.
La competencia lleva aparejada la diversificación de oferta a los clientes. Pero a veces esa competencia estaba al lado mismo de la farmacia y en otro tipo de establecimiento como el que tocaba, puerta con puerta, a la de don Maximiliano Iranzo:
La Voz de Requena (16-V-1926) nº 302

La Guía Telefónica de la Compañía Telefónica Nacional de España de 1927, corrobora la existencia de las tres citadas farmacias en nuestra ciudad: don Maximiliano Iranzo Gil, la Viuda de don José Pí Soriano y don Rafael Víllora Ripollés.
Y así continuarían durante muchos años. Ya entrados en la Guerra Civil, el nº 1 del periódico Requena nos ofrece datos sobre dos de las farmacias. Una de ellas, la de Pí, ya había pasado a manos del hijo del fundador, don Rafael Pí González, siempre situada en la ahora Plaza de España que, por aquellas fecha, había pasado de Felipe V a denominarse Plaza de la República.
Requena (6-IX-1936) nº 1

Pasada la contienda, una guía comercial de la provincia, denominada Santos Patrones de Valencia, a modo de lo que hoy serían las Páginas Amarillas, nos da cuenta de que ahí seguían nuestras farmacias. Tan sólo una particularidad a citar, la denominación de la farmacia de Iranzo como “Droguería y Perfumería” y no como farmacia, situada en la calle de José Antonio, antes Peso. No sabemos si este hecho fue por un error del publicista o por indicación de su dueño:
Santos Patrones de Valencia, Guía Comercial (1940)

Tras la guerra, la prensa periódica local desapareció. Surgieron diversas revistas más o menos efímeras y no fue sino hasta la llegada de la Fiesta de la Vendimia que volveríamos a tener información publicitaria de nuestras empresas y comercios, primero de forma muy escueta y luego con otro importante parón. La revista El Trullo se editó al principio con pequeños recuadros comerciales, pero a partir de que la edición pasó de un formato de cuatro hojas a otro más gráfico y amplio, se sucedieron varios años sin que se insertara publicidad en sus páginas, en concreto hasta 1962 en que vuelven a aparecer anuncios, cuya cantidad se va ampliando de forma progresiva. Así, en 1962 vemos anunciada la Farmacia de don Jaime Frigols Carbonell, en la Avenida del General Varela (hoy Arrabal), licenciado sucesor de don Rafael Víllora Ripollés, de quien la tomó en traspaso. En un primer momento, 1959, la farmacia continuó en la calle Marquillo, trasladándose a la definitiva ubicación de General Varela en 1962. Jaime Frigols fue, además, farmacéutico titular (municipal) de Requena, en su momento y profesor del Instituto de Enseñanza Media.
El Trullo (VII-1962)


(Foto Marcial García Cañabate)
En esta moderna farmacia y en sucesivos anuncios, vemos como se preparaban fórmulas magistrales y se realizaban análisis clínicos. Don Jaime Frigols era un enamorado de la farmacia galénica[2].
Con los años y el crecimiento de población, Requena pudo permitirse más farmacias. La antigua de don Maximiliano Iranzo ha seguido siendo una empresa familiar que ha pasado de padres a hijos, primero en 1986, por herencia en la figura de don Enrique Iranzo González, quien compartió titularidad con su sobrina Emma, entre 2003 y 2018,estando regida desde entonces por doña Mª Emma Iranzo Martín, en el mismo domicilio de siempre: la calle del Peso.

(Fotografía cedida por Mª Emma Iranzo).
La famosa farmacia de don Rafael Pí González pasó a manos de otro conocido licenciado, don Vicente Campos Requeni, a principios de los años sesenta, quien la mantuvo en el local original durante bastantes años, hasta que con la creación del Hospital (hoy Centro de Salud) pasó a la esquina de la calle de Anselmo Fernández con Constitución. Tras la jubilación de Campos Requeni, la farmacia pasó a doña Inmaculada Salvador Camps, siendo su actual titular doña Luz María de Haro Senise.
La farmacia de don Jaime Frigols, en la céntrica Avenida de Arrabal, fue traspasada en julio de 2001 al actual licenciado, don Heliodoro Collado López, quien la ha mantenido siempre cerca de su ubicación original.

(Foto Marcial García Cañabate).
A mediados de los años cincuenta se estableció en la calle Generalísimo (hoy Constitución), don Ricardo Leal Luján, en un local que posteriormente sería Tienda Vaquera y más tarde Ortopedia. Años después, Leal trasladó su farmacia a uno de los chalets de la Avenida de Arrabal, esquina a la calle Albacete. En esta farmacia dio sus primeros pasos laborales el escritor y dramaturgo Rafael Muñoz García. Tras la jubilación de don Ricardo, dicha farmacia fue adquirida a principios de 1996 por la licenciada doña María Dolores Lainez Zaragüeta, quien la sigue regentando en la actualidad, junto a uno de sus hijos, también licenciado en farmacia: don Álvaro Ribes Lainez, con el nombre de Farmacia del Monumento.
En diciembre de 2005 se trasladó a Requena el castellonense licenciado don Juan José Ros Mañes, abriendo nueva farmacia en la calle de Colón. Tras su jubilación en octubre de 2016, el establecimiento fue adquirido por el joven licenciado utielano don Vicente Alarcón Pérez, quien sigue al frente.
La última farmacia abierta en Requena, muestra de que el progreso no ha desalentado a nuestros especialistas, fue la del licenciado don Francisco Martínez Vives, en 2009, quien la regenta junto a su esposa, doña Dolores Sáez Sánchez, con el título de Farmacia San Nicolás, en la calle Constitución.
No quiero olvidar una especial mención a otra farmacia de tradición familiar, la de San Antonio, inaugurada el 9 de junio de 1947 por el licenciado don Manuel Gómez Rodríguez, al frente de la cual continúa su hijo don Jesús Manuel Gómez Ballester, en la calle Luis Dicenta, donde se da la curiosa particularidad de que uno de los oficiales de farmacia que allí trabajan, Pablo Martínez Pardo, es hijo del auxiliar que inauguró el establecimiento junto al Sr. Gómez, Vicente Martínez Fernández.


(Ambas fotografías cedidas por el farmacéutico actual).
En la actualidad hay también farmacia en la pedanía de Campo Arcís (licenciado César Mercado Madina) y algunos dispensarios de medicinas en otras pedanías de Requena, a modo de extensiones de algunas farmacias locales.
Otros farmacéuticos requenenses laboran por nuestra salud en distintas poblaciones valencianas y de otros lugares de España.
A todos ellos mi humilde homenaje en este recorrido por las antiguas farmacias que frecuentaron nuestros abuelos en busca de remedio para sus achaques.
BIBLIOGRAFÍA
- BERNABEU LÓPEZ, Rafael, Acuarelas Requenenses, Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1994.
- DE JAIME LOREN, José María y DE JAIME RUIZ, José María, “Elixir Estomacal Sáiz de Carlos, Purgatina Sáiz de Carlos, Laboratorios Sáiz de Carlos”, en Epónimos Científicos, Moncada, Universidad Cardenal Herrera-CEU, 2010.
- HERRERO Y MORAL, Enrique, Historia de Requena, Valencia, Imprenta de Manuel Alufre, 1890 (Edición Facsímil en Requena, C.E.R., 1990).
- MUÑOZ NAVARRO, Daniel (transc.), La Villa de Requena a través de las Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada [1752], Requena, Centro de Estudios Requenenses, 2009.
- PARRILLA VALERO, Fernando, “En busca del origen de los farmacéuticos titulares”, en Gaceta Sanitaria, nº 23, vol. 1, p. 72-75, Barcelona, Ediciones Doyma, 2009.
HEMEROGRAFÍA
- Prensa Histórica requenense (Archivo Municipal de Requena).
- Revista El Trullo, Fiesta de la Vendimia (Archivo del autor).
[1] Las fotografía personales se han publicado con autorización familiar.
[2] La Farmacia Galénica es una de las Ciencias Farmacéuticas que se encarga de la transformación de medicamento y principios activos en medicamentos de fácil administración y que proporcionen una adecuada respuesta terapéutica (Wikipedia, consulta 5-IV-2020).