Hortunas, Emilio y su bar. Una historia cruel del despoblamiento de Requena.
Una llamada angustiosa de los políticos de Requena a la lucha contra el despoblamiento del municipio y de la comarca de la Tierra del Cabriel. Se extiende la llama de las voces de los medios de comunicación, y por lo tanto del mundo de la política, por la lucha a favor de la España vaciada.
Y nos encontramos con una contradicción…
Todos conocemos el Valle de Hortunas, de Arriba y de Abajo. El río Magro recorre imponentes cañones rocosos hasta desembocar en este fértil llano donde la abundancia de agua ha concedido durante siglos cosechas en excelencia. Grandes, lujosas y florecientes villas rurales tanto íberas como romanas, poblaron las vertientes del valle, y durante dos milenios sus huertas fueron las más productivas, todo tipo de frutos se produjeron en grandes cantidades.
Su paisaje de herradas y colinas deja caer suaves laderas de color verde oscuro y verde claro, el valle envuelve con ellas el paso del lento río Magro (o de Requena). Río cuya ribera conducía un antiguo camino de miles de años que llevaba de la meseta castellana a la costa levantina.
El valle sostuvo ricas villas iberas y romanas, y una de ellas pudo ser llamada “Fortuna”, como la diosa romana de la suerte y la fertilidad. Casi dos milenios después, a partir de casas de labor, se transformó el lugar en una pequeña población o partida, que en 1832 disponía ya de 108 habitantes y que en 1950 alcanzó los 370. A finales de 2019 en Hortunas viven 38 personas.
Hoy, las televisiones nacionales rugen con preocupación por la España vaciada, el partido político Teruel Existe tiene 1 diputado en las Cortes, surgen importantes asociaciones sobre el despoblamiento que tienen voz en Europa. Recordamos que, no hace mucho, los Ayuntamientos de la Tierra del Cabriel acudieron a apoyar que nuestra comarca se adhiriera a la Asociación Serranía Celtibérica para luchar conjuntamente por la España vaciada. Recordamos en 2019 el manifiesto de Jaraguas de todos los ayuntamientos de la Tierra del Cabriel para luchar contra la despoblación. Recordamos como esta Navidad, el Presidente de la Generalidad Valenciana, Joaquín Puig, acudió a la despoblada aldea requenense de Casas del Río a ofrecer el mensaje televisivo de Navidad apoyando la lucha contra la Valencia vaciada.
Tantos mensajes….
Tantos mensajes políticos expresando que nos van a ayudar a que nuestra comarca no se acabe de despoblar, ¿para qué?
¿Para qué si luego no son coherentes con quienes queremos colaborar en que la Tierra del Cabriel no se vacíe?
Emilio y su familia vivían plácidamente en una ciudad junto a la capital valenciana. Su mujer desciende de Hortunas y eso les ha hecho tener una querencia especial hacia ella. Emilio decidió aprovechar que quedaba un local social con bar vacante en la aldea, propiedad del Ayuntamiento, para trasladarse a trabajar y vivir al lugar que tanto les gustaba, dejando lejos su casa, su hija, y su mujer, la que no puede dejar su actual trabajo para poder sostener la economía de su hogar.
Un bar en una pequeña aldea no es sólo un bar, es el lugar que da vida, que reúne a las personas y que puede retener o atraer a los pocos que se acuerdan de una población vaciada.
Emilio y su familia son unas personas, como todos nosotros, con virtudes y defectos, quizás con más virtudes que el resto y también con más defectos. Una persona que decide trasladar su vida de la gran metrópoli a una ínfima aldea, no puede ser tan normal como el resto.
He conocido a Emilio no hace mucho tiempo, pero ya he probado sus ingentes almuerzos típicos de embutido, lomo, huevo frito, patatas y vino, o su cocina de guisado de corzo, o gazpacho, u olla. A nosotros no nos parece algo fuera de lo normal, pero ha conseguido que con su servicio y platos típicos acudan a la pequeña aldea, al pequeño local social o bar, cientos de personas todas las semanas. Son personas de ciudades grandes que disfrutan de un magnífico entorno, buena comida y un día desestresante en un lugar paradisiaco. Para nosotros sólo es nuestra Hortunas, pero para ellos es un lugar idílico donde gastar un dinero a gusto, es un lugar donde quizás podrían pensar quedarse a pasar unos días, o incluso a alguno se le podría ocurrir trasladarse a vivir una temporada o incluso para siempre. Porque es un sitio donde es agradable vivir.
Pero, he aquí los poderes, he aquí la política, he aquí los rencores, he aquí la sinrazón.
Estos días le ha llegado una carta del Ayuntamiento de Requena, firmado por el joven alcalde D. Mario Sánchez, en el que insta a Emilio a abandonar el local social del Ayuntamiento donde está instalado el bar. Debe abandonar el local, pues se le acusa de ocuparlo no legalmente, o lo que quiera decir esto. Emilio tiene firmado por la autoridad local el consentimiento o contrato para que entre a utilizar ese local social, pero el Ayuntamiento de Requena se lo niega. No entremos en detalles legales, porque la cuestión no es esa.
La cuestión es muy sencilla, el Ayuntamiento de Requena, habiendo declarado en los medios de comunicación, en pleno municipal y en otros sitios, que apoya la lucha contra el despoblamiento, debería ser consecuente y no echar de las aldeas a las personas o familias como la de Emilio que deciden irse a vivir a ellas con todo el esfuerzo extra que supone hacerlo, y que con estas decisiones están ayudando a devolverles la vida.
El alcalde de Requena, Mario Sánchez, firmó el manifiesto de Jaraguas contra la despoblación de la comarca de la Tierra del Cabriel hace pocos meses, y a día de hoy está incumpliendo lo que dijo y lo que firmó, obligando con su actitud a que los que han venido a poblar, tengan que irse por donde han venido. O lo que es lo mismo, obligando a despoblar.
Emilio y familia, seáis buenos o medio buenos, os doy las gracias por poblar Hortunas. Quedaos.
Requena, 6 de marzo de 2020. Año de repoblación.
Autor: Javier Jordá Sánchez
