13 ª parte
4º Generalidades oportunas de recordar.
Una vez revisadas todas las zonas en la Tierra del Cabriel según sus poblamientos ibéricos, es más asequible analizarlas en forma conjunta
Debemos aclarar que no todos estos poblamientos ibéricos tuvieron porqué coincidir cronológicamente en el tiempo, que tuvieron una continuidad distinta. Algunos se remontan hasta la Edad del Bronce (quizás anterior, Calcolítico), y perduran hasta las primeras edades del Hierro o finales, e incluso hasta la era romana, medieval o actualidad. Por ejemplo, entre los poblamientos mayores, “Los Villares” (Caudete de las Fuentes) parece que tuvo su comienzo hacia el S VII a.C. y duró como tal hasta 72 a.C. (Guerras Sertorianas). En cambio” La Villa” (Requena) tuvo sus comienzos en la Edad del Bronce (si no antes), continuó durante la Edad del Hierro y la era romana, también la medieval y hasta nuestros días. “El Moral” (Rebollar), tuvo sus inicios en un cerro en altura próximo, en la Edad del Bronce, “La Cárcama”, y amplió su población a 2 kilómetros de distancia, hacia el valle que discurría sus pies en la Edad del Hierro y época ibero-romana. La “Muela de Arriba” tuvo sus comienzos en una pequeña altura llana de 3 hectáreas en la Edad del Hierro, y siguió habitada, pero amplió su población desde ese mismo cerro a sus mismos pies, en los terrenos llanos limítrofes, logrando un área de expansión muy extensa en época ibero-romana, hasta la cual parece ser que duró.
Se puede llegar a observar bien, sin embargo, las zonas de confluencia de hábitats que poblaron la Tierra del Cabriel, a veces unos, a veces otros, pudiendo generalizar por dónde estuvieron asentadas las poblaciones a lo largo del tiempo, y cuáles fueron sus funciones.
Se ve claramente la zona que estuvo más densamente poblada en época ibérica, aparece en un rectángulo de unos 400 kms cuadrados entre Caudete de las Fuentes, El Rebollar, Hortunas y Muela de Arriba, Y dentro de él, donde más se concentran los poblamientos es el área que rodea el eje que recorre los 3 grandes poblados del Moral (Rebollar), La Villa (Requena) y Muela de Arriba (Casas de Cuadra). Esta alta concentración poblacional ibérica se percibe en el curso del río Magro, desde los alrededores de Calderón, cerca del sur de Utiel, hasta La Villa (Requena), poblamiento de importante relevancia. Desde La Villa continúa siendo densa en dirección hacia El Rebollar paralelo al antiguo viario que cubre hoy la autovía Madrid-Valencia, donde se acumula a la altura del poblado del Moral, en las faldas de la Sierra del Tejo. También desde La Villa, continúa otro ramal denso de poblamientos que recorre el río Magro en dirección hacia el sur, hasta las postrimerías del río Magro en el valle de Hortunas. Y otro ramal de densa población parte desde La Villa, pasando por El Pontón en dirección hacia la Muela de Arriba, otro relevante poblado. Entre ambos, y a su alrededor se encuentra la zona más densa en poblamientos ibéricos, que comprende el Llano de Campo Arcís-Los Duques-El Pontón y las Tres Ramblas.
El resto de zonas tuvieron una densidad de población menor, pero ni mucho menos despoblada. Diríamos que su disposición comprendía unos poblados en altura que vigilaban tanto los límites del hipotético “Estado” ibérico nombrado, como unas zonas de explotación económica en llano situadas en su entorno. En Sinarcas-Aliaguilla, se da esta tipología, pues existen varios poblados fortificados en altura y una zona llana a sus pies con vestigios de producción cerámica y agrícola. En Camporrobles-Mira se da una situación similar, donde los poblamientos se dan desde los llanos debajo del Molón, recorriendo el río Mira hasta Cabeza de Moya en Enguídanos. Un punto parecido se daría en la Sierra del Rubial (Villargordo del Cabriel-Venta del Moro), donde se ubica el centro de producción cerámica ibérica de las Casillas del Cura. Zona similar, pero menos densa se ve en la Sierra de la Bicuerca (Fuenterrobles). También en el Pico de los Ajos (Yátova-Venta Gaeta), La Atalaya (Villar de Tejas) y Punto de Agua (Benagéber).
A lo largo del río Cabriel parece darse otra tipología de poblamientos ibéricos, correspondiéndose algunos con poblados fortificados en altura solitarios y otros a pie de río, a una y otra vertiente, como si fueran casas de postas a ambos lados de vados, caso como Villatoya-Casas de Cárcel, o Vadocañas.

Idealización
Como hemos podido observar en este largo artículo sobre la composición poblacional en época ibérica de este hipotético “Estado” ibérico o demarcación, fue un territorio muy densamente poblado. Tanto que debió tener en la Edad del Hierro un potencial muy grande, tanto en habitantes como en economía, política, en fuerza militar, en relaciones exteriores. La importancia entre sus vecinos debió ser suficientemente relevante, y en las Fuentes Históricas sería nombrado obligatoriamente, como así parece que sucedió. Tuvo importantes “estados” ibéricos vecinos, muy nombrados por las Fuentes, como la demarcación ibérica de Saguntum-Edeta, con los que al parecer tuvieron unas relaciones muy impetuosas.
Un área de extensión que ronda los 2.100 kilómetros cuadrados, con más de 300 zonas arqueológicas ibéricas conocidas, con un amplio número de poblados ibéricos de varias hectáreas, entre ellos 4 de más de 6 hectáreas, con alrededor de una decena de importantes poblados fortificados en altura, y abundantes poblados más pequeños igualmente fortificados; con gran cantidad de hábitats de producción agrícola e industrial, algunos bastante extensos; con variadas rutas viarias prerromanas de las que aún se conservan carriladas, que atravesaban todo el “Estado”, y con numerosos vados de “postas” , junto a poblados, sobre el río Cabriel.
Fue un “Estado” político muy bien estructurado. Tanto, que al avanzar a la era ibero-romana, hubo una habitual continuidad en sus lugares de población, pasando a realizar funciones similares a las prerromanas, incluyendo utensilios, labores económicas, edificios, y además sus pobladores descendían de las familias iberas, como demuestran las estelas funerarias latinas con nombres ibéricos aparecidas en Sinarcas y en El Ardal (El Pontón).
Por lo tanto hay que pensar en este “Estado” ibérico como una entidad territorial de relevante importancia en el contexto de la Hispania de la Edad del Hierro.
Donde ha habido, siempre queda.
Autor: Javier Jordá Sánchez
BIBLIOGRAFÍA
*(“Los Íberos en la Comarca de Requena –Utiel (Valencia)”; Alberto J.Lorrio (ed))
*(“El Molón. Oppidum prerromano y Hins islámico. Alberto J. Lorrio, Martín Almagro-Gorbea, Mª Dolores Sánchez de Prado). * (PGOU Ayuntamiento de Requena)
FIN