Joaquín Pérez-Salas y Lamo de Espinosa (1914-1993) y El Trullo: 1. La divulgación vitivinícola.
En 2018 inicié la investigación sobre una importante tarea que El Trullo ha ido desarrollando a lo largo de su dilatada historia, ya próxima a los 75 años: la de divulgar las enseñanzas sobre viticultura y enología. En aquel momento recogí la aportación de don Pascual Carrión, director de la Enológica de 1941 a 1961[1]. Pero si este ilustre ingeniero contribuyó a la transformación en profundidad de la vasta zona geográfica en torno a Requena, no hay que olvidar a los miembros del extraordinario equipo que se aglutinó en torno a su persona[2]. Entre ellos Joaquín Pérez-Salas, sobre cuya actividad en la Enológica habla Carrión[3].

Joaquín Pérez-Salas, 27-IX-1958. Archivo fotográfico Marcial García Cañabate |
El Trullo fue un adalid de los vinos de Requena, sostenido desde la Enológica. En este artículo pretendo aproximarme a la labor realizada por Joaquín Pérez-Salas, otro gran divulgador de la vitivinicultura en Requena desde las páginas de El Trullo, y muy brevemente desde las dela revista Alberca. Y como la vitivinicultura comienza en la tierra y acaba en la mesa, Pérez-Salas escribió muchos artículos promocionando los vinos de la tierra y promoviendo la comarca. Se publica en dos partes; la primera contiene la tarea que llevó a cabo de divulgación vitivinícola y promoción de la Fiesta de la Vendimia; y la segunda abarca otras facetas como las de investigador, profesor de la Escuela de Capataces, defensor de la valencianidad de Requena, así como el listado de sus artículos.
Pinceladas biográficas de J.P.S.
Joaquín Pérez-Salas nació en Valencia el 14 de agosto de 1914. Se crió en un ambiente vitivinícola que incidiría en su vocación por la especialidad agrícola. Sus padres, Joaquín Pérez Salas, capitán de artillería, y Carmen Lamo de Espinosa, eran propietarios viticultores y elaboradores de vino[4].
En 1944 realizó el curso de capataz bodeguero en la Enológica de Requena. Estudió Perito Agrícola en la Escuela Profesional de Madrid, donde obtuvo el número uno de su promoción en 1948, título que convalidó en 1969 por el de Ingeniero Técnico Agrícola en Explotaciones Agropecuarias[5]. En 1950, tras ganar las oposiciones al cuerpo, eligió como destino la Estación de Viticultura y Enología de Requena, donde permaneció hasta su jubilación en 1984. En diversas ocasiones desempeñó las funciones de director provisional de la misma; fue el hombre de confianza de Pascual Carrión cuando éste fue director, y también ejerció como secretario y subdirector hasta 1961, continuando su estrecha colaboración con los directores de la Estación, Pedro de Bernardi y José Vicente Guillem.
En 1961 iniciaba su singladura la Escuela de Capataces Bodegueros y Viticultores de Requena, dependiente de la Excma. Diputación Provincial de Valencia, en la que Joaquín Pérez-Salas fue profesor de viticultura entre los años 1961 y 1984.
Realizó asesoramientos técnicos en diferentes explotaciones vitícolas y frutícolas. Asesor técnico de empresas de fertilizantes; entre otras SAHIQUI.
Entre los años 1976 y 1984 fue secretario del Consejo Regulador de la D.O. Utiel-Requena.
Recibió la Encomienda de la Orden del Mérito Agrícola del Ministerio de Agricultura el 30 de junio de 1981, de manos del Rey Juan Carlos I. Todo un reconocimiento a quien, en palabras de José Vicente Guillem, lo había sido todo en enología: «especialista en viticultura, ejemplo magnífico de conocimientos técnicos, ciencia, buen hacer y fácil pluma, de comunicación fluida y agudeza de sus observaciones, fiel al servicio de su puesto y asimilados, sin protestar, de toda su servidumbre»[6].

Familia Pérez-Salas y Sagreras, 10-I-1962. Archivo fotográfico Marcial García Cañabate.
La divulgación vitivinícola desde El Trullo.
Joaquín Pérez-Salas no tardó mucho en iniciar su colaboración con la revista El Trullo, pues en junio de 1951 se publicaba su primer artículo: «Importancia del viñedo en el distrito de Requena», al que siguieron aquel mismo año «Requena, centro geográfico del viñedo español» y «Alternativas de secano en la zona de Requena-Utiel», y uno publicado en la joven revista requenense Alberca[7]: «Aldeas y Caseríos de Requena».
La comarca de Requena, con sus 40.045 hectáreas, era la de mayor extensión de viñedo en toda la provincia de Valencia. En 1952 escribió sobre «Distribución de las lluvias en el Distrito», «Conservación de la humedad en las tierras de la comarca» en El Trullo, y «Los modernos herbicidas» y «Propaguemos nuestros vinos», en Alberca. Aquel año también publicó sobre los «Viñedos de Requena-Utiel», tema que retomó al año siguiente con «Breve reseña de la zona de Requena-Utiel» y que ampliaría posteriormente en «Los Viñedos de Levante» en 1953, «Crecimiento del Viñedo Español» en 1957, y «Ante el desarrollo de la economía agrícola: Extensión del viñedo en Levante» en 1964.
Valencia ocupaba, en el quinquenio 1945-1950, el primer lugar de España como productora de uva de mesa. Obviamente el clima de Requena no era el apropiado, al menos para algunos tipos de uvas, pero la Enológica comenzó a trabajar en el tema aconsejando iniciar los trabajos con variedades rústicas y resistentes sin perjuicio de ir poco a poco extendiendo el cultivo a otras más selectas. En 1957 se reiteraba la importancia de las uvas de mesa, dado que en muchas zonas vinícolas, especialmente en las levantinas, podía crearse una riqueza considerable independientemente del mercado vínico-alcoholero y capaz de revalorizar amplias zonas de viñedo aprovechando el clima. Al tema dedicó dos artículos: «¿Uvas de mesa en Requena?» en agosto de 1954, y «Crecimiento del Viñedo Español», en septiembre de 1957.
Los escritos sobre temas enológicos los había iniciado en 1952, en Alberca, con «Propaguemos nuestros vinos»; y «Las ‘flores’ del vino», en 1953, seguido de «Añejamiento de vinos de mesa», en 1954, asunto que repitió en 1957 con un artículo homónimo. Pérez-Salas señalaba que la labor a realizar en el tema del envejecimiento de los vinos era muy grande y compleja, «seguramente necesitaría del tajo y entusiasmo de varias generaciones».
En 1953 destacaba la importancia de la ferias agrícolas en «Desde Madrid: La Primera Feria Internacional del Campo», y en 1956 con «El campo en su III Feria Internacional».
De la importancia de las plantas americanas, en la repoblación vitícola tras la filoxera, escribió: en 1954 sobre «Algunos portainjertos recomendables»; en 1962 «La elección de plantas americanas», en 1965 acerca de «Los soportes en el viñedo: Las llamadas Formas Planas»; y en 1977 «El injerto con madera de Tempranillo, por una mejora de la calidad».
En 1955 inició el tema de los abonos que trataría en «Abonado del Viñedo», reiterándolo en 1957 con «El abonado de primavera»; en 1958 informaba sobre el «Interés que presenta el Ácido Fosfórico en el abonado del viñedo»; en 1959 sobre «Los Fertilizantes Nitrogenados» y la «Fertilización invernal del viñedo», y en abril de 1960 sobre «El abonado de la vid en primavera».
En 1962, Pérez-Salas abordó el sempiterno problema del pedrisco. 1961 había sido otro año de considerables granizadas que, junto a las de 1962 implicaron considerables daños Fue, precisamente, el desastre sufrido tras el pedrisco del 12 de mayo de 1961, lo que indujo a organizar y preparar un plan armónico de defensa contra el riesgo citado. Don Pascual Carrión había insistido mucho en este problema durante su estancia en Requena, ya había cesado de su puesto de Director de la Enológica en septiembre de 1961, pero sus esfuerzos no quedaron en vano. Le sustituyó Pedro de Bernardi y la Estación de Viticultura y Enología se dispuso a trabajar en la organización técnica de la defensa contra el pedrisco. A comienzos del verano de 1962 Joaquín Pérez-Salas presentaba «Ante los peligros atmosféricos: El distrito de Requena, zona piloto en la defensa contra el pedrisco», indicando los sucesivos pasos que había que dar en el distrito para la lucha contra los pedriscos: determinación de zonas, toma de datos, contacto en el campo, el conocimiento de la evolución de las nubes de tormenta, análisis de datos meteorológicos, ordenación y estudio de la información, intercambio con organizaciones establecidas en España como en el extranjero. En 1976 retomaba el tema con «El año del pedrisco» y otro viejo problema como era la plaga del mildiu.
Entre 1977 y 1978 todavía dedicó temas vitivinícolas como los de «El injerto con madera de Tempranillo, por una mejora de la calidad», «Un año anormal: La clorosis en el viñedo», «Un gran problema. ¿Qué ocurre a los viñedos de Requena?», «Ante un nuevo año agrícola: Lo que el viñedo necesita».
Joaquín Pérez-Salas también se hizo eco, desde sus artículos, de la creación de organismosadministrativos que tenían una gran repercusión en la viticultura y enología de la comarca como fueron: el Servicio de Extensión Agraria, la Denominación de Origen ‘Utiel-Requena’, el Departamento de Viticultura y Enología y, posteriormente, el Instituto Valenciano de Viticultura y Enología.
El 15 de septiembre de 1955 se había creado, con carácter experimental, el Servicio de Extensión Agrícola para la difusión de las técnicas en el campo. En noviembre de 1957 se iniciaba la Agencia Comarcal de Extensión Agraria número 42, Requena-Utiel, por la que pasaron, entre 1958 y 1963, muchos agricultores para consultar sus problemas, entre ellos el del tratamiento de plagas, tramitación, etc. En marzo de 1958, Pérez Salas, ya estaba informando sobre «El servicio de Extensión»…
El 19 de febrero de 1957, una Orden del Ministerio de Agricultura fijaba las características de los vinos amparados por la Denominación Utiel-Requena. En julio de aquel mismo año, Pérez-Salas escribía sobre «La Denominación de Origen ‘Utiel-Requena’». En lo sucesivo, el Consejo Regulador velaría por el buen nombre de los vinos de la zona, ya no podrían salir al mercado exterior caldos procedentes de otras zonas bajo el nombre de Requena, pero, en cambio, se esperaba que pudiese favorecer que los vinos de la zona Utiel-Requena adquiriesen un prestigio muy superior al que hasta entonces habían tenido[8].
Fue en la década de los setenta cuando se creó el Departamento de Viticultura y Enología, sobre el que escribió, en 1971, «Orientaciones nuevas: El Departamento de Viticultura y Enología». Una década después, en 1981, lo hizo sobre otra entidad: «Ha sido creado el Instituto Valenciano de Viticultura y Enología, un organismo nuevo con sede en Requena».
No cultivó el género biográfico, si bien rindió homenaje a algunos grandes hombres que habían dedicado, con su trabajo, su vida a Requena y, especialmente, para la Enológica, como «Una vida ejemplar», en 1952, sobre don Fernando Morencos y Maestre, su maestro y amigo, orgullo del Cuerpo Pericial Agrícola del Estado y modelo de caballero. Destacó el meritísimo papel desempeñado por don Valentín García Tena, todo un valor requenense. En junio de 1970 sobre quien había sido «Un firme puntal de nuestra Enológica: D. Antonio Andújar», y en agosto del mismo año, a través de la frialdad de las cifras expresaba la cálida e incansable dedicación a su ciudad durante su vida a «Heliodoro Collado Vicente, alcalde de Requena y realizaciones en Requena desde 1949 a 1970»,
Puntualmente escribió algunas líneas apostillando alguna efeméride o algún retrato como el «El marqués de Squilache, presidente de honor», en 1958, o «Enrique Monsonís Domingo», en 1981.
Defensor y promotor de la Fiesta de la Vendimia.
Joaquín Pérez-Salas confesó ser un gran defensor de la Fiesta de la Vendimia a la que debían incorporarse entidades y pueblos de todas las provincias que integraban la región. En 1962 ya publicó «Opiniones diversas: Sobre la Fiesta de la Vendimia de Requena».

Presidente de la XXIII Fiesta de la Vendimia, agosto de 1970. Archivo fotográfico familia Pérez-Salas Sagreras. |
En 1970 fue presidente de la Fiesta de la Vendimia y propuso que por el bien de la Fiesta y en servicio de Requena, que carecía de una revista periódica, era deseable lanzar una edición cada dos meses, con ello mantendría el calor que la Fiesta necesitaba y daría cabida a informaciones diversas. En el artículo, de junio de 1970, planteaba la cuestión sobre: « ¿El Trullo revista bimensual? ». En lo que de él dependió se empleó a fondo y aquel año salieron ediciones de El Trullo en febrero, abril, junio y agosto, algunos de cuyos editoriales llevan su firma. Aquel año de 1970 las heladas que sufrieron las vides en el momento de iniciarse la brotación causaron mucho daño, pero en junio, en el «Editorial: Mientras crecen los sarmientos», señalaba que aquel frío no había logrado apagar el fuego de «conseguir metas, siempre más altas, y el espíritu de superación que nos impulsa para lograr para este año una Fiesta de la Vendimia digna de nosotros; y para el futuro que nos aguarda, una Requena más prospera, más culta, más grande». Otras publicaciones de aquel año fueron: «Noticias de Requena: Se prepara la Fiesta de la Vendimia»; y en1971 «Llegó la mayoría de edad, 24 Fiestas». Muchos temas se trataron en ellas y algunos artículos eran de gran calidad.
Desde abril de 1970 se había iniciado un despliegue de ideas de Pérez Salas sobre la promoción de la Fiesta de la Vendimia, aquel fue el año de la consolidación del slogan: «Requena, donde la vendimia es fiesta». A partir de aquel momento todos los artículos que escribió Joaquín Pérez-Salas terminan con la leyenda que se impuso a través del paso de los tiempos. La leyenda: «Requena, donde la vendimia se viste de fiesta», puntualiza Ernesto Pérez Martínez, director del Museo de la Fiesta, seguramente se la debemos al presidente de la XXIII Fiesta de la Vendimia del año 1970, a Joaquín Pérez-Salas y Lamo de Espinosa[9].
En la Entrevista que le hizo Radio Valencia en julio de 1970 dijo: «Deseamos contar, en la Fiesta de la Vendimia de Requena, con la compañía, muy nutrida, de las entidades valencianas que quieran asociarse a nosotros en esos días. Y esperamos, con los brazos abiertos, a nuestros hermanos todos de Valencia, de Alicante y de Castellón»[10].
[1] Martínez Hernández, M.ª C.: «El Trullo y la divulgación vitivinícola. I. Don Pascual Carrión (1941-1961)», en Crónicas Históricas, (2 de julio de 2018).
[2]Id.: «Pascual Carrión y la Estación Enológica de Requena (1941-1961)», en Historia, pensamiento y humanismo. Libro Homenaje al profesor Federico Martínez Roda, Valencia, 2019. Sobre el equipo de colaboradores de don Pascual y los que le fueron sucediendo en la Enológica vid. Piqueras Haba, J.: La Estación de Viticultura y Enología de Requena. 1911-2011. Un siglo al servicio del sector vitivinícola, la formación de enólogos y el fomento del cooperativismo. Valencia, 2011, pp. 142-243.
[3]. Carrión, P.: Breve historia de la Estación de Viticultura y Enología de Requena (Valencia). Ministerio de Agricultura, Artes Gráficas Molina, Requena, 1955, pp. 5-9.
[4] Una biografía más amplia en Piqueras Haba, J.: La Estación de Viticultura…, p. 213.
[5] Entrevista a Juan Antonio Pérez-Salas y Sagreras, (15 de agosto de 2020).
[6] En la nota necrológica pública de la Semana Vitivinícola, 2419 (19 de diciembre de 1992), p. 5.437. Citado por Piqueras Haba, J.: La Estación de Viticultura…, p. 213.
[7] Alberca fue una interesante revista publicada en Requena pero de corta vida. Solo llegó a publicar seis números entre 1951 y 1952.
[8] Vid. Martínez Bermell, F.: «Denominación de Origen para los vinos de Requena», en El Trullo (abril 1957), pp. 21-22, y años después Juan Antonio Pérez-Salas escribiría sobre la viticultura en la zona. Pérez-Salas Sagreras, J. A.: «La Viticultura en la Denominación de Origen Utiel-Requena», en El Trullo ( julio de 1985)
[9] Pérez Martínez, E.: «Requena “donde la vendimia es fiesta”, 50 años después (en recuerdo de Joaquín Pérez-Salas y Lamo de Espinosa) diciembre de 2019)
[10] «Entrevista en Radio Valencia a Joaquín Pérez-Salas y Lamo de Espinosa», en El Trullo (julio de 1970).