Es la Biblioteca de Requena una biblioteca “curiosa”.
Una de las acepciones del adjetivo “curioso/a” es la de: “Limpio y bien arreglado.”. Forma de uso habitual en el habla de los requenenses y, quizá, por degeneración positiva, guardada en su casa de cultura. Cuando la visito, la sensación de recato. La sensación de entrar a un restaurante de infinitas estrellas, donde todo está tan limpio que vas con cuidado para no alterar el aseo y el orden. La expresión “como los chorros de oro” deriva del proceso de limpieza y purificación del metal, pues si se quisiera, se podría cambiar la expresión por la de “como en la Biblioteca de Requena”.
Ese restaurante se transforma, cambia, si durante la visita y/o el estudio te encuentras rodeado de grupos de jóvenes trabajando en equipo (más con exámenes cercanos). El ruido, las conversaciones transforman el lugar en otra taberna o bar de la Avenida, con la diferencia de que en lugar de hablar de fútbol, de éste o aquél, de “curiosos”: “Inclinado a enterarse de cosas ajenas.”, se combate con las matemáticas, se discierne sobre lengua, se adivina el examen de esta profesora o de aquel profesor… Para los que, como estudiantes, hemos sido asiduos de bibliotecas de Valencia, donde el estudio requería el silencio de la penitencia, la Biblioteca de Requena es cuanto menos “curiosa”: “Que llama la atención o despierta interés por su rareza u originalidad.”.
Podrían darle al restaurante tres estrellas, en sus estanterías es fácil encontrar tanto novedades como clásicos, best sellers como buena literatura, variedad de estilos y tipos de novelas, buena bibliografía histórica, etc. En definitiva otra de las definiciones de “curiosa”:”Estimable o apreciable.”.
Para cuando sales, cuando llevas el carnet de la Generalitat, es cuando además del préstamo, te llevas a casa el último contraste. Las estanterías impolutas, bien formadas y sus libros organizados contrastan con tras el mostrador de montones de papeles, revistas y libros para traer a colación una frase atribuida a Einstein, persona desordenada: “Si una mesa abarrotada es síntoma de una mente abarrotada, entonces ¿qué debemos pensar de un escritorio vacío?”
Ahora dicen que para mejorar el caldo, no se debe tempranear para cortar la uva; al contrario, mejor aguantar largo en la noche. Como en la Biblioteca de Requena. Una biblioteca, sin duda, “curiosa”.