Bajo este mismo título, don Rafael Bernabéu -en la primera edición de su Historia crítica y documentada de la ciudad de Requena (1945)- realiza un análisis crítico de las curiosas explicaciones que sobre el origen de esta villa dan los historiadores de antaño, y lo hace en los siguientes términos:
“Al pretender desentrañar el origen de los pueblos hemos de tropezar forzosamente con relatos fantásticos.
Siguiendo a V. Marés (1), a V. Espinalt (2) y a algún otro, podía envanecerse Requena de haber estado nada menos que en la vecindad del Paraíso, ya que el primero de dichos autores localiza el Edén terrestre en Chelva (La sexta figura manifiesta la postura del Cielo que el Meridiano de la Tierra tenía a la hora en que Adán fue arrojado del Paraíso en Mesopotamia, que corresponde a Chelva a las 12 horas del Meridiano y 18 minutos…)
No quedaron a la zaga los cronistas locales, quienes, haciendo gala de su fantasía tras copiarse sucesivamente, afirmaron con aire erudito que Requena fue fundada hacia el siglo XVI antes de Jesucristo por el fabuloso Brigo, hijo de Idúbeda, nieto de Ibero, bisnieto de Túbal y cuarto nieto de Noé…Toda esta ficción se ha complicado al dejar sentada la fecha, pues, mientras unos dan el año 2063, otros, más modestos, déjanla en 1063 y 1065, cifras éstas que, con las que a continuación daremos, descubren también errores de copia.
Los manuscritos del bachiller Pedrón y el arcipreste Domínguez, fuentes remotas de este relato legendario, dicen con rara unanimidad que Requena fue fundada en el 2063 por Vrigo…hace que fue fundada 4919 años. Más antigua que Roma 2381años (nada menos que 1263 años antes que Roma y Cuenca, consigna ingenuamente Herrero y Moral) (1).
Ballesteros Viana incluye la siguiente nota acerca del origen tradicional de nuestro pueblo: Brigo, uno de los veinticuatro reyes fabulosos de España, dicen que se estableció con los suyos en lo alto de una roca, por ser sitio seguro contra las acometidas de los enemigos, y así tuvo principio la población de Rocuina o Roqueña o Roquena, luego Requena.
Por si era desechada la fundación atribuida a Brigo, los mismos autores, sin inmutarse, dicen que pudo fundarla también Tarsis, hijo de Jabán y sobrino de Túbal, invocando en apoyo de tan peregrina afirmación el testimonio de varios sabios de la antigüedad. Esto es, pues, los que nos cuentan del origen de Requena quienes manejaron a su antojo nuestros primitivos anales; contribuyendo con sus arrebatos de entusiasmo patrio a entenebrecer y desvirtuar toda labor seria.
Según el arcipreste Cantero, en lo antiguo fue la primera población de este término Requena-Brissia (Briggia, de Brigo), que así se llamaba, y comprensiva de las quarenta leguas de circunferencia que tiene su término…que ni es del Reyno de Valencia ni Mancha ni sierra tampoco.
De Roquena-Brissia a la Requenobriga de los cronicones hay un paso.
En el manuscrito Servirán las noticias siguiente para el Sermon de San Julian, con el testimonio de Dextro, se habla de Requenobriga. Auberto, en la explicación del catálogo de mártires atribuido a San Gregorio de Riberis asegura que en Requenobriga fueron inmolados numerosos cristianos. Tan extraordinaria afirmación es reforzada por el P. Argaiz (2) al enjuiciar al glorioso martirio que sufrieron San Zenón y numerosos cristianos a unas doce leguas de Valencia. Ese señalado honor se lo atribuyen también Peñíscola, Jávea y alguna otra población (3).
Aunque mucho se ha escrito de Segóbriga, Centóbriga, Arcóbriga y de otras primitivas localidades terminadas en briga, damos de lado a toda divagación y nos limitamos a consignar cuanto sabemos de Requenóbriga.” (1)
”Este Rey (Brigo) hizo en España diversas fundaciones de Ciudades y Villas que oy conocemos. Muchas refiere el Padre Claudio Clemente en sus tablas Chronologicas, como son Arcos, Obiedo, Logroño, Coymbra, Montemayor, Valdenebro, Talavera, Lérida, Segorbe, Xativa y fortifico el castillo de Alicante, y Auberto monge Benedictino en el tomo 1ºde la Población Eclesiástica pone a requena fundada por Brigo en el año 2065 de la Creación del Mundo. Y autorizan la edificación de esta antiquissima Villa por dicho Rey, Lucio Dextro y Beroso que ponen su fundación por dicho año- Tuvo este Rey su asiento en la parte de aca del Ebro, desde la Villa de Reynosa hasta la de Tafalla en Navarra y por su nombre llamaron a esta Provincia Castilla Brigia, y después Castilla Bieja. Reyno Brigo cinquenta y dos años y murió en el de 1855 antes de la venida de Christo- Duro la línea de estos reyes hasta Beto, hijo de Yago y nieto de Brigo, con quien feneció la línea de Tubal, y entro a reinar Gerion.” (Domínguez de la Coba). (2)
Población Eclesiástica de España III.
(3) “MARTIRES QUE ILUSTRARON LA VILLA DE REQUENA. El Maestro Argaiz, religioso de S. Benito y Crhonista general de su religión y lustre, explica el Crhonicon de Auberto, y en el año 300 después de la venida de Christo, en que Daciano, presidente de España por los Emperadores Diocleciano y Maximiliano, martirizó un exercito tan numeroso de Españoles que aseguran muchos autores estar regada vuestra Península con sangre de innumerables Mártires. Y lo mismo afirma S. Gregorio; y dicho Historiador pone el número 48 esta cláusula de Auberto, Requenobriga innumerabilis mártires ejusdem Civitatis.
Y explicando esta claúsula Argaiz dice assi: Padecieron en Requena innumerables mártires vecinos de la misma Ciudad. No dice Auberto (prosugue Argaiz) en qué provincia estaba assi Requena en la raya de Castilla con Valencia, y Requena en Tierra de Campos a dos leguas de la villa de Tamara. El poner que fueron sin número los mártires da a entender habla de la primera, que siempre fue muy Populosa Ciudad, y pequeña población la de la tierra de Campos, hasta aquí Argaiz. Y autoriza este discurso el haber tenido Daciano su asiento en la ciudad de Valencia, distante doce leguas de Requena. Y aquel mismo año acompañaron en el Martirio a San Valero, arzobispo de Zaragoza, y a su Diácono San Vicente Mártir otros muchos mártires en dicha Ciudad, de lo que consta , de lo que consta lo que justifico en Requena la Predicación Evangélica, pues echó tan hondas raíces la fe, que en el año trecientos de la venida de Iesuchristo fueron ya innumerables los que consiguieron la Corona del Martirio…podrá expresar el curioso que Auberto llama a Requena Requenobriga, pero esse reparo asegura su mayor antigüedad, por la costumbre que tuvo el rey Brigo de poner a todas sus fundaciones el nombre en el final, como a Alicante Ailcantobriga, y a Requena Requenobriga. Quedando después el nombre que ha dado su situación pues por estar sobre una roca se llamó Roquena, y corrompido el nombre se llama Requena. A esta población Ylustre alcanzó también la desgracia de estar dominada por los moros.”(Dominguez de la Coba).
(1) I. Tramayers: Revista de Archivos, II
(2) J. Vilanova: Protohistoria, 483
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Análisis del texto.
Como vemos, no quiso don Rafael dejar de mencionar en los prolegómenos de su Historia esas pintorescas referencias sobre la protohistoria local hechas por algunos amantes de nuestro pasado. Pero buena parte de la culpa de los errores que aquellos historiadores locales cometieron al interpretar la historia prerromana y romana, se debió a las obras de algunos fabuladores del siglo XVII, que no sólo crearon una historia irreal, sino que además, utilizando una supuesta autoría de algunos cronistas de la antigüedad, la quisieron transformar en cierta. Estas obras condicionaron la buena intención de quienes quisieron adentrase en los orígenes de nuestra historia, sin disponer para ello de fuentes originales.
Y de aquellos falseadores de la Historia hablaremos a continuación:
LA ÉPOCA DE LOS «FALSOS CRONICONES»
A finales del siglo XVI comienza un período de descomposición interna en España, que se acentuará durante el siglo XVII. En ese contexto de decadencia surge la necesidad de buscar en las glorias del pasado un lustre que enmascarase el triste presente que se vivía.
En una sociedad religiosa como era aquella, el mayor prestigio de una población o de un país dependía de la posibilidad de justificar su origen remoto entroncado con figuras bíblicas. En ocasiones, el interés por desentrañar ese pasado lejano se movía por otros derroteros, como demostrar la supremacía de una sede episcopal sobre otra.
Con tal fin, algunos eruditos hicieron uso de su indudable conocimiento de la historiografía y de los martirologios de la época, para reinterpretarlos a su gusto y construir unas historias que confirmaran sus fantasiosas teorías. Fueron los creadores de los llamados “falsos cronicones”. Entre otros podemos nombrar al padre Román de la Higuera y a Antonio Lupián Zapata.
Antonio Lupián Zapata (o Antonio de Nobis) vivió en el siglo XVII. Fue clérigo y consta como falsificador de documentos, llegando a utilizar el calor de los hornos para dar apariencia de antigüedad a los pergaminos. Se presentaba con los títulos de “cronista real de Felipe IV y notario apostólico”, lo cual era falso. Además, para hacer más difícil descubrir sus falsificaciones, recibió el apoyo de personajes que gozaban de crédito, como el monje benedictino Gregorio de Argaiz, quien terminó publicando la obra donde se menciona a Requenobriga, en 1667. El libro se titula: «Población eclesiástica de España y noticia de sus primeras honras: hallada en los escritos de S. Gregorio, Obispo de Granada y en el Chronicon de Hauberto, monje de S. Benito / ilustrados por… Fray Gregorio de Argaiz, chronista de la misma religión… «
El referido Cronicón de Hauberto es una de las invenciones históricas realizadas por Lupián Zapata, que estableció como autor a un supuesto mozárabe de Sevilla, de origen alemán, llamado Hauberto, quien habría escrito su obra en el siglo IX. Ésta fue empleada como prueba para mostrar la mayor antigüedad de la sede de Tarragona sobre la de Zaragoza.
Comienza el Cronicón de Hauberto con la creación del mundo, dando fechas exactas. Habla de la venida a la península de Noé, Osiris, Hércules y los Geriones, y añade la de la sibila Eritrea, madre de Túbal, y la de Abraham. Cuenta que Túbal, en el primer año de su estancia en España, fundó Calahorra, Oca, Tarragona y otras muchas poblaciones, entre las que nombra a Requenobriga, siendo pocas las que no deben su nombre a él o a los reyes de su dinastía.
Por su parte, el padre Jerónimo Román de la Higuera (1538-1611), miembro de la Compañía de Jesús, escribió el «Cronicón de Flavio Marco Dextro» (1594), que permaneció inédito hasta que Nicolás Antonio lo imprimió al final del tomo II de su Bibliotheca vetus.
Se presenta como fragmento de una crónica, que comprendería la historia del mundo hasta la época del pretendido autor. Al tal Dextro lo mencionaba San Jerónimo en la obra De «viris illustrihus», CXXXII, refiriéndose a él como: «Dexter Paciani… filias… omnimodam historiam texuisse…». En este Cronicón de Dextro, nos cuenta D. Rafael Bernabéu que aparece también nombrada Requenobriga, topónimo cuya veracidad quedaría de nuevo en entredicho.
A consecuencia de la lectura de las obras de estos pícaros recreadores de textos históricos, nuestros antiguos historiadores se atreven a concretar el momento de la fundación de Requena, atribuyéndosela al rey Brigo,a su primo Tarsis o al propio Túbal. E inciden en atribuirle su original denominación como Requena-Brissia o Requenóbriga.
Ya hemos visto, siguiendo el texto de Bernabéu, cómo hubo autores que situaron al famoso Paraíso en nuestra vecina Chelva, y otros que vinculan nada menos que a la familia de Noé con la fundación de Requena (dicha familia fue la única que debió quedar en la tierra tras el Diluvio, por tanto no yerran demasiado).
BRIGO EN LA TOPONIMIA ANTIGUA
Uno de los personajes pseudo-histórico al que los cronicones atribuyen numerosas fundaciones de urbes hispanas, entre ellas Requenobriga, fue Brigo. Estos inventores de la historia, pensaron en esas supuestas fundaciones al observar que unas cuantas ciudades ibero-romanas tenían en su nombre la desinencia o raíz “briga”. Las que aparecen en la Geographia de Claudio Ptlomeo, S II d.C. en Hispania son estas:
Brigaecium: (Cantabri,) Celiobriga: ( Callaeci Bracari,) Cottalobriga: (Vettones,) Deobriga: (Vettones), Deobrigula: (Morbogi,) Diobriga: (Autrigoni,) Flaviobriga: (Autrigoni,) Flavius Brigantinus: (Callaeci Lucensi,) Juliobriga: (Cantabri), Lacobriga: (Vaccaei), Mirobriga: (Oretani) Mirobriga: (Turdetani) Nemetobriga: (Callaeci Lucensi) Nertobriga: (Celtiberi) Nertobriga: (Turdetani (¿)), Segobriga: (Celtiberi) Talabriga: (Lusitania) Tuntobriga: (Callaeci Bracari) Volobriga: (Callaeci Bracari)
Todas ellas situadas en antiguos territorios relacionados con los pueblos célticos.
Fuera de España también existen numerosos ejemplos: Artobriga=Ratisbona (Al). Samarobriga=Amiens, Litanobriga=Francia, Admagetobriga=Selestat, FR, Allobriges=pueblos germánicos, Arebrigium (Arvier) [ villes d’Italie du Nord ], Bodobriga / Boudobriga (Boppard) [ villes gauloises & gallo-romaines], Brigianiens [ peuples celto-ligures & alpins ], Brigobanne (Hüfingen), Brigulus (Saône), Brixellum (Brescello), Eburobriga (Avrolles), Donobriga (Deneuvre), Eccobriga / Ecobriga (Eldelek, Kahramanmaras), Londobris (îles Berlangas), Ségobriges ( peuples de Gaule Narbonnaise).
La palabra “briga” aparece en latín y lenguas derivadas. Aunque la regla general dice que es una palabra proveniente del mundo céltico.
Briga (portugués)= pugna, briga (italiano)= molestar, briga (latín)= disputa.
La probable explicación de esta desinencia o raíz, es más bien morfológica. Es decir, es una forma de escribir el topónimo de una ciudad.
Hemos leído que podría proceder de:
1/ Una latinización de la desinencia hispano-céltica “brig” que derivará en “briga”.
2/ Una raíz que aparece especialmente en la Península Ibérica, de origen celta, que significaría “ciudad”, “fortaleza”
3/ Podría ser un antropónimo usado en la Galia u otros lugares. Encontramos un ejemplo en esta lápida latina encontrada en Francia que nombra a un tal Brigo (Brigonis):
origine inconnue (1847). «DEO COBANO SAMOTALVS BRIGONIS F(ILIVS) AVGVSTODVNE(N)SIS EX VOTO SVSCEPTO «
Traducción: «Au Dieu Cobanus, Samotalus, fils de Brigo, habitant d’Augustodunum (Autun), ce vœu» Al Dios Cobanus, Samotalus, hijo de Brigo, habitante de Augustodunum (Autun), recibe este voto. *(Encyclopédie de l´Arbre Celtique)
4/ En antiguo irlandés “brig” es colina y en antiguo galés “breg” significa también colina. En proto-germánico “birga”, “burgo” es monte, en godo “bergahi” es área montañosa. Por lo que estaría más relacionado con un lugar montañoso que con el significado de ciudad o fortaleza.
Si resumiéramos estas opiniones, se podría decir que “briga” fue una palabra o desinencia que complementó un topónimo urbano, que designaría un lugar montañoso o algo similar, que fue un término proveniente de zonas célticas y que de la palabra inicial de la que derivara, resultó en época posterior latinizada a la desinencia celto-romana “briga”. Y como es habitual en esos pueblos prerromanos, los topónimos y antropónimos podían coincidir, como es el caso del rey Edecon de Edeta, Orosis de Oretania o, en este caso galo, el de “Brigonis”.
Es decir, que aquellos antiguos se fijaron en datos históricos reales para crear una historia ficticia.
Requena, nunca se llamó Requenóbriga, entre otras causas, porque no aparece como tal en ninguna fuente histórica, y porque se llamaba de otra manera.

CONCLUSIÓN
Todas estas referencias a la protohistoria de Requena, que comenta don Rafael, mencionadas por los antiguos historiadores locales, tienen su origen en autores del siglo XVII que falsearon la historia para su propia conveniencia, que además fueron apoyados por personas relevantes que les concedieron credibilidad, y que recogieron estas manipulaciones en los llamados “Falsos Cronicones”. Para esto se basaron en datos que les llegaron desde las Fuentes Antiguas, pero que no supieron explicar o bien los explicaron a su conveniencia, como fue aplicar el morfema “briga” que realmente aportaban algunas ciudades de época hispano-romana, o la proveniencia de un supuesto “héroe-rey” llamado Brigo del que no es fiable su existencia.
Obras consultadas:
«Historia crítica y documentada de la ciudad de Requena«, Rafael Bernabéu López
Villar, Francisco. «Estudios del celtibérico y de toponimia prerromana».
Yelo Templado, A «El Cronicon del Pseudo-Dextro, proceso de redacción».
Autor: Rafael Bernabéu López
Análisis del texto: Javier Jordá Sánchez y César Jordá Sánchez