LA VILLA DE REQUENA, UNA CIUDAD ROMANA. (4ªparte)
Aplicando estos datos hacia la Meseta del Cabriel. Por la distribución geográfica de las urbs en las Fuentes Históricas da la impresión de una cierta equidistancia, es decir, cada territorio parece tener un referente de ciudad hispano romana, y la superficie a la que representa se asemeja a la que tuvieran los antiguos gens territoriales o ciudades-estado ibéricas.
En el territorio de Hispania que circundaba La Villa (Requena), encontramos varias de estas ciudades. Pongamos en un mapa actual un radio entorno a Requena de unos 85 kms , allí encontraremos estas ciudades hispano-romanas: al sur, Saltiga (Chichilla de Montearagón), Aras (Ayora), Menlaria (La Carencia,Turís), Saetabi (Játiva), al este, Valentia (Valencia), Edeta (Liria), Saguntum (Sagunto), al norte, Etobesa (Segorbe), al oeste, Lobetum (Cañete-Moya), Pucialia (por Enguídanos), Salaria (Iniesta), Bigerra (La Eras, Alcalá del Júcar) y Túrbula (Requena).

Y en la Geographia de Ptolomeo (S II d. C.) encontramos las coordenadas de accidentes geográficos como Mons Idúbeda (Sistema Ibérico) al norte y Mons Orospeda (Sistema Bético), cadenas montañosas que se encuentran, en sus estribaciones, en la Meseta del Cabriel, por lo tanto en su punto de intersección. Ptolomeo apuntó estos accidentes geográficos como límites para indicar a qué “región” o “adscripción” pertenecía cada una de las ciudades que nombraba. En este caso, al sur de los Mons Idúbeda y al oeste de los Mons Orospeda, situaba a las urbs bastitani. La Villa se sitúa al sur del Sistema Ibérico y al noroeste del Sistema Bético. En este rincón del mapa de Ptolomeo (S II d.C.) se localiza Túrbula, Salaria, Pucialia, Bigerra y Saltiga. Por lo tanto uno de estos topónimos pudo ser el que tuvo La Villa si en realidad fue el núcleo urbano de la Meseta del Cabriel que perduró por lo menos hasta el S II d.C.* (Este dato lo estudiaremos en artículos posteriores).
Otra importante referencia de las Fuentes Históricas es el Itinerario de Antonino (S II d.C.). Es un conjunto de rutas que pasa por ciudades y lugares, y que está señalizado por distancias en millas romanas. Una de estas rutas señala la que cruza la Meseta del Cabriel desde Saltici (Chinchilla de Montearagón) cruzando el río Júcar por Alcalá del Júcar (Ab), y el río Cabriel, quizás por Vadocañas o Villatoya, hasta Urbiaca, una urbs que debió situarse entre las provincias de Teruel y Cuenca, y que desde nuestra comarca cita un punto o intersección de caminos que conducirían hasta Putea, “ad Putea”, urbs que se localizaba en el término de Enguídanos (Cu), cruzando el río Cabriel, por un antiguo paso que debió ubicarse por las cercanías de Pajazo, paso natural.
El itinerario gaditano o Vasos Apolinares, muestra otra ruta al sur de la Meseta del Cabriel que iba desde Saetabis a Aras y Saltici, sobre la zona paralela al río Júcar por el sur, que indicaría que entre las ciudades al norte de éstas, estaría la de nuestra comarca.
Resumiendo, en el perímetro que rodea la Meseta del Cabriel, existieron según las Fuentes Históricas localizadas varias urbs, entre las cuales quizás una de ellas, fuera La Villa de Requena. Averiguar cuál fue es un intrigante dilema.
¿Fue una urbs como el resto?
¿Cumplía La Villa la definición de urbs? Podría serlo, porque la definición es amplia, podría cumplir los requisitos de ser un recinto que reuniera un conjunto de edificios, calles e infraestructuras de tipología romana. Aunque sin datos arqueológicos no podemos saber si tuvo un “pomerium” (recinto sagrado) que las diferenciaba de los oppidum, simples ciudades fortificadas. Y si fuera urbs, no sabríamos su categoría jurídica tampoco, si colonia, municipio, de derecho latino, peregrinae, stipendiariae. Aunque si lográramos demostrar su semejanza a otros y que su nombre aparece en las Fuentes Históricas, podríamos equipararla.
¿Cumplió La Villa el modelo de una ciudad romana?
Según podemos observar en los ejemplos de ciudades hispano-romanas, la planta de La Villa es similar a la de otros conocidos y estudiados. Su localización, en una elevación plana en altura, sobre un extenso territorio llano, es habitual en algunas urbs conocidas. No podremos saber su disposición urbana en época romana hasta conocer los datos arqueológicos imprescindibles, pero por la disposición medieval, si hubo un foro, debería haber estado cercano a donde estuvo una pequeña plaza entorno a la actual de Albornoz. Y si como hemos planteado anteriormente, la planta de las urbs romana dispuso de cuatro puertas de entrada a la ciudad, en sus cuatro polos opuestos, quizás podrían corresponderse con las medievales. Una puerta por la zona de la Cuesta del Castillo, distinta de la actual de trazado más moderno; otra en la Cuesta del Cristo, donde quizás unas piedras de sillería en la torre que la flanquea fueran romanas; otra en la Cuesta de Las Carnicerías, donde los restos arqueológicos indicarían la posibilidad de haber existido una puerta romana; y otra en la Puerta de Alcalá, entrada ancestral.
En cuanto a mercado, termas y otros edificios típicos de urbs romana, no tenemos noticias arqueológicas, y sería difícil encontrar rastros, porque La Villa ha sido habitada continuamente hasta hoy, y toda su planta reedificada numerosas veces. Sobre edificios lúdicos de relevancia como teatro, circo o anfiteatro, no se conoce ningún tipo de restos, ni da la impresión de que los hubiera habido, a no ser que fueran edificios livianos de materiales degradables como la madera. La falta de estos característicos edificios lúdicos no quiere decir que no fuese una urbs romana, sino que, si lo fue, tendría una entidad menor que otras, y que tampoco dispondría de un entorno de riqueza con personajes de relevancia social capaces de construir esos caros edificios.
Es importante tener las señales de haber sido habitada en época romana (y previas). Como hemos detallado anteriormente, en La Villa se han encontrado lápidas latinas, tégulas, ladrillos romboidales, quizás una columna romana, o multitud de hallazgos casuales de monedas romanas e ibero-romanas. Pero las señales más relevantes deben salir de los expertos que han realizado excavaciones arqueológicas, en este caso José Manuel Martínez. Según los estudios que conocemos de él, se han encontrado restos romanos fiables tanto en el límite norte de la Plaza de Armas del castillo, como en el límite sur, en el templo de San Nicolás. Lo cual implica la ocupación de toda el área de La Villa.
Por la morfología y ubicación de La Villa, no se puede descartar que pudiera ser una urbs romana, ya que existen ejemplos trabajados arqueológicamente que tienen una disposición planimétrica similar. Un ejemplo claro es el Tolmo de Minateda (Hellín), un lugar estudiado, que fue un municipium y que incluso los expertos se atreven a asignarle un topónimo identificado en las Fuentes Históricas, el de Ilinum, aunque quizás pudiera ser Asso. Y existen otros similares de igual tamaño como Lassira (Forcall) o Basti (Baza), aunque sean otros de superficie algo mayor como Arcóbriga (Monreal de Ariza, Z) o Thermida (Montejo de Tiermes) o Numancia (Soria). Y otros mucho mayores como Cástulo (Linares).
Javier Jordá Sánchez
*(Continúa en parte 5ª)