Hace años, no tantos como las pirámides, don Rafael Bernabéu escribió sus bonitas Acuarelas pensando en hacer accesibles los intrincados asuntos contenidos en nuestros archivos a la gente sencilla de Requena, muy consciente de los problemas de divulgación de la no siempre bien tratada historia local.
Los tiempos han convertido al acuarelista en farmacéutico, que en esta ocasión no ha mirado si la administración le abonaba facturas y desvelos por administrar píldoras todos los meses, píldoras de conocimiento histórico. Tal es el mérito de don Ignacio Latorre Zacarés, ángel custodio de nuestro Archivo, que ha reunido el trabajo de unos cuantos años en forma de libro en La historia en píldoras. Hechos y sucesos documentados de la meseta Requena-Utiel. Aunque su propósito es abordarlos con desenfado y humor, a veces por no llorar, su contenido es muy serio, más que el de algunas obras, que no citamos aquí por discreción, de supuestas luminarias de la cultura que retuercen los tópicos de siempre para ordeñar la vaca sin ninguna mala leche.
En la variedad está el gusto y esta obra nos ofrece un verdadero festival de temas y cuestiones. Destacaría cuatro ejes diamantinos.
El de las personalidades, como la del no siempre malvado marqués de Villena, del que rescataron al autor para ir a bailar.
El de las anécdotas curiosas, como las del andarín cerdo que encontró su San Martín en Requena.
El de los entresijos de la supervivencia, el del pan y el del gobierno municipal, siempre acertado…
El del arte taurino, tan querido por tantos requenenses a lo largo del tiempo.
Estas píldoras no tienen contraindicaciones que afecten al manejo de maquinaria pesada ni a la capacidad de engendrar. A todo caso puede originar algún síndrome de abstinencia si don Ignacio Latorre dejara de dispensarlas.
Víctor Manuel Galán Tendero.
