El año 1851 (momento en el que la comarca nuclear pasa a depender administrativamente a la provincia de Valencia) fue el fin de las relaciones políticas entre Utiel y Cuenca. No obstante, los vínculos históricos, familiares, económicos y culturales con la Ciudad del Cáliz y de la Estrella han seguido vivos hasta nuestros días. Sin olvidar que hasta 1959 aun pertenecimos al obispado de Cuenca. Todo ello nos indica que nunca hubo una ruptura total con aquel territorio al que pertenecimos. Ya no solo Cuenca, sino también con Albacete y el interior valenciano, una amplia zona entrelazada con Utiel con una dimensiones similares a algunas provincias españolas.
Las diligencias y más tarde los autobuses transportaban personas y mercancías entre Utiel con La Manchuela y la Serranía Baja de Cuenca. En los años 20 del siglo pasado existían líneas regulares de autobús desde Utiel dirigidas a Cuenca capital, Motilla del Palancar, Belmonte, Aliaguilla, Sinarcas, Mira, Fuenterrobles, Venta del Moro, Requena y Valencia. Los comerciantes de los pueblos conquenses se surtían de productos de alimentación o de otro tipo en los almacenes utielanos (azúcar, arroz, salazones, aceite, vino, telas, etc.). Hasta el correo les llegaba desde Utiel, al estar mucho de estos pueblos más cerca y mejor comunicados que con la ciudad de Cuenca. Trabajando mozos como emisarios que recogían las cartas y paquetes en Utiel y los llevaban a sus respectivos pueblos.
Las corridas de toros contaban con un fuerte acento conquense, puesto que en la mayoría de las ocasiones los toros procedían de ganaderías de aquella provincia. Desde Valdemeca, Zafrilla y otros lugares, pasado por Landete, concretamente en el rento de Mijares, los ganaderos conducían a pie o caballo a los toros de lidia hasta Utiel. Incluso había miembros de la Sociedad Taurina Utielana vecinos de Landete y otros pueblos, como Guillermo Gimeno, uno de los socios fundadores de la plaza La Utielana inaugurada en 1858.
Económicamente la exportación de madera contaba con gran importancia. Los gancheros transportaban los troncos de pino por el Cabriel hasta Contreras, donde se habilitó un desembarcadero para la madera. Desde allí eran llevados por los carreteros en carros madereros hasta las serrerías o a la estación de Utiel. Menos importante, pero con mucho peso en las relaciones sociales, era la trashumancia de ganado ovino y apícola. Durante el verano, pastores y colmeneros de la Comarca de Utiel se trasladaban a la Serranía Baja de Cuenca huyendo del frío y en invierno los de la Serranía atravesaban nuestra meseta para instalarse en Chera, Chelva o Buñol. A la Cofradía Real de Colmeneros y Labradores de Utiel pertenecían un gran número de apicultores de la Serranía Conquense. Vendimiadores y segadores de pueblos de la Serranía de Cuenca, La Mancha, e incluso de Albarracín llegaban a Utiel y sus aldeas en busca de un buen jornal.
Los turroneros utielanos se dirigían a las principales fiestas de los pueblos de Cuenca para vender sus dulces: turrón, el famoso alajú, burruecos (lo que en Requena y sus aldeas se llama “turroncillo de fideos”), peladillas y otras golosinas. El oficio de turronero estaba casi por completo asociado a Utiel. Solamente a los pueblos más norteños del antiguo Marquesado de Moya no iban los de Utiel, sino los de Ademúz, otro pueblo de enorme tradición entorno a los dulces y la miel. La llegada del turronero se convirtió en un icono, en un símbolo de la llegada de las fiestas a un pueblo. Era parte esencial de la celebración, sobre todo para los más niños, a quienes conquistaban con sus dulces.
Todas estas relaciones económicas y sociales mencionadas son las más destacables, pero no las únicas. Eso sí, consecuencia directa de tales fue un estrechamiento de las relaciones y vínculos familiares. Tanto por matrimonios mixtos, como por la frecuente inmigración de conquenses y manchegos en busca de trabajo Utiel y Requena, mucho más rica que sus zonas de origen. En la Meseta de Utiel son numerosos los apellidos originarios de Cuenca (Miota, Gabaldón, etc.). Es más, resulta difícil no conocer a alguien en la Comarca con algún tipo de vínculo con Cuenca.
Dichas vinculaciones aun se aun mantienen y en ocasiones deberían ser contabilizadas en la actualidad para economizar y dar una mayor eficiencia a los recursos de la administración del estado en esta zona. A pesar de haberse convertido esta zona comentada en un gran desierto demográfico, sus habitantes tienen el derecho a una serie de servicios públicos incuestionables. Las ciudades de Cuenca y Albacete se encuentran muy alejadas de muchas poblaciones que por obligación se encuentran bajo su influencia. Sin embargo, una reforma para que Utiel y Requena abasteciese parte de estas necesidades supondría una enorme comodidad tanto para los ciudadanos como para la administración. Aspecto que simplemente no se ha valorado por la frontera actual entre Valencia y Castilla-La Mancha, que parece ser una barrera infranqueable que solo perjudica a los habitantes de ambas partes de la raya.
