Los encierros, en días como los de San Fermín, disfrutan de una gran popularidad y atraen la atención de diversos medios de comunicación. Los de Pamplona han alcanzado una gran resonancia internacional desde hace años, aunque no solo se celebran y han celebrado en la capital navarra. Los de la segoviana Cuéllar tienen fama de ser los más antiguos de España, al menos de comienzos del siglo XIII.
A Requena también llegó el gusto por los encierros, que se celebraban por San Juan con la complacencia de los caballeros y la asistencia económica del municipio. La primera noticia de los mismos data de 1576.
En la plaza del Arrabal, en expansión durante el reinado de Felipe II, se dispusieron las talanqueras o barreras toriles, elaboradas a veces con madera de la Serratilla. Entre 1576 y 1638 se pagaron por el concejo a distintos carpinteros sumas de cien a casi quinientos reales para su mantenimiento o disposición.
Con los encierros o las fiestas taurinas de San Juan los caballeros de la nómina trataron de compensar el declive de las del Rey Pájaro. No fue fácil su animación y en 1589 el municipio invitó a celebrarlas por las ganancias y las alegrías que se derivarían.
El principal problema residía en la compra de las reses. El cabildo de los caballeros, dotado con la renta de las asaduras, adquirió tres toros y una vaca en 1593.
Los encierros requenenses de San Juan alcanzaron su cénit en la primera mitad del siglo XVII y declinaron por la popularidad alcanzada por otras fiestas y por los altibajos de los del cabildo caballeresco. Aun así, los encierros se corrieron en Requena hasta mucho más tarde por otras celebraciones, como las de San Roque o incluso el Corpus.
Fuentes.
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE REQUENA.
Libro de actas municipales de 1587 a 1593 (2898)
Libro de cuentas de propios y arbitrios de 1573 a 1594 (4721) y de 1594 a 1639 (2470).