Los nombres de Requena.
Antes de denominar Requena como tal, deberíamos plantearnos qué es y qué ha sido. No debemos mirar sólo la urbe, sino al conjunto de pobladores de un territorio que comparten costumbres y beneficios comunes.
Requena es un territorio común compartido que ha sufrido variaciones, pero que conserva, de una manera u otra, el agrupamiento que ha tenido desde que alcanzó el nivel de civilización.
Requena y la Tierra del Cabriel no pueden considerarse por separado si queremos conocer nuestra procedencia.
El origen del nombre de Requena se corresponde con el núcleo urbano inicial situado en La Villa, el recinto histórico. Pero, ¿desde cuándo se llama así?
Remontémonos a la historia más ancestral de la que podamos tener datos. A falta de estudios arqueológicos en Requena, o por lo menos de ser publicados, la forma de civilización más antigua de la que podemos recabar información se remonta a la Edad del Bronce (aproximadamente desde el III milenio a.C.). No se ha excavado arqueológicamente ningún yacimiento de la Edad del Bronce, nos faltan referencias, pero existieron con abundancia en la Tierra del Cabriel. Solían ubicarse en cerros en altura que controlaban los caminos y lugares de paso de todo el territorio, pero los lugares más poblados se concentraban en los llanos, coincidiendo con los terrenos agrícolas. También conocemos varios santuarios rituales.
Según los estudios arqueológicos de D. José Manuel Martínez en La Villa de Requena, este recinto ya estaba habitado en la Edad del Bronce. Probablemente, desde el III milenio a.C. hasta principios del I milenio a.C., pudo existir un pequeño núcleo urbano en La Villa de Requena relacionado con una extensa red de hábitats repartidos por la actual Tierra del Cabriel, cuya interrelación desconocemos, que iniciarían la formación de una territorialidad política común que duraría hasta nuestros días. Por supuesto, de esta época no conocemos datos escritos ni referencias históricas, y nada sabemos de topónimos locales.
En la Edad del Hierro o Época Ibera, desde comienzos del I milenio a.C. hasta la llegada de los romanos, aparecen las primeras referencias históricas, y se dan a conocer topónimos. Aunque otras zonas de Hispania aparecen nombradas con anterioridad en textos griegos, monedas, etc., nuestro territorio no comienza a aparecer en fuentes escritas hasta la llegada de los romanos a finales del S III a.C.
La Edad del Bronce llevó a conformar un territorio político común, que en la Edad del Hierro dio lugar a un verdadero Estado Ibero de gran potencia económica y política, similar a las pequeñas ciudades-estado que existían a lo largo del Mediterráneo y Europa.
Se produjo un cambio, de manera que la población ibera se trasladó a las zonas bajas laborables, y con ellos empezó a crecer una nueva ciudad que llegaría a ser la capital de este Estado ibero. Esa ciudad se ubicó en el yacimiento arqueológico de Los Villares, en Caudete de las Fuentes, y daría el nombre al resto del territorio. Aquí siento discrepar con la denominación oficial de la Universidad de Valencia y con la percepción general, ya que Los Villares es conocido actualmente con el nombre ibero de Kelin, y yo considero que el nombre correcto sería Turdam oppida, tal como aparece en la obra de Tito Livio “Ad urbe Condita” del S I a.C. *(Ver Crónicas Históricas de Requena, “EL ESTADO IBÉRICO DE TURDAM OPPIDUM, LA TIERRA DE REQUENA“)
El yacimiento ibero de Los Villares fue capital de este Estado hasta que fue definitivamente destruido, seguramente en la Guerras Sertorianas, entre el 82 y 72 a.C., es decir, perduró unos 600 años. Durante estos siglos, La Villa fue un oppidum ibero algo menor que Los Villares (10 y 7 hectáreas respectivamente), el de segundo mayor tamaño del Estado ibero, pero dependiente de la capitalidad del primero.
Los romanos, redistribuyeron políticamente, según conveniencia, las capitalidades de los territorios iberos, sobre todo de aquellos que habían colaborado con algún bando enemigo. Aquí paso lo mismo, la ciudad ibera de Turda fue destruida, y los romanos llevaron la capitalidad burocrática territorial a otro lugar. El único lugar de la Tierra del Cabriel que pudo ubicar un oppidum romano (o quizás urbe) fue La Villa de Requena.
En el S II d.C. Claudio Ptolomeo, en su obra “Geographia”, coloca en las coordenadas aproximadas a la Tierra del Cabriel, donde se juntan los Mons Idúbeda (Sistema Ibérico) y los Mons Orospeda (Sistema Bético), una ciudad llamada “Túrbula”, cuya traducción sería “la pequeña Turba”. Esta pequeña Turba es la derivación de aquella ciudad que nombra Tito Livio dos siglos antes, Turda. Por tanto hubo dos ciudades distintas con el mismo nombre, la ibera Turda (Caudete de las Fuentes) y la romana Túrbula (Requena).

La época romana es muy confusa, y con la decadencia del Imperio, muchas ciudades fueron semiabandonadas. No sabemos si en los inicios de la cristiandad existió La Villa como ciudad, y si con la llegada de visigodos y bizantinos fue ocupada. Hubo cambios, pero no sabemos de qué manera, pues en las fuentes históricas bajo romanas y visigodas no encontramos referencias ni hacia una Túrbula ni hacia una Requena. El territorio perteneció a un convento jurídico, aunque no sabemos cuál. La Villa debió ser una entidad menor.
Varios siglos después, a partir de la conquista islámica del S VIII d.C., nos llegan por fin referencias a Requena.
El historiador que más ha estudiado la época medieval islámica de Requena es Francisco Piqueras Mas. En sus obras inéditas nos describe las denominaciones islámicas de la villa. Nos dice Francisco Piqueras que entre las fuentes islámicas, la referencia más antigua a nuestra ciudad aparece “de la mano de Ibn Bassäm, cronista portugués cuyo dato biográfico más elocuente lo constituye la fecha de 1148, su fallecimiento”, “el episodio al que se refiere viene fechado en 1063”y dice: “En ese mismo año tuvo lugar la batalla de Rokâna perteneciente al distrito de Balensiya”. Nos dice que Al Esidri (S XII) nombra a Rokana, y Al Udri en su obra “iqulim” (distrito geográfico) vuelve a nombrar a Rakana diciendo: “hay veinticinco millas, de Tores (Turís) al castillo de Rakana, (Requena) que esta junto a un río” y “; de Bunyul al castillo de Rakana hay quince millas “(S XII). En el S XIII aparece en la obra de Yaqut como “Rukâna: Es una madina agradable, min amal de Balansiya en Al-Andalus”.
Francisco Piqueras Mas nos comenta también el paso del vocablo árabe al latino cristiano. Aparece por primera vez como tal en “la Historia Roderici como la Primera Crónica General” escrita a finales del S XII en latín, donde repite la forma del topónimo como “Rechena”. Vemos la transformación de Rokana a Rechena (o quizás la recuperación de la anterior forma latina), aunque también aparece como “Richena” en otro texto de la obra. En 1242 en el testamento del rey Jaime I aparece una donación al monasterio de Roquena.
Pero ya en el S XIII, tras la reconquista cristiana de la villa, podemos constatar que era definitivo el actual topónimo otorgado, pues podemos leer en documentos de la época tan importantes como la “Carta Puebla”, fechada en 1257, escrito el nombre de Requena tal y como es en la actualidad.
La indefinición del topónimo final “Requena” en época medieval se debió a la variabilidad en las transcripciones de los diversos autores y documentos, quizás por la complicada traducción del árabe, y también a la doble utilización en los textos del latín y el castellano. Pero observamos que antes de la reconquista cristiana de Requena, los autores latinos ya consideraban el topónimo como Rechena (Historia Roderici S XII), leyéndose la ch latina como la qu actual.

Podemos concluir que el nombre de Requena es tal desde época medieval, partiendo de una ligera variación de las vocales desde los textos árabes o latinos, que ignoramos el proceso entre el final del Imperio romano hasta la invasión islámica, que el nombre anterior romano Túrbula fue distinto y se perdió, que derivó de una antigua ciudad-Estado Ibera llamada Turda ubicada en Caudete de las Fuentes.
*(Pido disculpas por la polémica que pueden generar las afirmaciones que figuran en este artículo, que por las discrepancias quizás no sean del agrado de todo el mundo)
Bibliografía:
-“Crónicas Históricas de Requena” http://cronicasderequena.es/
-Estudios sobre Requena medieval de Francisco Piqueras Mas.
Autor: Javier Jordá Sánchez (El Polaquillo)