El linaje de los Zapata es de origen aragonés, y a partir del siglo XIII se fue extendiendo por las tierras del Este peninsular. En 1340, el señor de Tous Pedro Zapata puso en un aprieto al vecino de Requena Gonzalo Martínez, partícipe en una compañía maderera, al tomarle parte de su carga. Con el tiempo, los Zapata también darían importantes figuras a la Historia de Requena.
Los Zapata de Iniesta dijeron ser originarios de Requena, el solar de Juan Zapata el Viejo, del que sabemos muy poco. En 1392, Gregorio Zapata, cuyo parentesco con el anterior no podemos precisar, fue el procurador de los caballeros de la nómina. La relevancia del linaje era clara, y en 1407 Ferrand Zapata ejerció como alcalde o administrador de la justicia en nuestra villa.
En el siglo XV, el linaje destacó en la política local, y en 1466 ejercía como alcaide de la fortaleza requenense Martín de Zapata, cabeza de una facción contraria a los Comas. Lo siguieron sus familiares Juan Zapata, Juana de Zapata (esposa de Pedro Muñoz) y Violante Zapata, la mujer de Lope Ruiz. Se posicionaron a favor de don Álvaro de Mendoza contra los partidarios de Enrique IV. Sin embargo, se reconciliaron con el poder real a comienzos de la década de 1480.
El entendimiento con doña Isabel y don Fernando resultó fructífero para algunos de ellos, pues Cristóbal Zapata fue su repostero de estrados y mesa. Yerno de Teresa Ponce, se mostró muy interesado por su parte de herencia sobre su heredad de Jaraguas. En 1492, tenía medios suficientes como para prestar grano a otros, como Juan Zapata e hija, a los que denunció por impago ante la Chancillería. Escaló posiciones en Requena, convirtiéndose en 1498 en teniente del procurador del concejo Lope de Comas. La anterior enemistad entre los linajes Zapata y Comas había dado paso a un nuevo tiempo de colaboración. Cristóbal intervino en la gestión de los bienes de propios y en el reparto de dinero para comprar trigo en Valencia en 1505-6, lo que le valió más de un pleito. Contribuyó en 1508 a que le retiraran la alcaidía de la fortaleza a Luis de Córdoba, recayendo al final en Francisco de Bazán.
No todos los miembros del linaje gozaron de su suerte, pues en 1506 padeció destierro el caballero Fernando Zapata. En los combates con los musulmanes de Cortes de Pallás, obligados a convertirse al cristianismo, cayó en 1526 el hidalgo Lope Zapata.
Los Zapata también se interesaron por la profesión de las letras, caso del escribano Lope Ruiz Zapata, quizá hijo de Violante y Lope Ruiz. Pretendió la escribanía de la aduana, y al ser acusado en 1543 de la muerte del corregidor de Requena huyó a Utiel. A pesar de todo ello, pretendió ser en 1545 regidor perpetuo, al igual que Martín Zapata. Sin embargo, Lope falleció en 1547. De Martín Zapata sabemos que en 1546 defendió la cala y cata de los vecinos para conseguir trigo.
El linaje formó parte del círculo de los caballeros de la nómina, caso de mosén Zapata en 1560. Sabemos la condición de hidalgo de Cristóbal Zapata de Espejo, quizá nieto del Cristóbal de tiempos de los Reyes Católicos, que consta en 1573 como alférez mayor de Requena. En 1589 se encontraba en buenas relaciones con Juan Comas, además de interesarse vivamente por la gestión del pósito. En 1593 consiguió de Felipe II hacer extensible a sus herederos el título de alférez mayor.
Gaspar Zapata fue otro destacado integrante del linaje en aquella época. Diputado del municipio en 1589, fue alférez de la hueste municipal en 1591, durante las alteraciones de Aragón, recayendo la capitanía en Cristóbal.
En 1597 se convirtió en alférez mayor Miguel Zapata de Espejo, el hijo de Cristóbal. Siguió los pasos familiares en los tratos de cereal, y en 1621 fue acusado de desfalcar el pósito, junto a otros. Otro Zapata, Juan, fue fiel de la renta del puerto en 1603.
En el llamamiento de Felipe IV a sus caballeros frente a Francia en 1635, se convocó a Marco Antonio Zapata. De la unión de Francisca Zapata con Miguel Sánchez Ibarra nacería José Ibarra Zapata, que en 1652 se convertiría en sargento de la compañía militar puesta en pie por Requena. Su alférez fue su pariente Alonso Pedrón Zapata. En el siglo XVII, los linajes de la aristocracia requenense se fueron fundiendo, y el legado de los Zapata pasaría a otros como los Ibarra. Fueron caballeros que no desdeñaron la práctica letrada, la gestión de los fondos municipales y los negocios, en la línea de muchos potentados locales de la Castilla de la Baja Edad Media y de la Alta Edad Moderna.
Bibliografía.
GALÁN, Víctor Manuel, Requena bajo los Austrias, Requena, 2017.
