Uno de los mejores conjuntos documentales con el que contamos para el análisis histórico y social de Utiel durante la Edad de Oro lo conforma la variada prensa local surgida a finales del siglo XIX y con una efervescente actividad a principios del siglo XX. Los periódicos locales son una muestra más del alto grado de desarrollo en el que se encontraba la ciudad, sin dudarlo, más cercana a la concepción urbana que a la de pueblo rural.
La Ley de Prensa de 1883 promulgada por el gobierno liberal de Sagasta permitió la libertad de prensa y con ella una amplia amalgama de publicaciones que reflejaban todo el pensamiento político de la época (conservador, liberal, carlista, republicano, obrero, etc.). Toda esa prensa de tirada nacional y provincial también llegó a la comarca e incitó las primeras publicaciones locales, aprovechando que habían llegado empresarios que se dedicarían a la industria tipográfica. Brilló en concreto, en la década de 1890, la “Imprenta y Encuadernación de Salvador Gironés”, a la que más tarde se le añadiría la competencia de la imprenta de Lacuesta y la de Rafael Martínez.
El primer periódico utielano se presento el 1 de mayo de 1895. Era “El Sinapismo”, vinculado a Unión Republicana, con muy precarios medios económicos, como indicaba en su cabecera: Saldrá cuando pueda y quiera.
El insigne historiador Miguel Ballesteros Viana cuenta con un papel importante en este ámbito, pues fue el promotor y director de tres periódicos durante su corta vida. El primero salió en junio de 1895 “El Heraldo de Utiel”, técnicamente independiente aunque de tendencia liberal y publicado el 10, 20 y 30 de cada mes. En 1901 haría una nueva gaceta bajo el nombre de “Utiel”, el primer periódico comarcal en incluir fotografías de manera regular en su formato y con noticias muy pormenorizadas de ámbito local. Algo no siempre habitual, porque la prensa era muchas veces herramientas políticas más que noticiarios. Y por último, “Viñador de Utiel” en 1904, que perduró hasta 1908.
Un periódico anticlerical surgirá en 1903, “La Verdad”, dirigido por D. Domingo Giménez y D. Pablo García Lledó, el cual fue muy crítico con ciertas creencias para ellos supersticiosas y defendiendo los intereses económicos de la gente más humilde que refleja cierta tendencia obrera. El Partido Republicano encabezado por D. Enrique Martínez fundó en 1906 “El Ideal”, destacando su interés particular por artículos culturales más allá de solamente comunicar el ideario republicano. En contra de este, aparece ese mismo año “El Mensajero” de D. Facundo Ballesteros, órgano del Partido Conservador.
En 1909 aparecerán dos nuevos periódicos muy distintos. Por una parte el primer diario plenamente asociado al movimiento de los trabajadores, “El Obrero”, dirigido por Claudio Llagaría. El otro, un boletín cultural dirigido por D. Virgilio Bonet y en el que aparecen como propietarios la Imprenta Lacuesta y Martínez. “El Porvenir”, como su nombre indicaba era: Salud y Cultura, Revista quinquenal ilustrada, literaria, y comercial.
El 13 de agosto de 1913 se presenta “El Liberal de Utiel”, defensor de los idearios democráticos y de defensa de la viticultura. Don Gregorio Guerrero Lucas intentó ofrecer al lector no solamente noticias locales, sino también de ámbito nacional e internacional con una gran calidad informativa.

Mención especial merece “El Joven Radical”, un periódico obrero y republicano aunque el mismo prefiriese denominarse Periódico Quincenal Anticaciquista o Republicano. Su director era D. Rodrigo Requena Zafrilla, más conocido como el Tío Colores. Fue un personaje de la escena política utielana muy peculiar y poco estudiado. Se trató de un gran orador y escritor de gran calidad, como se aprecia en sus artículos en “El Joven Radical, caracterizados por ser injuriosos y satíricos, caldeando el ambiente político local.
Aunque pocos, también había prensa totalmente dedicada a la cultura y alejada de los idearios políticos. En 1915 se fundará la Peña Científico Literaria de Utiel y junto a ellas la revista quincenal “Patria Chica”, ambas encabezadas por el doctor D. Alejandro García Martínez, y con una más que elogiable calidad artística. En 1918 la Escuela de Artes y Oficios de Utiel presentaría “El Progreso” bajo la dirección de D. José García Aspas, en cuyo subtítulo reflejaba: Escuelas y Despensas fue el eterno lema del gran Costa ¡cuando más necesario es hoy que ayer!
La Gran Guerra supuso un carestía de alimentos que conllevó una crisis social y una importante inestabilidad política que acabará dando como resultado la Dictadura Militar del General Primo de Rivera , que conllevará una progresiva coacción de la libertad de expresión en este país. Aun así, y con muy corta vida en 1920 “El Reformador” de D. Manuel Parra, de tendencia izquierdista. Además también se publicó en 1921 el conservador “La Lucha” y el liberal “El Demócrata”. Durante el Directorio Militar se publicó por Sabel Gabaldón Montés bajo el lema Libertad, igualdad y fraternidad el periódico republicano y clandestino “Rebeldías”.
Los periódicos locales de la comarca normalmente no gozaron de mucha longevidad. Hay que tener en cuenta que una buena parte de la población era analfabeta y solamente un 35% sabía leer y escribir. Por lo tanto, el público al que iba destinada la prensa era reducido. Además, estas publicaciones eran en su mayoría instrumentos de propaganda política para los partidos a los que estaban afiliados, existiendo verdaderos enfrentamientos dialécticos entre escritos de distinta corriente. Sin dudarlo, la prensa local junto a la provincial y nacional era un hervidero político que prendía fuego en cafés, barberías, posadas, en la calle y la plaza pública y sin dudarlo en las sedes de partidos y asociaciones.
Más allá de las ideas que muchos de ellos reflejaban, se han convertido en la actualidad en documentos históricos de enorme importancia, ya que son una de las principales fuentes de la época, al describirnos los principales acontecimiento ocurridos, además de ayudarnos a comprender los diferentes tipos de pensamiento político de las gentes de esta tierra en un momento tan interesante como son las primeras décadas del siglo XX. Sin olvidar la siempre importante publicidad, reflejo de los gustos y modas de ese momento y que permite desvelar los comercios, productos, actividades, etc. A disposición de los coetáneos. En definitiva, la esencia del capitalismo en nuestra tierra.