El pasado 26 de abril de 2022 nos dejó para siempre un gran amigo, Rafael Muñoz García (1947). Escritor en facetas teatrales, ensayísticas, históricas; autor dramático, aunque seguramente el preferiría la acepción de comediógrafo; cuentista, en el mejor sentido de la palabra; bibliófilo compulsivo, coleccionando todos aquellos papeles que dijeran algo, por insignificante que fuera, de su Requena o de sus autores favoritos: Cervantes, Lope, Serrano Clavero, Asquerino…

(Foto: Marcial García Cañabate).
Hombre generoso y altruista como ninguno. Lo que era suyo, era tuyo. Jamás me negó el préstamo de ningún libro y jamás me puso fecha de devolución, y eso que ambos sabíamos aquello de que «hay dos clases de tontos, los que prestan libros… y los que los devuelven».
Siempre estaba pronto a contestar a cualquier consulta y dispuesto a corregir y criticar, de la forma más constructiva, los artículos que le enviábamos.
En lo personal, ha sido un privilegio compartir época, charlas y almuerzos con personajes de la talla de Feliciano Yeves, Antonio Motos y Rafael Muñoz. Allá arriba, el maestro seguirá diciendo a sus secretarios aquella sabia frase: «tienes razón… pero no es eso».
Es pronto para iniciar aventuras biográficas sobre una figura tan cercana como Rafael Muñoz, pero como homenaje y recuerdo quiero hacer un repaso por una faceta en la que él decía que era lego, pero en la que nos legó algunas perlas de sabiduría: la Música.
Si bien nunca aprendió a tocar un instrumento, su padre, Francisco Muñoz, fue uno de los intérpretes de trompeta y fliscorno más renombrados de la Banda Municipal de Requena en los años cincuenta del siglo XX y sus hijos tocan la guitarra en grupos de música pop.
La música, en la familia Muñoz, siempre ha estado presente. Su colaboración con la Sociedad Musical “Santa Cecilia” en labores literarias, se plasma en diversos artículos que citaré a continuación y en 2007, como orador, fue el mantenedor del acto de proclamación de las madrinas de la música.
Esas colaboraciones en la revista Requena Musical se hicieron de rogar, siendo la primera en 2005 y la última en 2020, con arreglo a estos títulos:
(2005) El doctor Verde: noticia de un pasodoble. Sobre la composición y origen del título del conocido título del músico requenense José Cervera Cervera.
(2006) Y la música se hizo cine. Con anécdotas y datos sobre música cinematográfica y Serrano Clavero, a propósito de un reciente concierto de música fílmica por la banda de la Sociedad Musical.
(2007 y 2008) El maestro Rodrigo y Requena. En relación con Rafael Duyos, Joaquín Rodrigo y los recuerdos que este último tenía de sus veraneos de infancia en tierras requenenses, en concreto en San Antonio.
(2009) Cómo disfrutar de un espectáculo. Consejos, anécdotas y curiosidades sobre la forma en que el público se comporta en los teatros.
(2010) La Revista Musical española. Ya en facetas teatrales, en su salsa, el autor nos habla de este género musical escénico tan afianzado en la España de la primera mitad del siglo XX, en un recorrido por títulos, autores e historia.
(2011) El maestro Rodrigo y Requena. Artículo en el que relata el encuentro con la hija del compositor, Cecilia Rodrigo, y la visita que realizaron a San Antonio para ver los lugares donde veraneaba el músico.
(2012) A propósito de un centenario. Don José Joaquín Herrero Sánchez. Sobre el poeta requenense y su discurso de entrada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en 1912, que versó sobre música y compositores españoles.
(2013) Teatro y Música. Sabia disertación en forma de ensayo sobre la relación ancestral entre ambas materias artísticas.
(2014) Don Feliciano Antonio Yeves Descalzo (1920-2014). Con la tristeza natural de la pérdida del gran amigo ese mismo año, el autor hace un repaso, en forma de carta al amigo, de sus recuerdos sobre el Maestro y sobre la estrecha relación de este con la música.
(2015) El Violín (monólogo). Más obra teatral que artículo, por cuanto se trata, como indica el título, de un soliloquio representable, escrito en un formato muy ameno.
(2016) Enrique Granados. Un recuerdo al eminente pianista y compositor español, fallecido en 1916.
(2017) Federico Gil Asensio. Artículo recordando al periodista, poeta y libretista de zarzuela de origen requenense que desarrolló su carrera literaria y teatral en el Madrid de entre siglos.
(2019) Pasodoble taurinos de Rafael Duyos. Un acercamiento al poeta y su faceta poético-musical en relación con el mundo de la tauromaquia.
(2020) Pantaleón. Sobre el curioso instrumento musical así denominado. Su última colaboración en esta revista.
Todavía hay que añadir una faceta musical a la obra de Muñoz: la de letrista. Para el grupo en el que tocaban sus hijos, Carpe Diem, escribió en 1991 la letra de la canción Puentes de Libertad, con la que el conjunto obtuvo el segundo premio en un concurso celebrado en Buñol.
No debo olvidar que en su magnífica obra histórica Requena Teatral, Rafael Muñoz dedica interesantes párrafos a la música y que uno de mis libros, Zarzuela en Requena, le debe mucho a sus sabios consejos y puntualizaciones.
Junto a quien esto escribe y a Víctor Galán, Rafael Muñoz fue fundador, en 2015, de la Asociación Requenense de Musicología (Asremus), a la que siguió perteneciendo hasta el final y apoyando todas sus iniciativas.
Como se puede apreciar, para no ser músico la música estuvo siempre presente en la vida de Rafael Muñoz García y él estuvo siempre presente en la actividad musical de su familia y amigos.
Los amigos y compañeros te echaremos de menos con un adverbio cuya terminación, ya lo sé, no te gustaba nada utilizar: permanentemente.
Puentes de Libertad
Canción. Letra: Rafael Muñoz García (1991)
Soltad al beso rendido
que vea la luz de la vida.
Sonríe a tus enemigos,
da la espalda a la tierra perdida.
Dejad las armas dormidas,
tiradlas al frío museo,
dejad al noble acero
por motivos de paz y vida.
Enséñanos a luchar,
pero jamás a matar.
Enséñanos un camino
con puentes de libertad.
Soltad las almas perdidas,
que salgan del fin del abismo.
Disfruta el tiempo y momento
y cambia a todos la vida.
Soltad al preso prendido,
destierra de ti toda ira,
ignora a aquellos que piden
en el nombre de quien no lo haría.
Enséñanos a luchar,
pero jamás a matar.
Enséñanos un camino
con puentes de libertad.