Entre 1347 y 1348, se libró una cruenta guerra civil en el reino de Valencia, con la epidemia de peste negra de por medio: la de la Unión. Los unionistas valencianos quisieron poner coto al autoritarismo de Pedro IV de Aragón, que también tuvo que enfrentarse paralelamente a una cerrada oposición entre los aragoneses, que establecieron su propia Unión. Aquel monarca también estaba enfrentado desde hacía tiempo con su hermanastro el infante don Fernando, con importantes posesiones en el reino de Valencia y en buenas relaciones con la corte de Alfonso XI de Castilla, su tío. Su madre, doña Leonor, había sido la segunda esposa de Alfonso IV de Aragón, padre de Pedro IV, y siempre se había singularizado en la vida política de la Corona aragonesa en beneficio de sus intereses y de los de su descendencia.
En tales circunstancias, la castellana Requena volvió a tener una gran importancia estratégica. Los unionistas valencianos la contemplaron como lugar de comunicación idóneo con doña Leonor y su hijo don Fernando. En consecuencia, los partidarios de Pedro IV la temieron como un punto desde el que podían atacar sus adversarios, a los que se espió. Al final, el mismo rey de Aragón rebajó su peligrosidad como base de un ataque, pero no cabe la menor duda que Requena era de vital importancia estratégica en la política de los reinos hispanos del siglo XIV.
En distintas cartas, recogidas por Mateu Rodrigo Lizondo, se puede comprobar todo ello. A continuación, ofrecemos su versión en el castellano actual.
El punto de encuentro y comunicación de Requena.
“Os hacemos saber, señores, que hemos recibido una carta del alto señor infante don Fernando y otra vuestra, de las que hemos tenido gran gozo y placer, pues señaladamente en las mismas se refiere la llegada del señor infante. En cuanto a ello, señores, que habéis tratado y ordenado con el señor infante, os expresamos que nos complace mucho, y tenemos la certidumbre de todo lo que hayáis podido tratar y ordenar en provecho de la dicha ciudad (de Valencia) y con menor carga para aquélla; y según habéis prometido, nosotros cumpliremos todo hasta el final, y antes del día señalado por vos tendréis los dineros en Requena, y entonces os haremos saber el camino a seguir. En cuanto a lo que nos hacéis saber de la señora reina (doña Leonor), que debe permanecer en Huete, nos parece, salvo mejor consejo del señor infante o vuestro, que la señora reina debe permanecer con el señor rey de Castilla, pues por culpa de contrarios nuestros no fue informado, según se ha hecho hasta aquí. Y en lo concerniente a lo que nos hacéis saber, que vosotros vendréis primero a Requena, os encarecemos, salvo mejor consejo, según lo observado, que cada vez que deban estar nuestros mensajeros con la dicha señora reina, vosotros estéis continuamente con el señor rey de Castilla y la noble Leonor, de manera que nuestros contrarios no puedan mudar la voluntad del dicho señor rey de Castilla y de la dicha noble mujer.”
Carta de los conservadores de la Unión a los enviados ante el infante don Fernando, Bernat Redon y Ramon de Salelles. Valencia, 5 de noviembre de 1348.
Espías al servicio del rey de Aragón hacia Requena.
“El rey de Aragón.
“Recibida vuestra carta, que respondía de una nuestra a vos, alabando la buena afección que tenéis a nuestro servicio, os respondemos que ya por Alfonso de Castro, al que me habéis enviado, os hacemos saber nuestro entendimiento de los asuntos contenidos en la dicha carta, y queremos y mandamos, e incluso os rogamos, que hagáis obstaculizar los caminos y cumpláis las otras cosas en unos capítulos que hemos entregado al dicho don Alfonso; y si por ventura el infante don Fernando viniera al lugar de Chiva o a otros lugares del muy alto noble don Pedro, conde de Urgel y vizconde de Áger, nuestro muy caro sobrino, a aquél por ningún motivo lo acojáis, sino que al obstaculizar los caminos le vedéis el paso tanto como podáis. No por menos, tengáis espías en nuestro honor hacia Requena y otras partes donde veáis conveniente, y si podéis saber la entrada del infante, rápidamente, cuando antes podáis, nos hagáis saber con qué compañía viene, pues nosotros le saldremos a la carrera como conviene.”
Orden de Pedro IV al alcaide de Chiva, Joan Llopis de Boïl. Campamento real cercano a Mislata, 7 de diciembre de 1348.
Pedro IV descarta un ataque del infante don Fernando por Requena.
“El rey de Aragón.
“Os hacemos saber que hemos visto vuestra carta y la creencia que Alfonso de Castro nos ha dicho de vuestra parte. En cuanto a lo que nos hacéis saber del infante no entendemos que próximamente nos pueda damnificar, pues nosotros nos encontramos aquí con tal poder que él no podría ni se atrevería a esperar en campo abierto, ni asimismo la ciudad de Valencia no puede acogerlo, pues nosotros tenemos gran poder frente a aquélla como nunca; tampoco pensamos que él haga correrías en vuestra tierra y la dañe, pues es nuestro vasallo y no lo podría hacer de buena fe, e incluso que si hiciera tan extraña cosa, nos convendría tomarle las tierras y lugares que tiene en nuestros reinos, de los que hay muchos que nos resultaría fácil de hacer. Por ello, por todas las razones dichas, entendemos que la venida del dicho infante a Requena no nos puede perjudicar.”
Carta de Pedro IV al alcaide de Chiva, Joan Llopis de Boïl. Valencia, 13 de diciembre de 1348.
Fuentes.
Diplomatari de la Unió del Regne de València (1347-1349). Edición de Mateu Rodrigo Lizondo, Valencia, 2013. Documentos 149, 155 y 161.
