El coste de la política de los Austrias fue bastante severo para Castilla. Sus Cortes no llegaron a anteponer la reparación de agravios a la concesión de subsidios, por lo que la imposición del servicio ordinario y extraordinario se hizo constante. Convocadas por la princesa doña Juana, en ausencia de su hermano Felipe II en los Países Bajos, las de Valladolid de 1558 impusieron nuevos pagos al respecto. El montante global se repartía entre las distintas provincias o demarcaciones castellanas. La de Cuenca era más extensa que la de hoy en día.
Sobresalía entonces su capital, dotada entonces de una importante actividad artesanal y comercial. A la ciudad estricta de Cuenca correspondieron 323.000 maravedíes y 629.150 al conjunto de las aldeas de su Tierra. Entre ambas era una concentración de riqueza importante, superior globalmente a la agrupación de Belmonte, Alarcón y Alcalá del Río (con una imposición de 554.100) y a la de Molina y su Tierra (517.300), incluida entonces en la demarcación conquense.
En un segundo grupo, figuraban Requena y Utiel, acreditando su valía. Por orden descendente, encontramos Moya y su tierra con 334.500 maravedíes, Iniesta con 294.900, Villanueva de la Jara y su Tierra con 236.000, Cañete y otros núcleos con 222.500, Requena con 208.500, San Clemente con 179.350, El Provencio con 117.700, Utiel con 117.650 y La Roda con 113.200. A su importancia agrícola y ganadera se unía su ubicación en las rutas comerciales castellanas hacia Valencia.
Otra agrupación estaría compuesta por Santa María del Campo y Santiago con 98.100 maravedíes, Motilla del Palancar con 88.250, Priego con 83.300, Cañavate con 70.700, Cañaveras con 58.950, Viluerza de Cantezillos con 58.850 y Buenache de Alarcón y Solera con 54.700.
La contribución no se acababa aquí, pues localidades como Villarderrey aportaron 41.100 maravedíes, Almodóvar del Pinar pagó 39.500, Vileza de Yuso 38.200, Mira 35.250, Alberca 35.250, Alcalá del Júcar 34.950, Altarejos 34.950, Pedroñeras 34.350, Barchín 33.250, Cabras 23.550, Paracuellos 22.800, Monteagudo 21.400, Las Mesas 18.650, El Peral 17.700, El Pedernoso 16.650, Piqueras 16.650, Minaya 15.700, Huerta del Apocador 14.650, Villalconel y otros núcleos de la frontera con Aragón 13.700, Avia 11.700, Almeda de Alvareda 11.700, Gabaldón 9.700, Portilla 8.900 y Villora 2.950.
Mira, segregada recientemente de Requena y que entonces sostenía un enconado pleito con la misma, acreditaba su peso en un nutrido grupo de pequeñas localidades beneficiadas por el comercio de granos. La Serranía conquense no escapaba del poblamiento, lo que acredita que el fenómeno de la despoblación presenta más causas humanas que naturales entre nosotros. Con razón, los regidores de Cuenca se quejarían posteriormente, en 1577, del acrecido valor de la alcabala, contraproducente para el comercio y la artesanía, una circunstancia que también compartieron Requena, Utiel y Mira en aquella España imperial de los Austrias.
Fuentes.
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE REQUENA.
Carta de receptoría, nº 11.537.