La pandemia del coronavirus está afectando a toda la sociedad y muchas personas reclaman con razón muchas cosas, entre las que se encuentra la información y la diversión, entendida como humana manera de aliviar un confinamiento prolongado y a veces lleno de dificultades.
Las calles de Requena, junto a las del resto de localidades españolas, se han vaciado de su característica animación, del quehacer diario de personas y actividades, desde el comercio a los centros de enseñanza, desde el bar al banco. A muy poco se ha reducido su actividad habitual, pero la comunidad humana requenense prosigue latiendo con fuerza, a la espera de la eclosión de la vida social en todo su esplendor.
En los balcones, a las ocho de cada tarde, se aplaude y celebra el buen trabajo de las personas que se desviven en la atención sanitaria. El vecindario desea seguir la actualidad y no abdicar de su forma de ser, con sus tradiciones y costumbres, tan enraizadas en la Historia. Las publicaciones digitales, como Crónicas históricas de Requena, pretenden atender a esta demanda de la mejor forma posible, aportando gratuitamente sus trabajos. Con independencia de contenidos y preferencias personales, la actual experiencia reafirma la importancia de la Requena virtual, hija de la digitalización de nuestro tiempo de aldea global. Tres serían sus rasgos fundamentales.
Su forma comunitaria es clara a partir de sus lectores, seguidores y curiosos, que a veces amplían Requena y el gusto por lo requenense más allá del término municipal y su vecindario. En cierta ocasión, un amable lector residente en Ciudad de México recordó a su profesora en Madrid Adela Gil Crespo gracias a un artículo de Crónicas. Una grata sorpresa para todo el que trate de proyectar su imagen en este complejo siglo XXI, de gentes viajeras y actividades variadas.
Toda comunidad humana tiene unas señas de identidad, que van cambiando con el paso del tiempo, pues nada es eterno. En esta peculiar Semana Santa del 2020 sin procesiones ni gente en las calles, ciertamente histórica, hemos tratado de recordar en Crónicas algunos puntos de interés de su pasado. Somos seres humanos que vivimos en una atmósfera muy concreta, la de nuestro tiempo, que recoge asimismo elementos anteriores.
La ciencia ciudadana o saber aportado por personas con distintas profesiones y gustos culturales comunes es de gran importancia para impulsar un proyecto digital. A día de hoy se critica con razón la difusión de bulos o noticias falsas, capaces de conducirnos por terrenos nada recomendables. Sin embargo, quienes leen o consultan contenidos digitales tienen su criterio, manifestado a veces en sus preferencias y comentarios, críticos en ocasiones. La ingenuidad no está tan extendida como algunas veces se supone y la comunidad virtual avanza cada día.
En este mundo global que sufre la pandemia del coronavirus, las comunidades virtuales ya son una realidad incontestable, una de ellas la de Requena, bien auténtica y viva.
