El 21 de agosto de 1907, hace ahora 110 años, Venancio Serrano Clavero embarcaba para la república Argentina en el vapor Pampa, con salida desde el puerto de Barcelona. Aquel emigrante requenense permanecería dieciséis años en tierras del Plata, como un bonaerense más, cosechando las glorias artísticas que España, Valencia y Requena, de mayor a menor, le habían negado.
Algunos pormenores del viaje de vuelta, a finales de 1923 y en compañía de grandes artistas como Gardel, ya lo conté en otra crónica. Ahora quiero daros algunos datos sobre el viaje de ida.
Mejor que nos cuente los motivos su biógrafo, Rafael Bernabeu López, quien en su libro sobre el poeta, de 1986, escribía:
“Pero al ruiseñor requenense, el ambiente que le subyugó y al que consagró sus mejores años, se le iba haciendo poco menos que irrespirable.
El poeta sentíase profundamente deprimido, desengañado. Y decidió marchar a Madrid con la esperanza de abrirse camino con la pluma. Las cosas no debieron irle bien, ya que poco después recalaba en Barcelona, donde se le unieron los suyos.
Frustrados una vez más sus sueños de gloria, harto de estrecheces y borrascas, tomó la heroica resolución de «cruzar el charco», como hicieran otros calificados arquetipos de la bohemia andariega.
Pero antes, sabemos que estuvo por el Midí francés (Port Vendres, Cerbére, Cette…) donde residían algunos de sus amigos requenenses dedicados al negocio de la exportación de vinos, sustituyendo a los «franchutes» de la tacita. Sin duda este viaje debió facilitar los planes del poeta.
Data de entonces su poema La Frontera (abril 1907).
De nuevo, en Barcelona y, previas las gestiones para dar cima a sus planes, con el pensamiento puesto en los suyos y en su ciudad amada, escribió estos conmovedores versos:
¡ADIÓS A LA TORRE DEL SALVADOR!
¡Torre esbelta que altiva desafías
del tiempo insano los rigores crueles!
¡Mudo índice de piedra que señalas
donde la mayor paz hallarse debe!
¡Faro querido de aspereza y dicha
que con gozo saluda al requenense
cuando a través de brumas azuladas
vislumbra tu silueta informe y leve!
…/…
Fue en la mañana del 21 de agosto de 1907 cuando Serrano Clavero embarcó en el puerto de Barcelona, rumbo a la República Argentina, a bordo del vapor «Pampa». Tres meses después se le unían su esposa e hijos”.
Bernabeu incluye en estas páginas un dibujo realizado por su hijo mayor, José Víctor, del que dice que sería destacado pintor y literato. Es la imagen que reproducimos al principio.
En efecto, en el diario La Vanguardia, del 22 de agosto de 1907, podemos leer:
“Movimiento del Puerto de Barcelona
Despachados, 21: … Para Buenos Aires, vapor francés Pampa, capitán Ravel, con efectos…”.
La curiosidad, a la que tanto debemos los historiadores, me ha llevado por las sendas inacabables de Internet, en busca de algo más sobre aquel barco en el que nuestro poeta se lanzó a la aventura americana.
(https://front.losandes.com.ar/article/los-barcos-de-la-esperanza)
No es cuestión de enredarnos aquí con las causas por las que los españoles emigraron por miles en la primera década del siglo XX, hay muy buenos estudios sobre el tema, tanto editados como en la web. Nos limitaremos a indicar que a partir de 1906, tras unos años de reticencia, llegaron muchísimos españoles a Argentina, un país que en aquel momento lucía una política poblacionista, hasta el punto de que el gobierno argentino instaló oficinas de información para captar emigrantes, primero en Madrid y acto seguido en Barcelona[1]. Estas “facilidades” debieron convencer a Venancio, algunos de cuyos amigos, entre ellos varios requenenses, ya habían dado el paso.
Dado que la emigración de aquella década no fue un fenómeno español, sino que afectó a países como Francia, Inglaterra y, muy en especial, a Italia, las compañías navieras vieron en este movimiento migratorio una fuente importante de negocio y se lanzaron de lleno a invertir en él.
Los principales astilleros navales en los que se construyeron estos barcos fueron los alemanes e ingleses.
El Pampa, junto a su gemelo, el vapor Formosa, fueron construidos por encargo de la Societé Generale de Transports Maritimes a Vapeur, empresa francesa con sede en Marsella y con líneas regulares de pasaje y carga a destinos en los mares del Norte y del Sur. El montaje estuvo a cargo de la London & Glasgow Engineering and Iron Shipbuilding Company de Glasgow. Desplazaba 4.471 toneladas y acogía pasajeros de primera a tercera clase. El viaje duraba, de media, quince días entre Barcelona y Buenos Aires.
Es curioso resaltar que en la publicidad de prensa a la que hemos tenido acceso, se hacía constar que para los pasajeros de tercera clase había “comida a la española”, siendo el menú internacional para las primeras clases.
La vida del vapor Pampa fue breve, doce años. A finales de la Primera Guerra Mundial, el 27 de agosto de 1918, fue torpedeado por el submarino alemán UC-22 en aguas del Mediterráneo, cerca de La Valeta (Malta), hundiéndose a 84 millas de la costa maltesa. Por entonces cubría la ruta entre Marsella y Salónica (Sicilia).
Aquel dibujo infantil, evocador de un viaje que cambio la vida del más insigne poeta requenense, ha despertado nuestra curiosidad y profundizar unos pocos metros en los mares de la historia, para contaros algo que tal vez, sin los trazos del lápiz de aquel niño, habríamos olvidado. No son representativos de la vida del periodista requenense, pero son ilustrativos.
BIBLIOGRAFÍA
BERNABEU LÓPEZ, Rafael, Serrano Clavero, cantor de la raza, Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1986, pp. 45-47.
[1] “El gobierno estableció agencias de publicidad en Europa y un Hotel de inmigrantes en Buenos Aires donde el recién llegado tenía derecho a manutención y alojamiento por unos días, además de facilitar el trasporte y la colocación de aquellos emigrantes que lo necesitasen». Las causas de la emigración española 1880-1930, B. Sánchez Alonso (1995).