
Venancio Serrano Clavero en Río de Janeiro (23-XI-1923)
(Fondo Serrano Clavero en Archivo Municipal de Requena).
Si observamos el recorrido teatral de Serrano Clavero por Buenos Aires, veremos que sus estrenos se repartieron entre muy diversos teatros de una capital que presumía de gran vida artística a todos los niveles.

(Archivo Municipal de Requena).
El 14 de septiembre de 1917 se estrenaba, en el Teatro Majestic, la revista hispano-argentina en un acto y seis cuadros, La Hija de España, con música del director zarzuelístico Luis Metón[1], otro de los músicos españoles que probaron suerte en Argentina, aunque no se quedó, ya que le veremos en España, poco más tarde, colaborando con Jacinto Guerrero y otros autores.
En La Hija de España, Serrano Clavero volvió a utilizar la fórmula de Requena por dentro, que tan buen resultado le había dado pocos años antes en Gloria a España. Los personajes, más de treinta, eran calles, avenidas, nombres históricos como Colón, lugares como el Congreso argentino, el cine, etc., siendo asignados, como en la revista requenense, varios de ellos a un mismo actor o actriz, lo que suponía un continuo cambio de vestuario y decorados, que ilustraban un largo paseo por la capital bonaerense. La revista, de fuerte contenido nostálgico hacia la madre patria, fue estrenada en España algunos años más tarde, tras el regreso del poeta.

en una escala en Río de Janeiro (noviembre 1923)
(Foto: Archivo Municipal de Requena).
Cambiemos de tonalidad durante unos instantes y vayamos hacia la canción y a un género que comenzó a destacar precisamente en 1917 en Buenos Aires: el tango-canción, en las voces del dúo argentino-uruguayo formado por Carlos Gardel y José Razzano. Ya dediqué un artículo específico a Serrano Clavero como cineasta, del que recordaremos que fue el primer director cinematográfico requenense, a cargo de la película argentina El Conde Orsini, que tuvo la peculiaridad de ser la primera película muda en que se cantaba en directo.
Aunque Serrano Clavero sólo dirigió la película, todo lleva a afirmar que la letra de uno de los tangos, con música del chileno Oscar Pérez Freire, Probá que te va a gustar, sería del poeta requenense. Por otro lado, la falta de documentación acerca de esta película, en los libros consultados sobre historia del cine argentino, no permite afirmar quien o quienes fueron los cantantes en vivo, en las proyecciones del cine Select bonaerense. Sin embargo, todo apunta hacia Gardel y Razzano por otro tango de Pérez Freire que mantuvieron en repertorio e hicieron famoso, titulado precisamente Conde Orsini. Una tercera prueba llevaría al convencimiento de que fueron ellos los cantantes de esta cinta cinematográfica: la gran amistad existente, por aquella época, entre ambos tanguistas y la protagonista de El Conde Orsini, Inés Berutti, cantante de ópera que actuó a menudo junto al dúo Gardel-Razzano por aquellos años.
De la amistad entre Carlos Gardel, José Razzano y Venancio Serrano Clavero, ya dejé constancia en el citado artículo, a propósito del viaje que realizaron juntos, entre noviembre y diciembre de 1923, cuando el poeta requenense regresaba a España y los cantantes se dirigían a su primera gira de éxito por nuestro país y Francia. En el Fondo Serrano Clavero, del Archivo Municipal de Requena, se conservan diversas fotografías de la travesía, en la que aparecen juntos los tres amigos, acompañados de otros viajeros hacia la península.
Es preciso ahora volver a Requena, todavía en ausencia de Serrano Clavero, para ver estrenada la nueva versión de Cañas y Barro con idéntico libreto y nueva música, a cargo del requenense Mariano Pérez Sánchez. El compositor no había perdido tiempo. Desde que recibió el libreto enviado por su amigo desde Buenos Aires, en 1916, había trabajado en la música y ahora estaba lista. Hoy llamaríamos a este tipo de evento “preestreno”, puesto que el oficial tendría que esperar unos años, pero el verdadero estreno fue en Requena, en el Teatro Circo, la noche del 14 de julio de 1918, por la compañía de aficionados local, capitaneada por el eterno Pedro Claramunt y con la participación de tiples de la capital, como las señoritas Huerta y Michó, del elenco del Teatro Ruzafa. El estreno, según relataba el diario El Pueblo, fue un gran éxito para el compositor y para el ausente autor del libreto, cuyo recuerdo permanecía fuerte en su ciudad natal.
Por su parte, José Padilla volvió a Buenos Aires en 1916, aunque esta vez para trabajar como compositor en una película sobre Cristóbal Colón y trabajar de nuevo en otra zarzuela con Lola Membrives. De nuevo se quedó una larga temporada, realizando la música para otros espectáculos revisteriles y zarzuelísticos, para volver de nuevo a Barcelona. Sería en su tercer viaje, 1918-1920, cuando el autor de Valencia volviera a coincidir con Serrano Clavero, esta vez con un tercer invitado: Narciso Ibáñez Menta.
A mediados de 1919 llegó a Buenos Aires la compañía lírica familiar formada por el matrimonio Ibáñez-Menta. En ella destacó, de inmediato, el pequeño Narcisín, un crío de siete años con el desparpajo y la inteligencia necesarios para triunfar a tan corta edad. No es esta su historia, pero hay que decir que en muy poco tiempo era ya el alma de la compañía y toda ella se centró en él. Diversos libretistas y compositores trabajaron a destajo para proporcionarles espectáculos y uno de ellos destacó sobremanera a finales de aquel año: El Príncipe Cañamón. Revista en un acto y cinco cuadros, subtitulada “Viaje pintoresco a España”, llevaba música de José Padilla para un libreto graciosísimo de Venancio Serrano Clavero. El grandioso éxito de este espectáculo, estrenado el 16 de diciembre de 1919, de nuevo en el Teatro de la Comedia, obligó a Padilla a componer varias revistas más para Narcisín, aunque con otros letristas. Por entonces nuestro periodista había asumido más obligaciones en El Diario Español, como la dirección de la revista El Correo de España. Estaba próximo su regreso a casa. Cuando la compañía de Narcisín realizara una larga gira por España, en 1925, El Príncipe Cañamón sería uno de los pilares de su éxito, tanto en Madrid como en provincias, llegando también a Valencia.

(Archivo Municipal de Requena).
No sabemos si hubo más colaboraciones entre ambos artistas, pero su nieta y biógrafa, Eugenia Montero, afirma que su amistad fue inquebrantable.
Otra amistad de toda la vida reverdecería tras el regreso de Serrano Clavero a su patria chica. Una de las primeras gestiones del poeta en tierras valencianas fue organizar el estreno de Cañas y Barro, pero antes, los dos amigos volverían a recordar los viejos tiempos en aquel primer mes de abril. Primero, el viejo anticlerical dejaba de lado las viejas ideas y en su Requena natal volvía a escribir sus mejores versos para la Virgen de los Dolores, con la música de Mariano Pérez Sánchez:
La Voz de Requena (13-IV-1924)
CRÓNICA SEMANAL
LA NOVENA DE LA PATRONA DE REQUENA
Se ha visto artísticamente adornada la iglesia del Carmen, donde lucía espléndida iluminación y se han cantado los inspirados y tradicionales Gozos del maestro Pérez Sánchez y Serrano Clavero, y los de Sosa y Cervera con letra de C. López, estando la parte cantante a cargo de la Capilla de música y otros aficionados entre los que se distinguió la Srta. Petra Lavara al cantar una nueva Plegaria escrita por dichos Pérez Sánchez y Serrano Clavero.
Era la Plegaria a la Santísima Virgen de los Dolores, que comienza así:
Escucha, Madre doliente,
la plegaria de mi amor
que sube a besar tu frente,
cumbre pura del dolor.
Y en el último día de abril, como era tradicional, se cantaban los tradicionales mayos, de nuevo con letra de Serrano Clavero y música de Pérez Sánchez:
Ya ha venido el mes de Mayo,
el mes del sol y las flores,
el mes de los nidos nuevos,
el mes de los ruiseñores.
Despierta, niña inocente,
que el mes de Mayo te llama,
y ante tu puerta cantando,
está el mozo que te ama.

(Archivo Municipal de Requena).
Para Serrano Clavero era como volver a aquellos felices días de finales del siglo XIX, cuando todo su ser se centraba en Requena, en sus tradiciones y en sus ideales reformistas expresados en la prensa local. Días y ocasiones que conseguirían alargar un poco, volviendo a las rondallas que, en Requena, se volvían a cantar en junio, esta vez de forma más desenfadada:
Junios 1924
CORO
Ya ha venido el mes de Junio
y hay que quitarnos el sayo,
pues viene haciendo calor
y viene después de Mayo.
Hay flores en los rosales,
hay habas ricas y tiernas
y se ceban los mosquitos
en las manos y en las piernas.
SOLO
Bienvenido Junio,
bienvenido sea,
segando alfalfares
y adornando cepas.
Sal a la ventana
niña de mi amor,
que pican las chinches
de tanto calor.

(Las Provincias, 31-X-1924).
Por fin, tras largos años de espera y largos días de ensayo, en el Teatro Ruzafa de Valencia se levantaba el telón para la zarzuela Cañas y Barro, con letras de Venancio Serrano Clavero y música de Mariano Pérez Sánchez. Era el 31 de octubre de 1924 y tanto la platea como la general del coliseo valenciano estaban plagadas de requenenses. Así lo expresaba el cronista local tras asistir al estreno. No lleva firma, pero se nota el cariño de Nicolás Agut hacia sus admirados músico y poeta:
La Voz de Requena (Requena. 2-XI-1924)
EL ESTRENO DE «CAÑAS Y BARRO»
UN GRAN ÉXITO DE SERRANO CLAVERO Y DE PÉREZ SÁNCHEZ
Llegamos de Valencia, donde fuimos exprofesamente para asistir al estreno de «Cañas y Barro», y cogemos la pluma precipitadamente con el exclusivo fin de informar a los requenenses, en el sitio más distinguido de LA VOZ DE REQUENA, del acontecimiento artístico que tuvo lugar el viernes en Valencia y que honra a nuestra Ciudad y enaltece a dos de sus hijos una vez más.
Antes de la hora anunciada para la función, el teatro Ruzafa de la capital, en que iba a representarse por vez primera la adaptación hecha por Serrano Clavero de la popular novela de costumbres valencianas «Cañas y Barro» que trazó la pluma vigorosa y luchadora del genial Blasco Ibáñez, musicada por el infatigable y laureado compositor Mariano Pérez Sánchez, estaba ya lleno, y todavía formaba cola en las taquillas el numeroso público deseoso de asistir al estreno de la obra que ha constituido el mayor y más legítimo éxito de la temporada teatral en Valencia, y una fuente inagotable de ingresos para la afortunada empresa de Ruzafa.
El democrático coliseo de la calle de Pí y Margall, ofrecía el aspecto de las grandes solemnidades, resplandeciente de luz y con las localidades de preferencia ocupadas en gran parte por las distinguidas familias requenenses que residen en Valencia largas temporadas, y por numerosos paisanos de los autores que se habían trasladado a la capital para saborear las primicias del arte triunfador de Pérez Sánchez, el inspirado autor de «Cansons de l’Horta», la marcha popular premiada en un concurso regional, y de Venancio Serrano, el poeta andariego y fecundo cuyo numen está siempre en flor como los rosales que adornan los climas privilegiados donde palpita eternamente el insuperable arte del Creador.
Apenas atacó la notable orquesta de Ruzafa las primeras notas de la partitura de «Cañas y Barro», se hizo el silencio en el auditorio, que siguió con manifiesto interés y emoción el transcurso de toda la obra y aplaudió calurosamente las escenas y números de música más culminantes, escuchando el compositor requenense una estruendosa ovación al terminar la marcha-intermedio de un entrecuadro, que tuvieron que repetir los profesores entre grandes aclamaciones y vivas a Requena.
Después de la reseña que ayer hacía la Prensa en general, tan encomiástica como justiciera para nuestros entrañables paisanos, y dado el poco tiempo que ahora disponemos, sólo podemos añadir que el éxito de Serrano Clavero, el vate pastoril y fluido cual fuente pura y cristalina de la tierra que le vio nacer y se enorgullece legítimamente al tenerle por hijo predilecto, como el de Pérez Sánchez, el técnico capacitado y cultivado, consagrado de la música regional, a quien esperan otros grandes triunfos que su talento y laboriosidad merecen, nos complace como cosa propia, y hace vibrar las fibras más delicadas y sentimentales de nuestro corazón de requenenses y amigos leales y admiradores de los paisanos de valer.
Serrano Clavero no había llegado vacío desde Argentina. Con él venían dos libretos que, al igual que con Cañas y Barro, pretendía estrenar en Valencia a toda costa. El primero, enviado también a Pérez Sánchez desde Buenos Aires, era El arte de cazar hembras. Trabajador como siempre, el compositor requenense le había puesto música en cuanto lo recibió, allá por 1920. El estreno se programó en la temporada teatral de 1925, en el Teatro de la Princesa, pero por algún motivo que no conocemos, el día no llegó y la zarzuela, cuyo material se conserva completo, no fue estrenada:
El Mercantil Valenciano (Valencia, 31-XII-1925)
Teniendo en cuenta que la temporada actual terminará el día 10 de enero próximo, queda diferido para inauguración de la temporada de febrero, y por común acuerdo entre autores y empresa, el estreno del sainete madrileño “El arte de cazar hembras”, original de Serrano Clavero, con música del maestro don Mariano Pérez.
El estreno no tuvo lugar en febrero y dos meses más tarde, Serrano Clavero fallecía en Valencia, dejando este y otros temas musicales sin resolver. El arte de cazar hembras quedó en el archivo del compositor, sin valedor que le diera el empujón necesario para llevarla al escenario.
Sin embargo, sí hubo un estreno póstumo de Serrano Clavero. De nuevo una obra ya representada en Argentina había vuelto a manos de un compositor valenciano. No tenemos detalles del contacto entre los creadores, pero es muy posible que a través del requenense Pedro Sosa, conociera Venancio Serrano al director y compositor José Manuel Izquierdo Romeu (Catarroja, 7-II-1890 – Valencia, 10-V-1951), amigo íntimo de Sosa y responsable de la Orquesta Sinfónica de Valencia. Izquierdo, uno de los mejores músicos que ha dado Valencia, puso nueva música al libreto de la zarzuela Venganza, actualizando el título como Venganza de amor. La zarzuela, con la garantía del que había sido violín primero en el foso del teatro y director musical del mismo, fue estrenada póstumamente en el Teatro Ruzafa de Valencia, la noche del 19 de noviembre de 1926.

(El Pueblo, 19-XI-1926).
La colaboración se había gestado un año antes, con destino al Teatro Princesa, pero en aquel momento la música no estaba avanzada y quedó pendiente para otra temporada:
Las Provincias (Valencia), 26-XI-1925
En la Princesa leyó el poeta Serrano Clavero una comedia, titulada Venganza de amor, para la que el maestro José Manuel Izquierdo está haciendo una partitura.
En septiembre de 1926, El Pueblo ofrecía la lista de la compañía que iba a desarrollar la nueva temporada lírica en el Teatro Ruzafa, dirigida por el primer actor Anselmo Fernández, figurando ya Venganza de amor entre los estrenos a celebrar en dicha temporada.
Sobre el estreno de esta zarzuela escribí ya en el segundo artículo dedicado a Serrano Clavero como dramaturgo, por lo que no es necesario volver a transcribir la crítica y tan sólo recordaré que el barítono protagonista fue Blas Lledó, hijo de requenenses y famoso por haber protagonizado el estreno de la ópera El Gato Montés, de Manuel Penella.
Venganza de Amor estuvo en cartel hasta el mes de marzo de 1927 y volvió a representarse durante en junio de dicho año, en el Teatro de Verano de la Plaza de Toros de Valencia. Para un mercado consumista que pedía continuos estrenos y en el que primaba todo aquello que viniera de Madrid, estar cuatro meses seguidos en programación, en un mismo teatro, fue todo un éxito para los autores, que el malogrado Serrano Clavero ya no pudo disfrutar. Leamos, como colofón a una vida tan unida a la música, no siendo músico, la crítica que su viejo amigo, Salvador Ariño, publicó en su querido diario, El Pueblo, al día siguiente del estreno:
El Pueblo (Valencia), 20-XI-1926
Si en la mansión del no ser tuvieran eco los elogios póstumos, ofrendados a quien en vida los recibió fervientes y entusiastas del público y la crítica, animaríase el cuerpo de Serrano Clavero ante el homenaje de admiración que anoche se tributó a su obra “Venganza de amor”. No hubo disparidad de criterios al apreciar el mérito literario y la teatralidad de la nueva zarzuela, henchida de poesía, fiel trasunto de aquel bello poema “Venganza”, que hace veinte años dio Venancio Serrano a conocer en el Ateneo Científico y al que infundió vida y emoción el verbo caudaloso de un gran recitador: Buenaventura Guillén Engo, nuestro estimado compañero en la Prensa. La obra de un vate-periodista que el infortunado Serrano Clavero no alcanzó la fortuna de ver interpretada plásticamente, fue acogida con amoroso empeño por un músico joven e inspirado, el maestro director de la Sinfónica Valenciana J. Manuel Izquierdo, y con decir que la partitura es digna del poema, creemos expresar cumplidamente que el éxito sonrió al compositor a la vez que añadía nuevos laureles a la corona del muerto.
…/…
Los aplausos y aclamaciones sucediéronse en el curso de los cuatro cuadros; el éxito fue tan franco como merecido; la nueva zarzuela gustará más cada noche, merced al delicado libreto y a la hermosa música que ha compuesto Manuel Izquierdo; dirigió éste el estreno, con lo que dicho se está que recibió las ovaciones en pleno rostro. Hay verdaderos aciertos de técnica y de melodía en la partitura, noblemente concebida, sin apelar a habilidades para ganarse el aplauso de la galería…
…/…
“Venganza de amor” merece verse porque la representan a la perfección y porque está informada en un concepto del arte noble y elevado.
El reparto del estreno no pudo ser de más calidad. Junto al ya citado Blas Lledó, la soprano natural de Jarafuel, Sélica Pérez Carpio, una de las mejores cantantes de zarzuela del siglo XX. Con ellos, el dúo cómico formado por Anita Hernández y Rafael Díaz, además del director de la compañía y primer actor, Anselmo Fernández, en el papel del padre de la protagonista.
En resumen, Venancio Serrano Clavero estuvo en contacto, durante toda su vida, con el mundo de la música, casi en exclusiva dentro del ambiente del teatro musical representado por los géneros de la zarzuela y la revista. Formado para ello en el activo movimiento teatral requenense, supo desenvolverse entre bambalinas en todas las situaciones y lugares por los que pasó. Trabajó con grandes músicos y con otros hoy desconocidos y escribió sus versos para que fueran cantados por algunas de las más famosas voces de su momento. Una razón de peso más para considerar a Serrano Clavero un poeta de merecida inclusión en los libros y diccionarios relacionados con la música. Sobre esa relación con grandes intérpretes versará mi última aproximación de este año, 150 aniversario de su nacimiento, a la figura del poeta de Requena.

(revista Blanco y Negro, 1-XI-1920)
(Archivo Municipal de Requena).
BIBLIOGRAFÍA
BERNABEU LÓPEZ, Rafael. Serrano Clavero, cantor de la raza. Rosal de España. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1986.
CASARES RODICIO, Emilio (dir.). Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Madrid, Sociedad General de Autores e Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 1999.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial. Mariano Pérez Sánchez, 80 años de música requenense, Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1996.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial. Zarzuela en Requena, historia de una pasión. Requena, Asociación Requenense de Musicología, 2018.
MARTÍNEZ DE SÁNCHEZ, Ana María. Blasco Ibáñez y la Argentina. Valencia, Ajuntament de Valencia, 1994.
MONTERO PADILLA, Eugenia. José Padilla, la pasión de la música. Madrid, Ediciones La Librería, 2015.
HEMEROGRAFÍA
Prensa digitalizada en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura y Deporte.
Prensa Histórica requenense en el Archivo Municipal de Requena.
Nada he podido conseguir, por el momento, acerca de Luis Metón, a quien se cita como compositor de algunas zarzuelas hoy desconocidas y director de algunas compañías, tanto en Argentina como en España. Hay citas a un Luis Metón, maestro de capilla y compositor, nacido hacia 1858, que podría ser padre o familiar, pero que por época no considero que sea el compositor que colaboró con Serrano Clavero. ↑