
(Hemeroteca Digital de la B.N.E.).
Aunque no he hallado constancia documental del hecho, Bernabeu, en su biografía de Serrano Clavero, cita el monólogo Isabel la Católica, como estrenado en Buenos Aires, en 1916, por la gran actriz Ana Adamuz. Es lógico pensar que este monólogo sea el mismo que se reproduce como poema final del libro Rosal de España, bajo el título de Isabel de Castilla. La afirmación de Bernabeu es plausible, aunque tal vez no el año indicado, toda vez que la actriz visitó Argentina en más de una ocasión.
Ana Adamuz Vivas (Escañuela, Jaén, 1886 – Madrid, 1971)[1]. “Pasó su juventud en Málaga, iniciándose muy joven en el mundo de la interpretación. Instalada en Madrid, se dedicó plenamente a la escena, interpretando fundamentalmente papeles dramáticos, aunque actuó también en el género cómico. En sus inicios trabajó en la compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, con los que estrenó El alcázar de las perlas (1911), de Francisco Villaespesa. Su plenitud artística se extendió durante el primer tercio del siglo XX e interpretó, entre otras, obras de Jacinto Benavente. Estrenó en España las obras de Oscar Wilde Un marido ideal y Una mujer sin importancia, ambas en 1917. Su paso por el cine fue muy reducido, interviniendo en títulos como: Currito de la Cruz (1926), La hermana San Sulpicio (1934), de Florián Rey, con Imperio Argentina, o La Dolores (1940), con Concha Piquer”.
El Diccionario Akal de Teatro dice de ella: “De gran temperamento, pero de rígidas normas profesionales que regularizan la labor interpretativa sujetándola a pautas inflexibles, de figura esbelta y hermoso rostro, voz bien timbrada y magnífica en la ficción del llanto… Destacó en la interpretación del teatro de Jacinto Benavente”.
La segunda colaboración entre José Padilla y Serrano Clavero fue la revista El Príncipe Cañamón, escrita en exclusiva para el niño prodigio Narcisín, que no era otro que el famosísimo actor Narciso Ibáñez Menta. El estreno tuvo lugar el 16 de diciembre de 1919 en el Teatro de la Comedia bonaerense. Se trataba de un “viaje pintoresco por España”, que el pequeño pero magnífico actor llevaría de gira por la península pocos años después.

(Revista Biliken, Buenos Aires, XI-1919).
Narciso Ibáñez Menta (Sama de Langreo, 25-VIII-1912 – Madrid, 15-V-2004)[2] “fue un actor y director teatral español nacionalizado argentino. Sus padres fueron artistas líricos. Con tan solo ocho días, hizo su aparición en escena en brazos de la actriz Carola Ferrando. Durante su infancia viajó junto a sus padres por España e Hispanoamérica para asentarse en Buenos Aires, donde se hizo famoso con el nombre de «Narcisín» y gozó de gran aprecio del público argentino entre 1919 y 1923 con obras como El pibe del corralón, El príncipe Cañamón, Meu Fillo!! y El niño de Río Tinto, entre otras”.
La carrera de Narciso Ibáñez Menta de adulto, como actor cinematográfico y televisivo, especializado en papeles de terror, es harto conocida. Su biografía, escrita por la literata argentina Beatriz Restelli, Narciso Ibáñez Menta: esencialmente, un hombre de teatro Vol. 1 De «niño Ibáñez» a «pibe Narcisín» (Buenos Aires, 2011), trata en su volumen primero de la infancia y juventud del actor. Graciela Beatriz Restelli, que visitó Requena y nuestro Archivo Municipal durante sus investigaciones, prepara ahora el segundo tomo de esta biografía.

Imagen en la web Biografías y Vidas).
Durante las representaciones de El Príncipe Cañamón, en diciembre de 1919, Serrano Clavero trató estrechamente con los actores de la compañía Ligero-León. Uno de los directores era el primer actor cómico Miguel Ligero, joven de veintinueve años que había llegado a Sudamérica pocos años antes, ya con su propia compañía de zarzuela. El matrimonio Ibáñez-Menta se había incorporado poco antes de estos hechos a dicha compañía, ya que los padres de Narcisín eran, ambos, cantantes líricos. Para Miguel Ligero escribió Serrano Clavero otro de sus monólogos, que el actor estrenó el 2 de enero de 1920, en el Teatro de la Comedia, durante su función de beneficio. El título: Despedida de soltero (Restelli, 2011, p. 169):
La Argentina (Buenos Aires), 2-I-1920
Comedia
Uno de los directores de esta compañía, don Miguel Ligero, celebra hoy su función de honor y beneficio. Si a las simpatías con que cuenta se unen los prestigios que ha conquistado como actor, bien se puede imaginar el éxito que habrá de obtener su “serata d’onore”. Se ha preparado el siguiente programa:
Sección vermouth: “El día de Reyes” y estreno del monólogo escrito expresamente para el beneficiado por V. Serrano Clavero: “Despedida de soltero”. Segunda sección “El príncipe Cañamón”, tercera, reprise de la zarzuela de Arniches y Serrano “La noche de Reyes” y cuarta, estreno del sainete “Concha la Lamparillera” o “¿Felipe, que las das?”, original de Torres de Álamo y de Asenjo, estrenado recientemente en Madrid con gran éxito.
Miguel Ligero Rodríguez (Madrid, 1890 – 1968)[3]. “Actor de cine y teatro español. Formando pareja con la artista Imperio Argentina, fue uno de los intérpretes más populares del cine anterior a la Guerra Civil. Miembro de una compañía teatral infantil, su debut tuvo lugar en el Teatro El Dorado de Madrid. En 1917 figuraba como primer actor cómico en la compañía de Enrique Lacasa, en la que interpretaba papeles de galán dentro del género chico y la revista. Durante los años veinte realizó giras por tierras sudamericanas que le dieron fama el otro lado del Atlántico. En 1931 se trasladó a Hollywood contratado por la Fox, donde intervino en cuatro películas, y dos años después regresó a España para protagonizar una serie de largometrajes de gran éxito. En esta época encarnó personajes llanos y castizos, caracterizados con una imagen contrapuesta a la del clásico galán, además de un inolvidable Don Hilarión (papel que interpretó en numerosas ocasiones) en la versión cinematográfica de La verbena de la Paloma (1935), el popular sainete lírico de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón. Su carrera fue declinando a medida que pasaban los años; sin embargo, todavía participó en sendos remakes de sus dos mayores éxitos, La verbena de la Paloma (1963), dirigida por José Luis Sáenz de Heredia, y Nobleza baturra (1965), de Juan de Orduña. Se retiró poco antes de su muerte”.
Tras su regreso a España, dos serían las zarzuelas que Serrano Clavero estrenaría. Una en vida y otra a título póstumo.
El 31 de octubre de 1924 se estrenaba, en el Teatro Ruzafa de Valencia, la zarzuela Cañas y Barro, con música de su gran amigo Mariano Pérez Sánchez. La compañía dirigida por el primer actor valenciano Luis Bori presentó como protagonistas del evento a algunos de sus mejores cantantes: Sara Fenor (Neleta), Lolita Bañuls (la Borda), Pepita Alcácer (Samaruca), Leopoldo Pitarch (Tonet), Lorenzo Sola (Tío Paloma)… Nombres, varios de ellos, que ya destacaban o lo harían pronto en la escena musical española.
El Diccionario de la Música Valenciana (2006), nos ofrece datos sobre algunos de estos artistas:

(DMV, Archivo SGAE).
“Sara Fenor (Valencia, ¿? – Valencia, 11-1962. Tiple cómica. Sus cualidades artísticas unidas a su belleza y buena figura la hicieron triunfar en el mundo de la zarzuela y la opereta, realizando largas giras por Madrid, Barcelona y otras provincias españolas. Posteriormente se decantó por la revista. Participó en diversos estrenos en el Teatro Martín [de Madrid], como Las mujeres de Lacuesta en 1926”.

(revista La Reclam, Valencia, 16-X-1924, BNE).
De Lolita Bañuls (la Borda en la zarzuela), no he encontrado ninguna reseña biográfica, seguramente por haber quedado eclipsada su figura por el éxito de su hermana, la también soprano Conchita Bañuls.

(Archivo del autor).
Pepita Alcácer era, de las tres protagonistas de Cañas y Barro, la mayor y la que más fama alcanzó. A sus cuarenta y siete años, su profesionalidad y veteranía le daban una enorme seguridad ante cualquier papel. Josefa Alcácer Soler[4] (Valencia, 19-III-1877 – 5-XII-1973) es recordada por la película Las Barracas (1925), sobre la famosa zarzuela de Vicente Peydró. “En 1899 obtuvo un gran éxito en Reus con Gigantes y Cabezudos. Un año después formaba parte de la compañía de zarzuela de Bonifacio Pinedo que recorría Aragón. El Heraldo de Aragón, con motivo del estreno en 1900 en Zaragoza de La nieta de su abuelo de Ángel Rubio, decía: «La Alcácer repitió cuatro veces el tango y fue aplaudidísima”. En 1910 formaba parte de la compañía del Gran Teatro [de Madrid]. Fue cabecera de la compañía Cabas-Alcácer y tuvo una gran actividad en la década de 1890. En 1911 estrenó El roder de Salvador Giner. Formó parte de la compañía de José Serrano en el teatro de la Zarzuela en 1918. En 1923 actuó en Barcelona con La cruz de mayo de Monterde. Sus mayores triunfos se deben a su interpretación en El conde de Luxemburgo y varias zarzuelas del valenciano Vicente Peydró”.
La segunda zarzuela que Serrano Clavero se trajo de vuelta a España fue su querida Venganza. Como Cañas y Barro, había sido estrenada en Argentina, allá por 1908, con música de otro compositor. Ahora, ya en su tierra, recurría a los músicos valencianos que mejor entendían su carácter. Tras Pérez Sánchez le tocó el turno al director de la Orquesta Sinfónica de Valencia, José Manuel Izquierdo Romeu. No pudo ver estrenada esta versión, la muerte le sorprendió en abril de 1926 y la zarzuela se estrenó en noviembre, pero dado que la obra ya estaba acabada a finales de 1925, si pudo escuchar la música con el compositor al piano.
El estreno, con el nuevo título de Venganza de amor, tuvo lugar en el Teatro Ruzafa, de Valencia, el 19 de noviembre de 1926, con dirección musical del propio compositor y un reparto de lujo encabezado por la soprano natural de Jarafuel, Sélica Pérez Carpio, y el valenciano de origen requenense Blas Lledó. Junto a ellos, de nuevo, Pepita Alcácer, acompañada de buenos profesionales como Rafael Díaz, tenor cómico, y Anita Hernández, entre otros.

(Archivo Fundación Juan March)
Sélica Pérez Carpio está considerada como una de las últimas grandes sopranos de la zarzuela española, con una vida activa muy dilatada. (Jarafuel, 12-IX-1900 – Madrid, 23-V-1984)[5]. “Miembro de una familia dedicada a la música y educada en este arte en el entorno familiar, se inició en el canto en Elda en 1914 con Maruxa. En torno a 1917 fue contratada por Lleó para el teatro Ruzafa donde conoció el amplio repertorio del teatro lírico español. Su presentación en Madrid se produjo en el teatro de la Zarzuela, en 1924, con la obra de Padilla, Sol de Sevilla. En este teatro estrenó en 1924 Danza de apaches y La maga de Oriente de Serrano, ambas con enorme éxito. Tras largos éxitos en teatros como el Apolo, de Madrid, en 1935 reapareció en el teatro de la Zarzuela con Los claveles de Serrano y La revoltosa de Chapí. Terminada la Guerra Civil reinició su actividad estrenando en 1941 en el teatro Montalva, Maravilla de Moreno Torroba. En 1942 formó una compañía de comedias con la que recorrió España. Todavía en 1956 estrenó en la Zarzuela la obra de Moreno Torroba María Manuela y acompañó a Alfredo Kraus en su presentación en Doña Francisquita. Conocedora de un amplio repertorio, tenía una voz potente y extensa. Dotada de magníficas cualidades de actriz, fue una de las grandes tiples de los años treinta y siempre estrenó los principales personajes. Para su voz concibieron varios de los mejores músicos de la etapa final de la zarzuela algunas de sus obras, especialmente Moreno Torroba”.

(revista Nuevo Mundo, II-1926, BNE).
Blas Lledó Masiá (Valencia, 28-II-1894 – 28-II-1968). Hijo de padres requenenses, fue el menor de varios hermanos, todos los cuales habían nacido en Requena. La familia emigró a la capital pocos años antes, en busca de mejor trabajo. Su padre, Blas Lledó Atienza, destacó en los grupos locales de zarzuela por su excelente voz y en la familia había gran afición a la música en general y al canto en particular. Blas Lledó estudió canto en el Conservatorio de Valencia, ayudado por los dueños de la serrería en que trabajaba como operario. Tuvo magníficos profesores, como Lamberto Alonso y Francisco Andrés. En su último año de estudios, 1916, entró a formar parte de la compañía del compositor Manuel Penella, como segundo barítono. La gran oportunidad le llegó a principios de 1917, cuando tuvo que sustituir al cantante titular en el estreno mundial de la famosa ópera El Gato Montés. El éxito y la calidad demostrada fueron tales que el maestro Penella le contrató como primer barítono y se lo llevó de gira por la América latina, siendo el comienzo de una larga y fructífera carrera, llena de estrenos para los mejores compositores del momento. Entre sus méritos figura su participación en el estreno de El retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla, en Sevilla, en 1923; también los de La Granjera de Arlés, de Rosillo (1924) y El Huésped del Sevillano, de Jacinto Guerrero (1926), pocas semanas después de estrenar en Valencia Venganza de amor. Formó pareja musical con Sélica Pérez Carpio en muchas ocasiones, destacando su compenetración en escena. Poco después de concluida la guerra civil dejó de cantar profesionalmente y se retiró de forma definitiva.
Así pues, fueron un barítono de sangre requenense y una soprano de la tierra (Jarafuel), los últimos que cantaron las letras de Serrano Clavero, como requenenses habían sido los primeros en hacerlo. Se cerraba el círculo, de forma póstuma, de una vida dedicada al arte de versificar, ya fuera en poemas, en dramas y comedias o en revistas y zarzuelas.
La vida de Venancio Serrano Clavero, el hijo de un humilde zapatero requenense, fue una vida en verso, pues aparte el trabajo como periodista, su facilidad de improvisación en cualquier estilo de rima fue tal que podría haber hablado en verso con sus paisanos sin ninguna dificultad y con toda naturalidad.
A lo largo de estos doce meses de 2020 he intentado que los lectores tuvierais una visión concreta de diversas facetas del vate requenense, como celebración del 150 aniversario de su nacimiento, de forma confinada por las circunstancias excepcionales que nos ha tocado vivir. Espero que para vosotros hayan sido unos artículos amenos, así he intentado que fueran, y que hayáis podido descubrir aspectos nuevos del más completo de los literatos que ha dado Requena hasta el momento. Si así ha sido, me doy por satisfecho y os agradezco la fidelidad a estas páginas, como agradezco a los responsables de Crónicas Históricas de Requena que me hayan permitido publicar todos estos extensos textos que ahora recopilaremos en una de las revistas de Crónicas.
Para mí, como investigador y admirador a un tiempo de la figura de Venancio Serrano Clavero, ha sido un año de descubrimientos que, de seguro, no terminan aquí. Son datos, imágenes y documentación histórica que deben permitirme publicar una biografía actualizada y una integral de su obra localizada en 2026, cuando se cumplan cien años de su muerte. Así pues, con estos párrafos damos un ¡hasta luego! al poeta, que seguirá presente en nuestro día a día.

“La Caja del Violín” (C.A.T. Arrabal Teatro, 2001).
BIBLIOGRAFÍA
BERNABEU LÓPEZ, Rafael. Serrano Clavero, cantor de la raza. Rosal de España. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1986.
CASARES RODICIO, Emilio (dir.). Diccionario de la Zarzuela Española e Hispanoamericana, vol. II. Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2006.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial. “Guillén Minguet, Amparo (1863-1915), diva del teatro requenense, en Crónicas Históricas de Requena, 2-III-2016.
GÓMEZ GARCÍA, Manuel. Diccionario Akal de Teatro. Madrid, Editorial Akal, 2007.
Datos extraídos de Wikipedia: <https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Adamuz> (Consulta: 19-IX-2020). ↑
Datos extraídos de Wikipedia: <https://es.wikipedia.org/wiki/Narciso_Ib%C3%A1%C3%B1ez_Menta> (Consulta: 20-IX-2020). ↑
Datos extraídos de Biografías y Vidas: <https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/ligero.htm> (Consulta: 20-IX-2020). ↑
Datos extraídos de Find a Grave: <https://es.findagrave.com/memorial/100825765/pepita-alc_cer> (Consulta 20-IX-2020) y del Diccionario de la Música Valenciana, vol. 1, p. 33, entrada a cargo de Emilio Casares Rodicio). ↑
Datos extraídos del Diccionario de la Zarzuela Española e Hispanoamericana. ↑