
(Archivo familia Lorente).
INTRODUCCIÓN
La gran mayoría de los que solemos leer estas páginas de Crónicas Históricas de Requena conocemos el Teatro Principal de nuestra ciudad. No creo que haya ninguna persona en edad estudiantil o adulta que no haya asistido a algún evento en dicho recinto, ya sea teatral, musical, cinematográfico, festivo o, simplemente, como niño asistiendo a la recepción anual de los Reyes Magos. Es el espacio de actividad cultural por antonomasia, donde asociaciones culturales teatrales, bandas y orquestas, Fiesta de la Vendimia y tantos otros grupos, por diferentes motivos, recalan una y otra vez, en busca de un espacio donde presentar sus actividades ante un público que, hoy en día, pocas veces se aproxima a llenar su aforo.
Este espacio de confluencia cultural es, desde finales del siglo pasado, de titularidad pública. La Generalitat Valenciana lo compró en 1992 y cedió su uso al Ayuntamiento de Requena. Es gestionado desde el área de Cultura. Ha sido remozado varias veces y está preparado técnicamente para teatro, música y cine, actividades que no solo programan asociaciones culturales, sino la propia concejalía de Cultura.
Pero el Teatro Principal nació de la iniciativa privada y vivió durante muchos años gracias a esa iniciativa empresarial. Herminia Mateo, hija del propietario del otro teatro local, el Romea, José Mateo, adquirió el viejo Teatro Circo en 1935 y junto a su esposo, Miguel Lorente, se propusieron reformar aquel coliseo, inaugurado en 1901 como teatro de verano, descubierto, y en 1903 como teatro de invierno, cerrado.
El matrimonio Lorente-Mateo tuvo intención, desde un principio, de renovar el teatro y convertirlo en un gran espacio escénico. En 1936, la familia había comprado terrenos circundantes y encargado al arquitecto valenciano Joaquín Rieta, experto en este tipo de trabajos, el proyecto de remodelación. La Guerra Civil, por desgracia, truncó este primer intento, que fue retomado de inmediato tras la contienda. Pasarían varios años hasta la terminación de las obras y el 22 de diciembre de 1946, el reformado Teatro Circo, rebautizado como Teatro Principal, inauguraba su actividad como sala ambivalente, para cine y representaciones escénicas.
Aprovechando esta efeméride, se han publicado dos trabajos de investigación en la revista Oleana, del Centro de Estudios Requenenses, correspondiente a 2021, que se reflejan en la bibliografía y cuya lectura se recomienda para quien tenga interés en profundizar en la historia del Teatro Principal.
En este artículo, y como recuerdo de lo que pudo ser aquella inauguración, ofrecemos una sesión de cine virtual con una crónica de lo que, más o menos, pudo suceder.
INAUGURACIÓN

(Ayuntamiento de Requena, 2017).
Como era habitual en la época, la empresa del Teatro Principal repartió, por toda la población, folletos anunciadores de la sesión inaugural, con la película que se había contratado para dicha función: Las Llaves del Reino.
Estaban previstas dos sesiones, una a las 6:15 de la tarde y otra a las 9 de la noche. Esta doble proyección pasaría, con el tiempo, a sustituirse por dos películas diferentes, que se proyectaban con muy breves descansos, en lo que se denominaría sesión continua, que permitía al público acudir a la proyección que más conviniese a su gusto, ya que la segunda sesión solía terminar pasada la media noche.

(Archivo familia Jordá).
El sistema de distribución de los rollos de película, bastante voluminosos, no estaba lo avanzado que permiten la multitud de empresas logísticas de la actualidad. Se aprovechaban los medios de transporte existentes, como trenes, autobuses o transportistas de paquetería (los populares ordinarios) y a veces esto causaba retrasos. El domingo 22 de diciembre, la película programada no había llegado, por lo que hubo que improvisar y traer otro título que ya se había proyectado en alguna población cercana. Eso sí, de estreno, como merecía la ocasión. Así, la empresa consiguió una copia de la película Alma Rebelde, basada en la novela Jane Eyre (y así titulada en el original), protagonizada por Orson Welles y Joan Fontaine. Hablaremos de ella un poco más tarde.
Estamos en plena época franquista, con la popularidad internacional del régimen por los suelos, dado su apoyo descarado a la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial, que había concluido un año antes. Eran los años del aislamiento, en los que, poco a poco, la política española se iría deslizando hacia posiciones más ambiguas y girando la mirada hacia occidente, en concreto hacia Estados Unidos, de donde llegaba el sueño de una prosperidad idílica en las películas producidas por Hollywood que, aunque censuradas, ofrecían un estilo de vida, un romanticismo y unos ideales que nada tenían que ver con lo que el cine oficial y las producciones llegadas de Alemania durante los primeros años de posguerra habían ofrecido.
En 1943 había surgido el NO-DO, Noticiario Dominical gestionado desde los más altos estamentos oficiales, en el que se ofrecían noticias de lo que, supuestamente, sucedía en el mundo y se glorificaba la política del Movimiento y la figura personal de Franco. Estos noticiarios cinematográficos eran de obligada proyección en las salas de cine, antes de cualquier película.
En diciembre de 1946, el régimen de Franco impulsó una gran manifestación cívica en Madrid, en adhesión al caudillo y como protesta contra las “injerencias extranjeras” en la política nacional. El NO-DO se hico eco, naturalmente, de esta manifestación, celebrada el 9 de diciembre, destacándola en sus noticieros, por lo que dada la proximidad en fecha a la inauguración del Principal, es muy posible que fuera el noticiero que se emitiera en dicha sesión.

Enlace al noticiero de diciembre de 1946 (YouTube):
No es probable que en esta sesión inaugural se proyectara algún corto cómico de cine mudo, pero nos permitimos la licencia de incluir el enlace a uno de ellos, basándonos en los recuerdos personales de aquellas películas cómicas cortas que alegraban nuestros domingos entre NO-DO y película o, en el caso de las sesiones continuas, entre una y otra película. En Requena fueron muy populares los cortos de Stan Laurel y Oliver Hardy, el Gordo y el Flaco, pero también los de un personajes que en España se denominó Tomasín y Jaimito, indistintamente, al que daba vida, muchos años antes, el actor estadounidense Lawrence “Larry” Semon (1889-1928), muy popular en solitario, pero que antes había formado trío con Laurel y Hardy.

Enlace a un corto mudo de Larry Semon (YouTube):
Junto a los folletos de la película prevista, la empresa del Principal también puso en circulación una hoja de declaración de intenciones, en la que se apelaba al civismo del pueblo requenense y se ofrecía un recinto de ocio digno de las mejores ciudades españolas.

(Archivo familia Lorente).
Como decíamos, la película que se proyectó en la sesión inaugural fue la norteamericana Alma Rebelde (Jane Eyre), rodada en 1943, en plena Guerra Mundial, y estrenada en Estados Unidos el 15 de abril de 1944. Favorecida por el espíritu aperturista del régimen hacia el cine americano, fue estrenada en Barcelona el 7 de diciembre de 1946, obligatoriamente doblada al castellano, tan solo dos meses antes de su exhibición en Requena. La película, de hora y media de duración, dirigida por Robert Stevenson, estaba protagonizada por dos de los ídolos del momento: Orson Welles, encumbrado por Ciudadano Kane, y Joan Fontaine, musa del momento para el director Alfred Hitchcock en Rebeca y Sospecha.

Enlace a la película Alma Rebelde (YouTube):
La película anunciada en primera instancia, Las Llaves del Reino, fue proyectada, por fin, unos días más tarde, el 26 de diciembre. Dirigida por John M. Stahl, estrenada en Estados Unidos el 15 de diciembre de 1944, había llegado a la cartelera madrileña el 31 de mayo de 1946, siete meses antes que a Requena. Estaba protagonizada por el joven Gregory Peck, que no llegaba a la treintena en el momento de su estreno español. Era su segunda película como protagonista, en una carrera emergente y muy rápida que le llevaría de inmediato al estrellato. Junto a él, actores tan conocidos en España como Vincent Price, Thomas Mitchell y un jovencísimo Roddy MacDowall.

Enlace a la película Las Llaves del Reino (YouTube):
El nuevo Teatro Principal de Requena se abría con todo lujo. Una capacidad de 1.500 butacas, entre platea, palcos y general. Un excelente servicio de bar, en el que se podían degustar selectos pasteles. Servicio de taquilla a ambos lados de la entrada, con venta anticipada y abonos, porteros, acomodadores y limpieza. Calefacción de radiadores. Una magnífica decoración, con preciosas lámparas y grandes espejos. El espacioso vestíbulo con dos guardarropas laterales, en el que incluso se celebraban banquetes de bodas. Máquina de proyección de las más modernas del momento. Tres puertas principales y dos salidas laterales de emergencia, además de la entrada de artistas. Varios camerinos y un largo etcétera de servicios que lo hacían atractivo frente a la competencia, centrada únicamente en el Cinema Armero, ya que la apertura del Principal trajo consigo el cierre del antiguo Teatro Romea, perteneciente a la misma empresa familiar.

(Foto: Marcial García Cañabate).

(Foto: Marcial García Cañabate, 1961).
En sus setenta y cinco años de vida, el Teatro Principal ha acogido los más diversos espectáculos, aparte del cine. Compañías de teatro, variedades, cantantes, orquestas, solistas, ópera, zarzuela, presentaciones de reinas de las Fiestas de la Vendimia, de madrinas de la música, mítines políticos, eventos infantiles… En una sucesión de continuidad solo interrumpida por las diversas reformas, necesarias para su acondicionamiento a los nuevos tiempos, desde que pasó a manos públicas. Por desgracia, los tiempos actuales no son los de sus primeros años, en que el aforo se llenaba día tras día, sesión tras sesión. Hoy, un teatro de tanta capacidad, en competencia con la televisión, con la cercanía a la capital de la provincia, añadido esto al cambio de gustos y tendencias audiovisuales, es difícil de llenar. Pero ahí sigue, esperando a su público, como en sus mejores tiempos.
Felicidades, Teatro Principal. No todos los días se cumplen setenta y cinco años en tan buenas condiciones.
BIBLIOGRAFÍA
BLASCO BALLESTER, Roberto, “A los 75 años del Teatro Principal de Requena”, en revista Oleana: Cuadernos de Historia Comarcal, nº 37, 2021, Requena, Centro de Estudios Requenenses, 2021.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial, “Cine en la ciudad de Requena antes del Teatro Principal (1907-1946)”, en revista Oleana: Cuadernos de Historia Comarcal, nº 37, 2021, Requena, Centro de Estudios Requenenses, 2021.
JESÚS-MARÍA ROMERO, José Ángel, “Datos exactos en los mitos y leyendas del Teatro Principal de Requena”, en revista El Trullo, Requena, Fiesta de la Vendimia, agosto 2017.
MUÑOZ GARCÍA, Rafael, Requena Teatral, Valencia, Bernia Edicions, 2007.

