Los sistemas agrosilvopastorales fueron uno de los principales motores económicos de Requena hasta entrado el siglo XVIII, cuando perdieron fuerza en detrimento del fomento de la agricultura. El aprovechamiento forestal de estas grandes extensiones de terreno se dividía en la explotación de los recursos forrajeros por la ganadería extensiva, principalmente de ganado ovicáprido, y por los productos derivados que se obtienen de su plantación. Sin embargo, unos de los problemas de estos sistemas era la ineficacia para la obtención de productos finales, pues consumían una gran cantidad de tiempo, que elevaban su precio y dificultaba su acceso a las clases más bajas.
Las acciones humanas determinan el flujo de los recursos del bosque a lo largo del tiempo y generan efectos intertemporales, es decir, existe una íntima relación entre las acciones pasadas, las decisiones actuales y las posibilidades de futuro. Los sistemas agrosilvopastorales están comprendidos dentro de los bienes comunales vecinales en los que existe el libre acceso al recurso por los vecinos, observando ciertas condiciones. En éstos puede darse la sobreexplotación de los recursos forestales debido a un abuso del recurso. Se puede decir que el aumento de la degradación del medio natural se da como consecuencia de una actividad económica poco controlada, por ejemplo, en la época podría ser un creciente descontrol municipal del número de reses pastoreando por un terreno que no cambia de tamaño.
¿Podemos hablar de la gestión sostenible del medio ambiente en la Edad Media o más bien de la gestión solidaria de los recursos? La economía del momento no respondía a unos principios de racionalidad capitalista estricta y la tecnología disponible tenía un bajo impacto ambiental, por lo que entre el medio ambiente y la economía existía una relación equilibrada y en armonía mayor que la actual. Se respetaba en mayor medida la equidad intergeneracional, dicho en otras palabras, no se degradaba aquello de lo que se tenía que vivir tanto en el presente como en el futuro pues todo ámbito de actividades realizadas en cualquier ciudad de esta época presentaba una alta dependencia de los recursos naturales que proveían la naturaleza (alimento, medicinas, construcción, calefacción).
La gestión de un sistema de estas características es de gran dificultad. Por ello, el Concejo municipal debía de garantizar la explotación racional de los recursos forestales de estos bienes comunes mediante regulaciones para evitar la denominada por el ecologista Garrett Hardin como “Tragedia de los comunes”. Uno de los principales problemas es el aprovechamiento económico de los árboles pues, a diferencia de los cultivos, maduran muy lentamente. Esta situación da lugar a varias alternativas para los gestores como son la roturación de nuevas zonas o la maximización de los rendimientos de las tierras del municipio mediante el control del turno forestal óptimo, es decir, el momento para realizar la tala de árboles que más beneficio genere.
La complejidad jurídica de estos entes de uso colectivo da lugar a diferentes fórmulas de regulación para garantizar el uso racional y solidario por parte del común. No todos los bienes forestales comunales cuentan con la condición de libre acceso, dando lugar a diferentes restricciones, bien fuese sobre las acciones de explotación o de tipo económico para limitar el acceso a ciertos usuarios. Así pues, varias zonas de aprovechamiento común son arrendadas por el Concejo y convertidas en bienes de propios, perdiendo la condición de uso libre y gratuita por los vecinos.
Las diferentes respuestas ante la necesidad de gestionar estas fuentes de riqueza municipales se caracterizan por ser de bajo coste y de ámbito extensivo. Para garantizar el correcto uso se establecían una serie de indicaciones y de prohibiciones sobre la capacidad de actuación del rebaño, que debía evitar alimentarse de ciertas especies arbustivas cuya plantación generaba otro tipo de beneficios, el ajuste de la presión ejercida por la carga ganadera en función del tamaño de la zona y del periodo del año. También aparece la figura del guarda mayor, encargado de proteger el interés del común. Sería frecuente que apareciesen movimientos de asociacionismo ganadero, necesario para aprovechar de forma conjunta los recursos de pasto, pues el reducido tamaño de las propiedades resulta inviable para la explotación independiente.
Todo estudio de la realidad histórica debe de tener un paradigma teórico que guie la investigación de archivo. Los estudios de aprovechamiento medioambiental ofrecen al historiador una serie de sugerencias muy válidas, que el investigador debe de valorar convenientemente. Entre los planteamientos más llamativos de los últimos años se encuentran los de Jared Diamond en su Colapso, que apunta a los factores medioambientales que conducen a la decadencia de una civilización. Supongamos que aplicamos de manera amplia sus planteamientos a la España de los Austrias. La política de construcción naval de un Felipe II conduciría a la consunción de los recursos forestales, atacados también por una ganadería abusiva y unas actitudes improductivas. Este planteamiento tendría su punto de atractivo, dada su facilidad explicativa, pero no tendría en cuenta muchos factores como el de la regulación municipal de los bosques que se observa en Requena. Como Diamond valora la decisión individual como fundamental en llegar al estado de colapso, bien podemos decir que su teoría introduciría matices que conectan con la realidad histórica y alimentan el necesario diálogo entre teoría y práctica de toda investigación histórica.
BIBLIOGRAFÍA
CAPEL, Horacio (2003). “El drama de los bienes comunes. La necesidad de un programa de investigación”, en Biblio 3W (Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales), vol. VIII, nº458, Universidad de Barcelona.
DIAMOND, Jared. (2012) Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen. Debate, 768 págs.
GALÁN TENDERO, Víctor Manuel. El guarda mayor de los campos de Requena (1646). Disponible en Crónicas Históricas de Requena
Montes comunales y montes de propios, la antesala de la desamortización. Disponible en: https://www.alprao.org/montes/montes-publicos/
