¿Son los tiempos de crisis favorables al arte? La expresión de sentimientos atormentados tiene cabida en un sinfín de manifestaciones artísticas, aunque la limitación de medios materiales pueda imponer cortapisas bien efectivas. Sin embargo, también se ha considerado que una manera de huir de los zarpazos de una recesión es la inversión en arte, particularmente el religioso, y así evitar una serie de tributos.
Los franciscanos de Requena se enfrentaron en 1643 a una situación ciertamente complicada, en una Castilla agobiada por las cargas y los compromisos militares. El 23 de abril habían presentado por medio de su padre guardián una petición muy clara al municipio de Requena: la iglesia de su convento debía de finalizarse de todo punto. No era algo baladí en tiempos de la Contrarreforma, cuando implorar la ayuda de Dios resultaba inexcusable para muchos.
Semejante obra chocaba con la carencia de los fondos adecuados de la comunidad franciscana. En vista de ello, el cabildo municipal le asignó las rentas de la dehesa de Realame. Su receptor entregaría al síndico de los franciscanos, don Juan Ramírez de Sigüenza, los consiguientes dineros. De esta forma, se cerraba un círculo, pues siempre se podían invocar estas asignaciones piadosas ante las reclamaciones de una corona insaciable.
Fuentes.
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE REQUENA.
Actas municipales de 1637 a 1647, nº. 3268.
