El Pico de los Ajos, extremo suroeste de nuestro “Estado” ibérico.
El poblamiento ibérico de La Cabezuela, “Rincón de Mira”, es el situado más al sur de nuestra línea de poblados ibéricos. Frente a él se visualiza, a unos 3,5 kilómetros, el comienzo de la Muela de Albeita, prolegómeno del macizo de la Muela de Cortes, ambas separadas por el río Júcar. Es una lástima que no estén bien estudiados los yacimientos arqueológicos de Cortes de Pallás, pero aún así tenemos información de poblamientos ibéricos o broncíneos en altura, tipo atalaya, en el recorrido desde Rincón de Mira hasta Castilblanques, lo cual implica que volvemos a tener elementos de vigilancia como los que habíamos abandonado entre Contreras y la Sierra del Rubial, unos 60 kilómetros antes. Se nos presenta aquí un elemento geográfico de separación natural que sería la Rambla del Real , la cual recorre la vertiente de la Muela de Albeita, viniendo desde la Rambla Ripia, que pasa por Castilblanques y Viñuelas, a su vez proveniente de la Sierra Martés, donde está ubicado el impresionante poblado ibérico en altura del Pico de los Ajos.
En el Pico de los Ajos se sitúa un gran poblado ibérico de unas 2-4 hectáreas de extensión, por cuyos pies transcurre también la Vereda Real. Dispone de una visibilidad amplísima hacia los cuatro puntos cardinales. Es un punto neurálgico en un lugar geográfico diferenciador, porque la Sierra Martés nos separa de la Muela de Cortes al sur; de la bajada a los llanos valencianos al este; y de las estribaciones de las montañas de Siete Aguas que lindan con los llanos de Buñol y de la Meseta del Cabriel al norte.
Incluso se podría decir que se situaba entre los límites de Edetania al noreste, de la Contestania al sureste y de la Bastetania al oeste; aunque debemos tener en cuenta que estas denominaciones tipo “regionales” serían sólo un indicativo por su relatividad en el tiempo, ya que aparecen así denominados en periodos ya avanzados, en la Geographia de Ptolomeo del S II a.C. , tres siglos después de las guerras sertorianas, (guerras civiles republicanas donde los derechos de los pueblos prerromanos perdieron definitivamente su validez, y las poblaciones en altura defensivas bajaron definitivamente a los llanos. La “Pax Romana”).
El hecho de que el poblado del Pico de los Ajos estuviera en ese punto neurálgico le convierte en un bastión de cruce de caminos, fronterizo y de importancia, quizás la razón de que su superficie fuera tan extensa. Esto me lleva a cuestionar a qué demarcación ibérica o “Estado” ibérico habría que adscribirlo.
En principio, admitiendo la teoría de esos espacios que denomino “Estado-ciudad” ibéricos, tendríamos dos oppida ibéricos centrales en tierras limítrofes en las que deberíamos fijarnos:
1/ Por el lado este, el importante oppidum ibero-romano de La Carencia de Turís, de unas 8 hectáreas de extensión, de cronología entre S V a.C. a S II d.C. , en cuyo entorno existieron numerosos poblados menores ligados a él, pero cuyo sistema de distribución poblacional parece distinto al que se presenta en la Meseta del Cabriel. Todo gira en torno a una sola gran población situada en un alto cerro en medio de la llanura, mientras que en nuestra meseta se encierran varias grandes poblaciones iberas o ibero-romanas en llano o a baja altura, protegidas exteriormente de otros poblados en altura bien fortificados de mediano tamaño.
2/ Por el noreste, a más distancia, el importante poblado ibérico del Tosal de San Miguel (Liria), que fue la antigua Edeta de Ptolomeo desde el S VI a.C. hasta 76 a.C. (desde entonces desplazado a la actual Liria). Aquí tenemos la misma circunstancia de un poblado ibérico en altura de importante extensión, unas 10 hectáreas, rodeado de poblamientos menores tanto de tipo atalaya de vigilancia como de explotaciones económicas. Aunque habría que tener en cuenta la cercanía de la también importante ciudad ibérica de Saguntum (quizás Arse), a tan sólo 28 kilómetros, lo que indicaría compartir territorio.
El caso es que los territorios de Edeta-Saguntum y La Carencia lindaban sur con norte, y al oeste ambos con el de la Meseta del Cabriel.
A partir del Pico de los Ajos o Sierra Martés, situado a 1086 metros de altura, hacia el este, la altura sobre el nivel del mar empieza a descender bruscamente hasta los 500-600 metros de altura en tan sólo 3 kilómetros de andadura, donde el cambio de modelo topográfico pasa de montañoso a llanura. Lo cual es motivo de separación geográfica natural.
Entonces, el Pico de los Ajos, por su gran tamaño y posición, ¿sería un oppidum independiente o un poblado grande en altura de vigilancia o fronterizo, perteneciente a una u otra demarcación ibérica?
Para ello deberíamos investigar su entorno:
1/ En la línea imaginaria que llevamos trazando desde el Pico de la Atalaya hasta aquí, parece haber una continuidad. Si la trazásemos, el Pico de los Ajos pasaría por ella. Y, como veremos, esa línea giraría sobre su misma ubicación hacia el norte, donde nos iremos encontrando más poblados en altura.
2/ Geográficamente está más ligado a la Meseta del Cabriel, porque trazando sendas líneas oblicuas con ángulo de 90 º, una hacia el río Cabriel y otra hacia la Sierra del Tejo, el Pico de los Ajos está justo en su vértice. Es decir, coincidiría en el punto exacto del ángulo sureste de esa demarcación o Estado ibérico-
3/ El yacimiento arqueológico dispone de elementos similares a los de otros de la zona. Sí, pero esto no debería ser determinante, por la gran cantidad de intercambio comercial que se dio en aquella época.
4/ El poblado, como unidad aislada, ¿tendría capacidad suficiente para su pervivencia?. Pues para el tamaño de las áreas de influencia de otros poblamientos importantes de alrededor de 7 hectáreas de dispersión cerámica, cercanos, no. Su zona de explotación económica, sería montañosa y poco productiva. También poco extensa, ya que a sólo 12 kilómetros hacia el noroeste se sitúa el poblado ibérico en altura de Castellar de Hortunas, claramente perteneciente a nuestra demarcación ibérica. Y hacia el norte, a 4´5 ó 5´5 kilómetros, nos encontramos con el cauce del río Magro, hasta el cual nos lleva una topografía muy accidentada, igualmente difícil de cultivar. Por tanto su área económica sería ínfima, causa para pertenecer a un ente territorial mayor.

Gran poblado ibérico en altura en cuyo seno aparecieron varios plomos con escritura ibérica. Punto neurálgico entre varias demarcaciones o “Estados” ibéricos.
Continuación en el sexto capítulo.