La Historia de España ha estado marcada por tres procesos fundamentales: la repoblación, la colonización indiana y la desamortización. Los tres modelaron profundamente la economía y la sociedad españolas.
Su estudio no resulta sencillo, pues requiere muchas horas de paciente estudio en los archivos, corroborando cifras a veces esquivas. Aquí la cuantificación es una exigencia incuestionable y no una moda pasajera historiográfica. Hace unos años en las facultades de geografía e historia se consideraba que las tesis sobre la desamortización eran de las más serias que podía emprender un joven licenciado con ganas de investigar.
Alfonso García Rodríguez ha demostrado con creces tales ganas. A él se deben, por ejemplo, importantes contribuciones sobre la historia de la educación en Requena y sus tierras, en las que ya se sumergía en los entresijos del presupuesto municipal. Ahora nos brinda otra monumental contribución sobre las sucesivas desamortizaciones y sus repercusiones en nuestras tierras. La pérdida de considerables terrenos concejiles antes de la mal llamada desamortización de Godoy no empequeñece en absoluto sus dimensiones.
A nuestro juicio la obra de don Alfonso atesora al menos tres virtudes fundamentales, cardinales. La primera es su más que notable riqueza de datos procedentes de archivos municipales y provinciales, datos no siempre fáciles de encontrar ni de interpretar dado el sesgo polémico que muchas veces tomaron las desamortizaciones.
Consciente que escribir historia no equivale sólo a servir tablas de datos, el autor ejerce de historiador, de los grandes. Al comparar con lo sucedido en otras comarcas de la actual Comunidad Valenciana y de la provincia de Cuenca llega a conclusiones muy elocuentes, que plantean sutilmente una cuestión fascinante. La Iglesia no sería la gran derrotada de las desamortizaciones, pues consiguió rehacer por otras vías su patrimonio. Vistas así las cosas no estaríamos ante una desposesión, sino ante una reconversión forzada. El camino que se abre es muy interesante.
Y es que el libro no está escrito de forma árida, sino en forma de un verdadero reportaje de investigación auspiciado por un diario solvente y serio en el que se desvelan corrupciones y complicidades fundamentales a la hora de acrecentar el patrimonio de unos cuantos, que entendieron el liberalismo en un sentido muy restrictivo.
Aquí se dan cita el conocimiento legal de Francisco Tomás y Valiente, la sensibilidad social de Manuel Tuñón de Lara y la capacidad de interpretación de Jaime Vicens Vives, en esta nueva obra de Alfonso García Rodríguez que viene nuevamente a confirmar que la historia local es muy grande, que el género chico es la más bella flor de nuestros prados por muchas desamortizaciones que hayan tenido que encajar.
Víctor Manuel Galán Tendero.
