Hoy tenemos que lamentar una pésima noticia. Don Miguel Cremades Martínez, cronista de Utiel, ha fallecido.
Don Miguel siempre llevó a su Utiel en el corazón y le demostró su enorme cariño en obras tan interesantes como monumentales. En La Historia de Utiel en sus documentos, en dos sustanciosos volúmenes, recorrió el pasado de su localidad acudiendo a sus más importantes fuentes conservadas, algo muy de agradecer tras la deplorable pérdida patrimonial sufrida durante la Guerra Civil. Se detuvo en timbrados privilegios y en manifestaciones más entrañables de la vida local, pues nuestra Historia es un rosario de momentos tan diversos como apasionantes. Todo historiador debe de estarle debidamente agradecido por su esfuerzo, el de dispensar con sencillez y claridad una colección documental de primera calidad.

La Historia de Utiel entre dos siglos: 1788-Guerra de la Independencia-1833 siempre me ha parecido una obra digna de un Miguel Artola, el de los orígenes de la España Contemporánea, en esta ocasión con acento más cercano. Supo el bueno de don Miguel que la Historia de Utiel estaba engarzada de forma íntima con la de España, que nunca se podrá escribir con rigor prescindiendo de sus caleidoscópicas realidades locales. Cuando proliferan las visiones arquetípicas de nuestro pasado, siempre saturadas de generalidades vacuas, tal Historia nos reconcilia con el verdadero sentido del estudio del pasado, el de atender lo particular para abarcar lo general.
Don Miguel supo reposar en un punto para alcanzar un mundo, logrando el eterno agradecimiento de todas las gentes de esta bendita comarca. Hoy todos somos más pobres, pues ha partido un hombre sabio de entre nosotros. Seguro que la Virgen del Remedio, de la que era un gran devoto, lo estará recibiendo ahora mismo en la gloria, donde podrá disfrutar de la compañía de grandes como Miguel Ballesteros Viana. Sus conversaciones serán formidables y encandilarán a todas las buenas almas amantes de la sabiduría y del bien, las dos cartas de presentación del bueno de don Miguel.