En 1825 se desató el pánico en los medios financieros londinenses. La emancipada Hispanoamérica no había satisfecho las expectativas de ganancia de los hombres de negocios británicos, y más de un entidad quebró. El mismo Banco de Inglaterra se vio en serios aprietos. El peso de Gran Bretaña en la economía mundial favoreció la difusión de la crisis, y los productores de distintos géneros se enfrentaron a una bajada de precios, poco grata para allegar ganancias.
En la España de finales del reinado de Fernando VII e inicios del de Isabel II, tan zarandeada por circunstancias políticas, los productores de cereales tuvieron que encarar más de una dificultad. Sus problemas, incluso, venían de antes, resintiéndose de la pérdida de los mercados americanos. Tal fue el caso de don José Medrano, que recibió por herencia de su esposa una serie de bienes vinculados en el término municipal de Requena. Conocemos los particulares gracias a la documentación dispensada amablemente por don Valentín Casco y Fernández.
Así evolucionaron los precios del trigo entre 1829 y 1835:
AÑO | PRECIO EN REALES DE LA FANEGA |
1829 | 34 |
1830 | 25 |
1831 | 29 |
1832 | 29 |
1833 | 32 |
1834 | 29 |
1835 | 34 |
Se observa al final una tenue recuperación, pero los de la cebada no consiguieron remontar más:
AÑO | PRECIO EN REALES DE LA FANEGA |
1829 | 15 |
1830 | 8 |
1831 | 12 |
1832 | 11 |
1833 | 15 |
1834 | 12 |
1835 | 11 |
Tampoco resultó muy halagüeña la evolución de la cebada:
AÑO | PRECIO EN REALES DE LA FANEGA |
1829 | 10 |
1830 | 5 |
1831 | 6 |
1832 | 7 |
1833 | 9 |
1834 | 7 |
1835 | 7 |
Sin embargo, unos precios más bajos no garantizaron la salvación del maltrecho pósito de Requena, tan alcanzado por las deudas y los compromisos desde hacía demasiados años. En una España en conflicto consigo misma, el descenso de los precios trajo entonces pocas alegrías.
