Una familia de Requena, la de César Jordá Moltó
¿Quién iba a decirme que mi padre iba a morir un mes y medio después?
La pausa de la Pandemia me hizo reflexionar y escribí esto en Crónicas Históricas de Requena, dentro de un artículo del 24 de abril:
“No sé vosotros, pero yo llevo encerrado en casa desde el 16 de marzo, y me ha dado tiempo a pensar como nunca lo había hecho. He pensado que:
Mi familia es maravillosa, el haber estado aislados nos ha hecho comprobar lo bien que nos llevamos.
Que nos preocupamos de nuestros abuelos, pues hemos temido perderlos. Que en la familia nos queremos, que echamos de menos vernos y tocarnos.”
Y mi padre, César, respondió escribiendo su primer mensaje de WhatsApp y el último de su vida, dirigido a mí:
“Javier, me ha llenado de alegría y satisfacción tus pensamientos, escritos y sentimientos, pues tú ya sabes que yo pienso igual. Esta clausura provisional tiene también su lado bueno: como apreciar aún más la familia que Dios nos ha dado, y tantas otras cosas espirituales que a veces no vemos. Gracias a Dios que me ha dado esta familia y también mis aficiones, y pensar, querer, esperar y sobre todo fe y esperanza.
Gracias por todo. Tu padre.”
No sabíamos ni él ni yo que nos estábamos despidiendo.
Autores: César Jordá Moltó y Javier Jordá Sánchez
Dedicado a Isabel Sánchez Ruiz, nuestra esposa y madre. Maestra.
