
en el estreno de El Dolor de una dolora (Buenos Aires, 1921)
(Fotografía publicada en el libreto).
Las facetas poética y periodística de Serrano Clavero son parejas a la hora de estudiar al personaje. No podemos delimitar cuál predomina sobre cuál. Pero entre ellas, mezclada sin posibilidad de separación, esta la faceta dramática, sin la que no es posible entender al literato requenense. Ninguna de estas actividades vitales predomina sobre las otras y todas ellas son consustanciales en su trayectoria.
Las primeras influencias culturales que recibió el joven Venancio llegaron de los amigos, artistas mayores que él en su mayoría pero entre los que se integraría y, con el tiempo, se pondría a la cabeza. De estos, destacan tres nombres: Luisa Cervera (1843), la mayor, una mujer inteligente, independiente, poetisa, dramaturga, masona, librepensadora… Manuel García Lledó (1861), poeta, periodista, libretista de zarzuelas… y el más próximo en edad, su amigo del alma, Mariano Pérez Sánchez (1866), músico, compositor, director… tan sólo cuatro años mayor que Serrano, con quien conectó más que con ninguno y a quien acudiría con sus letras para canciones y zarzuelas, a pesar de la separación entre continentes, hasta el final de sus días.
Rafael Muñoz, en su Requena Teatral, como así mismo Rafael Bernabeu, en sus artículos costumbristas y en la biografía de Serrano Clavero, dejan constancia de la pasión de los requenenses por el teatro. Ya hubiera un teatro o dos, cuando una compañía de zarzuela o dramática se presentaba en la ciudad, los llenos eran diarios. Una artista de nivel nacional como Amparo Guillén, se pasaba varios meses en Requena, con el teatro alquilado, con el aforo completo día a día. Los requenenses idolatraban a actrices y actores como Amparo Guillén, Jaime Rivelles, Rafael Bolumar, Manuel Llorens, María Santoncha, etc. etc., dedicándoles poemas y artículos de prensa laudatorios.
Las compañías de aficionados representaban dramas y zarzuelas, tanto de autores de prestigio como de los escritores y músicos locales, con dos o más agrupaciones actuando al mismo tiempo, dependientes de sus sociedades artísticas.
Venancio Serrano mamó el teatro desde pequeño (Bernabeu, 1986, p. 19):
Desde que Serrano puso pie en el Federal, comenzó a destacarse como uno de los jóvenes más entusiastas, no tardando en figurar en el cuadro artístico, del que fue el apuntador insustituible.
Hoy, que la memoria se trabaja en el teatro como una asignatura primordial, se ha olvidado el papel importantísimo del apuntador de otras épocas. Este debía conocerse la obra como si la hubiera escrito, era el responsable de seguir el texto en tiempo real, de dar el pie a los actores y volverlos a camino cuando olvidaban un párrafo. En una época en que las compañías profesionales e incluso las de aficionados, desarrollaban un repertorio extenso y cambiante, el apuntador, invisible bajo su concha a la luz de una vela, era el elemento imprescindible de toda obra teatral. No es de extrañar que Serrano Clavero adquiriera, desde adolescente, un profundo conocimiento de la técnica de escritura teatral y, al mismo tiempo, de la métrica y los secretos de esos textos que, incluidos en una zarzuela, debían ser cantados. Sus años junto a Pérez Sánchez, experto zarzuelista, le valdrían para colaborar con músicos de la talla de Padilla o Izquierdo, sin ir más lejos.
Una de las primeras noticias relacionadas con Serrano Clavero y el teatro es de 1888, con ocasión del homenaje realizado en Requena al actor Rafael Calvo Revilla, fallecido en Cádiz el 4 de septiembre de 1888:
La Lucha (Gerona), 25-IX-1888
Desde Requena
El sentimiento que la muerte del eminente actor D. Rafael Calvo produjo en los muchos admiradores que en aquella ilustrada ciudad contaba, produjo el pensamiento de celebrar una velada literaria, la cual, verificada, ha resultado espléndida.
La banda municipal ejecutó a telón corrido la sinfonía titulada Poeta y Aldeano. Después se puso en escena el drama El Gran Galeoto, que alcanzó una interpretación esmerada por parte de todos los artistas y particularmente del señor D. Agapito Cuevas, que fueron llamados al palco escénico repetidas veces.
Para terminar tan magnífica velada, se dio lectura a composiciones alegóricas al acto, originales de doña Luisa Cervera, D. Venancio Serrano y de nuestro amigo y colaborador D. Manuel García Lledó…
De la relevancia de dicha celebración dieron fe otros periódicos nacionales como El País, de Madrid, o La Dinastía, de Barcelona.
La primera noticia de una posible obra teatral de Venancio es de pocos meses más tarde y la ofrece el mismo periódico donde el poeta colaboraba con asiduidad:
La Lucha (Gerona), 17-IV-1889
Sabemos con satisfacción, que nuestro ilustrado colaborador literario, el joven D. Venancio Serrano Clavero, está escribiendo un drama lírico que piensa titularlo El Anillo de la Virgen. El inteligente Director de la banda municipal de Requena, D. Mariano Pérez, será el autor de la música.
La misma noticia, en parecidos términos, se insertaba en las páginas manuscritas del periódico requenense El Corchete, de pluma del alter ego del poeta, Cleto. Si este proyecto se llevó a término, no ha sido posible saberlo. No han quedado restos de esta obra ni en la documentación de Serrano Clavero ni en la de Pérez Sánchez. Habría que esperar unos años para ver estrenada una obra teatral de los mismos autores: Requena por dentro o el sueño de un desdichado, siendo el libreto más antiguo que se conoce del poeta requenense (Bernabeu, 1986, p. 30):
Requena por dentro o el sueño de un desdichado. Revista cómico-lírica, con música de Mariano Pérez Sánchez y Casimiro Pino Lavara (Imp. Valencia, 1894).
Trátase de una crítica paralela a La Gran Vía, en la que se ridiculiza la anemia local de fines de siglo personificada en don Vino, don Alumbrado Público, doña Plaza de Toros, doña Casa Consistorial, etc..
La obra se estrenó en el Teatro Jordá, de Requena, la noche del 24 de mayo de 1894. En dicha premiere actuaron algunas cantantes profesionales, contratadas en Valencia, y futuros buenos actores aficionados de Requena, como Pedro Claramunt, Cándido Monsalve o José Ibáñez. La representación se repitió en el mes de julio y algunos de sus temas y frases cómicas quedaron en el acerbo popular. Era la época en que Pérez Sánchez dirigía el Orfeón “El Iris”, del que saldrían excelentes voces para la escena y las capillas religiosas de la ciudad.
Los años finales de siglo, en Requena, y los de principios del siguiente, en Valencia, serían de una gran fecundidad teatral.
Bernabeu (1986, p. 30) cita varios títulos:
Todo queda en casa. Juguete cómico (Imp. Requena, 1896).
¡Patria! Monólogo en verso alusivo a las guerras coloniales. Dedicado a la actriz María Santoncha (Imp. Valencia, 1897).
En Secreto. Monólogo en verso (Imp. Valencia, 1897).
Los dos primeros se han perdido, aunque Patria es citado en algunos catálogos bibliográficos, lo que indica que hay esperanzas de localizarlo. También hay noticia de su edición en el semanario El Ateneo de Orihuela, de 4-XII-1896, lo que indica que fue estrenado he impreso un año antes de lo que afirma el biógrafo.
En cuanto al tercero, En Secreto, contamos con copia del libreto en la que se confirma que fue estrenado en Requena el 25 de abril de 1897, dedicado al actor cómico local Manolo Jordá Roda (1848):
A Manolo Jordá:
A ti dedica este infeliz poeta,
el presente trabajo que no es bueno.
¡Tú has de hacer que no escape en bicicleta
el autor, en la noche del estreno!
Venancio.
Portada de En Secreto, original en la BNE.
Ya he tenido ocasión de escribir en esta web sobre el continuado éxito de la actriz Amparo Guillén en sus visitas a Requena. En lo que respecta a su relación teatral con Serrano Clavero, fue la destinataria de su monólogo El Prospecto.
Amparo Guillén y su marido, Jaime Rivelles, debutaron en Requena con su propia compañía teatral el 15 de abril de 1900. En esos momentos, Serrano Clavero dirigía el periódico El Somatén y su amigo de juventud, Manuel García Lledó, hacía lo propio en El Baluarte. Ambos se volcaron en hablar sobre la diva y su compañía durante las semanas que pasaron en Requena, a la que volverían en años posteriores. Con ellos actuaba también, como primer actor de carácter, el requenense José García de Leonardo Ibáñez (1868), amigo personal de ambos. Pero Amparo no era una desconocida para Requena:
El Somatén (Requena), 15-IV-1900
Hace dieciséis años que aplaudimos en nuestro Teatro una joven actriz, que siendo ansí niña, mostraba ya excepcionales condiciones para el drama y la comedia.
La precoz artista a que nos referimos, juntamente con el notable primer actor don Manuel Calvo, estuvieron entre nosotros larga temporada en la que alcanzaron grandes y legítimos triunfos.
Mucho tiempo ha transcurrido; muchas actrices han pasado por el escenario de nuestro Teatro, pero no hemos podido olvidar a la genial artista que en aquella temporada nos dio a conocer “El octavo no mentir”, “El guardián de la casa”, “La esposa del vengador”, “La fornarina”, “El rey y el aventurero”, “Traidor, inconfeso y mártir”, “Lázaro” y tantas otras cuyo recuerdo dejó grabado en nosotros el nombre de Amparo Guillén.
El artículo nos retrotrae hasta 1884, cuando Venancio Serrano contaba tan sólo catorce años. La relación de obras que ofrece el texto, de seguro recordada de memoria o tras conversar con la artista, refuerza mi anterior afirmación sobre lo importante que para el poeta y para Requena era la afición teatral, recalcando lo escrito por Rafael Muñoz.
La visita se alargó nada menos que dos meses. La noche del 27 de mayo de 1900, la compañía celebró la correspondiente función de beneficio de la artista, en la que ella escogía las obras a interpretar. Esa noche, la actriz Amparo Guillén estrenó, como colofón de su actuación, una pieza breve escrita adrede para ella por Serrano Clavero. De ahí su denominación de “apropósito”. Su título: El Prospecto. En ella, el autor ponía en boca de la actriz párrafos como este:
Di Jaime en esas cuartillas
que me entusiasma Requena
por sus costumbres sencillas.
Di que entre gente tan buena
me hallo a las mil maravillas.
Di que en tierra tan galante
me extasío, me embeleso;
que es mi alegría constante…
¡Di todo eso, di todo eso…
y no habrás dicho bastante!
La obrita fue interpretada por Amparo Guillén, su marido Jaime Rivelles y su hija, Amparito Rivelles, acompañados de José García de Leonardo. Su autor la mandó imprimir en Requena, por el editor Soteres, y en la copia que se guarda en el Archivo Municipal, donde indicaba “apropósito-relámpago”, hay una tachadura y el autor lo modificó por “pasatiempo-relámpago”. También en la portada hay una errata en la fecha, ya que indica que se estrenó un 26, cuando fue un 27.
García Lledó hizo la crítica de la obra, qué curioso, en El Somatén y no en El Baluarte, cosas de amigos y rivales periodísticos:
Dicha obrita escrita en versos fáciles y correctos, exclusivamente para el beneficio de la señora Guillén, solo tiene un defecto, el de que cuando se empieza a saborear se termina, es decir que es un trabajo tan inspirado como breve. Y es lástima porque el pensamiento no puede ser más original y la versificación, hasta en el diálogo, galana, fácil y florida como cuanto escribe Serrano Clavero.
Portada de El Prospecto, original en la Biblioteca Municipal de Valencia.
Ya en Valencia, de nuevo redactor en El Pueblo y en plena labor periodística de agitación política y radical en pro de las reivindicaciones obreras, la compañía de su viejo conocido de juventud, Manuel Llorens, en la que figuraba también otro de aquellos actores, Eduardo Perlá, estrenó, el 28 de diciembre de 1901, la obrita Cosas del otro mundo, en el Teatro Principal de Valencia, durante la campaña de Navidad. Las Provincias anunció la obra como una parodia de Don Juan Tenorio. A finales de 1902 se volvió a representar en Valencia, esta vez en el Teatro Apolo, por la compañía del primer actor Rafael Pellicer.
En ninguna de esas representaciones hubo en la prensa trascendencia alguna, pero cuando dos años más tarde fue repuesta en Castellón, la crónica de El Pueblo, reproducida por varios periódicos de Madrid, no tenía desperdicio:
El Globo (Madrid), 30-I-1903
Castellón.- Escándalo colosal
Se promovió anoche, en el Teatro Principal, donde actúa la compañía de Rivelles.
Este señor tuvo la desdichada idea de actuar de regenerador de la patria, satirizando á los personajes que la han perjudicado con sus desaciertos; y para realizarla, se admitió una obra al redactor del periódico valenciano El Pueblo, Sr. Serrano Clavero.
La obra se titula Cosas del otro mundo. Deslizábase la representación sin ningún incidente, entre el aburrimiento del público; al parecer se trataba de una simple parodia del Tenorio; pero algunas alusiones muy claras contra determinadas personalidades, hicieron comprender al público que la parodia era lo de menos.
Efectivamente, la obra era una sátira en la cual se fustigaba duramente á los generales que intervinieron en los asuntos coloniales.
El público escuchó con atención, criticando el propósito del autor; pero sin manifestar su desagrado ruidosamente; y todo hubiese terminado en paz si, al terminar la representación no hubiera salido al escenario el Sr. Serrano Clavero.
Al verle, empezaron á silbar unos espectadores, mientras le increpaban otros desde los palcos, armándose un escándalo formidable.
Los jefes y oficiales de la guarnición, han protestado enérgicamente, censurando con dureza al autor de la obra y á Rivelles, y han decidido no asistir al teatro mientras dicho actor no salga de Castellón.
La opinión, según nuestro corresponsal, aplaude la conducta de los militares, considerando que la obra –sin mérito literario alguno- es inoportuna é injusta.
El gobernador ha impuesto una fuerte multa á la empresa.
La obrita fue impresa en Valencia, en 1902. Fechado también en ese año está el libreto de una zarzuela de la que nadie sabíamos nada. Se trata de la titulada El Tío Candiles, cuyo original manuscrito se guarda en el archivo de la sección de música del Instituto Valenciano de Cultura, a través del cual me llegó la primicia de que dicho libreto estaba catalogado en el fondo donado por la familia Culla, últimos propietarios del Teatro Ruzafa de Valencia. Las investigaciones en la prensa digital valenciana han resultado inútiles, por lo que es muy posible que esta zarzuela, como muchas otras, no llegara a estrenarse, bien por problemas de agenda o bien por no encontrar un compositor que se hiciera cargo de la partitura. En el momento de preparar este artículo estoy en trámites para conseguir copia del citado libreto.
Tratamiento aparte merece una zarzuela de la que mucho y nada sabemos. Se trata de El arte de cazar hembras, con libreto de Venancio Serrano Clavero y música de Mariano Pérez Sánchez. De ella se conservan, en el archivo musical del autor, los materiales completos: textos, partitura, particellas, partes de apuntar, parte de canto y piano para ensayos. Es una de las zarzuelas de Pérez Sánchez mejor conservadas. Su historia requiere un pequeño viaje en el tiempo.
Bernabeu (1986, p. 43) la sitúa en 1905, pero no ofrece detalles de un posible estreno ni de la impresión del libreto. Este, original y bien conservado en el Archivo Municipal de Requena, lleva como fecha 1910, pero esta se ha tachado. También está tachado un subtítulo: “amor, leña y explosivo”, estando denominada como “sainete madrileño en un acto y tres cuadros, en verso”. Lo curioso es que, además de estar tachado el año, también se tachó el primer compositor: “Mtro. José Padilla”, habiéndose escrito debajo, con letra del propio músico: “Mtro. Mariano Pérez” y un nuevo año: 1920.
En mi opinión y tras años de investigación, la obra sigue sin estrenar y, dado el tema que trata, totalmente anacrónico, será difícil su estreno, si no es en grabación discográfica. Las anotaciones citadas indicarían que la obra estaba destinada a José Padilla y seguramente fue desestimada por este. La fecha de 1920 parece indicar que Serrano la envió a Pérez Sánchez desde Argentina, para ponerle música, como así lo hizo y que el estreno en Valencia no se planteó hasta el regreso del poeta y el estreno de Cañas y Barro, como veremos en su momento por otras notas de prensa. Dejamos aquí aparcada esta zarzuela, por el momento.
Tras dejar la redacción de El Pueblo y Valencia misma, a mediados de 1905 ya estaba en Barcelona, trabajando junto a su viejos compañeros, Julián Pérez Carrasco y José Jorge Vinaixa. En colaboración con este y con los hoy desconocidos músicos Francisco Roca y Pujol Mateu, estrenaron, el 15 de febrero de 1906, una “extravagancia lírica casi original en un acto y tres cuadros”, titulada Las Hijas de Villarejo, en el Teatro Circo Barcelonés.
Portada de Las Hijas de Villarejo,
original en la sede de la SGAE de Barcelona.
La prensa barcelonesa daba nota del lleno absoluto con que contó el estreno y la valenciana reproducía la crítica del diario La Publicidad de Barcelona:
El Pueblo (Valencia), 19-II-1906
LAS HIJAS DE VILLAREJO
En Barcelona se ha estrenado con un éxito grandioso “Las hijas de Villarejo”, continuación de “El arte de ser bonita”, obra aquella de nuestros queridísimos amigos los distinguidos escritores D. José Jorge Vinaixa y D. Venancio Serrano Clavero, música de Roca y Pujol.
Para que se juzgue de la importancia del triunfo alcanzado por los Sres. Vinaixa y Serrano Clavero, reproducimos la siguiente reseña de nuestro colega La Publicidad:
“Circo Barcelonés.- Por esta vez no ha resultado cierto aquello de que nunca segundas partes fueron buenas. Porque “Las hijas de Villarejo”, segunda parte de “El arte de ser bonita”, supera con mucho a esta revista.
El plan de la obra es el de todas las revistas estrenadas últimamente, un pretexto para que tiples y coristas pongan sus carnes al fresco, con el aditamento de que en “Las hijas de Villarejo” se echa de ver bien a las claras la mano de un literato cultísimo, de un poeta fácil y elegante…
Los personajes todos de “El arte de ser bonita”, continúan su vida en “Las hijas de Villarejo”. Estas, remozadas y convenientemente retocadas, abren una academia, en la que de una niña clorótica y tímida hacen una moza garrida y frescachona y enmiendan la plana a la señora Pamema, la maestra que las inició en tan prodigiosas enseñanzas, transformando también el natural físico y moral del hombre más feo y aburrido.
Los títulos de los tres cuadros en que está dividida la obra lo dicen todo; son un poema. Véase la clase: Escuela de belleza, El Paraíso del amor, Belleza clásica y gusto moderno.
Sólo la lectura de estos títulos da la sensación de ese frío precursor de la muerte chiquita.
Y luego aquel desfile de divetes circasianas, doncellas griegas, esclavas, arpietas, las representaciones vivas de las prendas más íntimas de la mujer, como el corsé, las ligas… el coro de atractivos acaban por anonadar al público, por vencerle, dejándole casi exánime, sin fuerzas…
El éxito fue grande, enorme. Empezó por hacerse repetir el preludio, que valió al director de la orquesta la primera ovación. Se repitieron varios números, y los autores de la extravagancia, Sres. Vinaixa y Serrano clavero, de la letra, y Roca y Pujol, de la música, que al mediar la representación se vieron obligados a presentarse en escena, fueron llamados al final, entre vítores, aclamaciones y aplausos infinidad de veces.
El Circo Barcelonés, que tan favorecido se ve del público, ha encontrado un filón en “Las hijas de Villarejo”.
La obra se representó, en todas las ocasiones, a continuación de la supuesta primera parte en que estaba basada, El arte de ser bonita, con letra de Antonio Paso y Diego Jiménez-Prieto, y música de Gerónimo Giménez y Amadeo Vives. Se había estrenado en el Teatro Circo de Madrid, en septiembre de 1905. Ambas se representaron en el Teatro Circo Barcelonés hasta finales de febrero de 1906. Era el primero de sus éxitos como libretista, fuera de su Requena natal, pero también sería el último antes de emigrar a la república Argentina.
Un año antes, en marzo de 1905, había tenido un gran éxito poético al leer su poema Venganza en Valencia, versificación de un amor trágico y no correspondido, incluida posteriormente en sus libros Sangre y Oro y Rosal de España. Debió ser durante su estancia en Barcelona, a lo largo de 1906, cuando se decidió a transformar el poema en libreto para una zarzuela dramática y buscar un músico adecuado para ella. La noticia era ofrecida en primicia por su antiguo periódico:
El Pueblo (Valencia), 12-VI-1906
Anoche tuvimos el gusto de saludar a nuestro antiguo y querido compañero de redacción D. Venancio Serrano Clavero…
Durante su estancia en nuestra ciudad ha visitado al celebrado director de la Banda Municipal: maestro Lope, a quien ha entregado un libreto de zarzuela titulado “Venganza”, cuyo argumento es el mismo del poema titulado así.
Santiago Lope falleció el 25 de septiembre de 1906, tres meses después de aquella visita. La zarzuela Venganza tendría que esperar todavía unos años para ver sus dos estrenos, el argentino y el español, con distintos músicos.
El 27 de abril de 1907, en una función benéfica en el Teatro Pizarro, de Valencia, organizada por el Círculo Instructivo Republicano “El Pueblo”, y con asistencia de Blasco Ibáñez, Félix Azzati y otros redactores y políticos republicanos, aunque sin la presencia del autor, se estrenó su monólogo Violetas, escrito expresamente para la niña Irene Barroso, artista precoz que actuó en aquella velada. El Pueblo, en otra reseña, añadía que la niña recitaría también otro monólogo de Serrano Clavero, en honor del novelista, titulado ¿Quién es Blasco Ibáñez? Ninguno de los dos se ha localizado hasta ahora.
Cuando en agosto de 1907 el poeta embarcó rumbo a Argentina, no tenía idea de que durante el resto de su vida, el teatro y la música, unidos, iban a tener un papel tan preponderante en su actividad creativa como la poesía y el periodismo. Ya hemos contado en artículos anteriores cómo Serrano Clavero, con su atractivo social y su carácter jovial, se hizo un hueco de importancia en la colonia española en Buenos Aires desde el primer momento. No solo se le abrieron las puertas de periódicos y sociedades, sino también de los teatros bonaerenses.
Gloria a España, loa patriótica, fue estrenada en el Teatro de la Ópera de Buenos Aires el 2 de mayo de 1908, con letra del requenense y música de los maestros Juan Goula (Gerona, 1843 – Buenos Aires, 1917) y José Rodoreda Santigós (Barcelona, 1851 – Buenos Aires, 1922). En ella incluyó personajes como la propia Historia, el Progreso, España, Francia o los héroes Daoiz y Velarde o Agustina de Aragón, haciendo desfilar por el escenario a majas, chisperos, zaragozanos, gerundenses, gallegos, somatenes del Bruch y otros.
Serrano Clavero remitió a su primo Francisco García Clavero, médico de Caudete de las Fuentes, un ejemplar dedicado, constando que otro ejemplar fue remitido al diario El Pueblo.
Pronto comenzaron a llegar a España noticias de sus éxitos y nuevos proyectos:
Las Provincias (Valencia), 23-VI-1908
Notas Literarias
Nuestro paisano y compañero D. Venancio Serrano Clavero, que ejerce ahora el periodismo en Buenos Aires, ha obtenido el premio en un concurso de cuentos, celebrado por el Club Internacional Sportivo. Su obra, titulada La Cruz del Olvido, la publica la revista semanal España, de aquella ciudad. También ha escrito, con el título de Venganza, una zarzuela en un acto y tres cuadros, que estrenará una compañía que actúa en aquel país.
La Cruz del Olvido, uno de sus más difundidos cuentos, se convertiría con el tiempo en zarzuela y el libreto de Venganza, que el autor había llevado consigo al nuevo país de adopción, vería su primer estreno, con música compuesta en Argentina, ese mismo mes de mayo. A España llegó la noticia de su estreno en el verano, publicándose en una revista teatral madrileña:
El Arte de El Teatro (Madrid), 1-IX-1908
Buenos Aires
En Mayo estrenó la compañía de Emilio Carreras la zarzuela “Venganza”, original del Sr. Serrano Clavero, música del maestro Casadó.
La obra interesó mucho al auditorio, que aplaudió a los autores y a los artistas, especialmente al Sr. Capsir, por el arte con que cantó un aria.
En cuanto al compositor, de los varios con el mismo apellido, puede referirse al músico José Casadó Pardo, de la misma época, pero no se ha podido comprobar documentalmente. La prensa madrileña daba más detalles acerca de este estreno, en fechas anteriores a la noticia ya mostrada:
El País (Madrid), 10-VIII-1908
AMÉRICA
Buenos Aires.- Con viva satisfacción leemos en “España”, que nuestro querido amigo, el hoy redactor jefe de “El Diario Español”, ha estrenado en el Teatro Marconi, con grande éxito, una zarzuela titulada “Venganza” que eleva más de lo que estaba, dice “España”, su reputación literaria.
…/…
Serrano Clavero ha impregnado su obra de un ambiente de dulzura que encanta. Con la habilidad del pintor que copia la naturaleza sorprendiendo con rara perfección sus bellezas y sus arideces, nos ha mostrado un cuadro arrancado al acaso con destreza suma de la vida en España, tan pródiga en accidentes de toda índole donde la nobleza y la virilidad, el valor y la abnegación, características de aquel gran pueblo, llegan a consumar los mayores sacrificios.
El Diario Español, con Serrano Clavero como maestro de ceremonias, se encargó de organizar la visita a Argentina de Vicente Blasco Ibáñez, durante los primeros meses de 1909. Con ocasión de aquel viaje y con el novelista como invitado especial, el literato requenense estrenó su adaptación lírica de la novela Cañas y Barro, en su primera versión.
Portada de la primera versión de Cañas y Barro, original en AMRQ.
El estreno tuvo lugar en el Teatro Nacional de Buenos Aires, el 15 de junio de 1909 y el libreto fue editado poco después, haciendo mención de la presencia de Blasco Ibáñez en dicha premiere. La zarzuela, en un acto y cuatro cuadros, llevaba música de los compositores Mariano Hermoso Palacios y Andrés Abad Antón, españoles emigrados, como el libretista. Sabemos, por las cartas de Serrano Clavero a Pérez Sánchez para la segunda versión, que los materiales utilizados en el Teatro Nacional se quemaron en el incendio que sufrió este coliseo pocos años después.
La única crónica con que contamos de aquel estreno nos llega desde España, en concreto desde Soria:
Tierra Soriana (Soria), 24-VII-1909
Triunfo de un comprovinciano.- Con motivo de la estancia en Buenos Aires del ilustre novelista D. Vicente Blasco Ibáñez, un escritor argentino [sic], V. Serrano Clavero, ha hecho una zarzuela en un acto, dividido en cuatro cuadros y en prosa, basada en la notable novela «Cañas y barro» del Sr. Blasco.
La música de dicha zarzuela es de los maestros Hermoso y Abad, este último muy querido amigo nuestro y sobradamente conocido de los sorianos.
La prensa bonaerense dedica grandes elogios a la obra y á la música y al final de la representación fueron llamados á escena los autores repetidas veces.
El señor Serrano. Clavero se vio obligado a hablar y recabó los aplausos para el señor Blasco Ibáñez, pero éste á su vez, lo hizo para decir que los aplausos correspondían por entero á los autores de la zarzuela.
El éxito ha sido muy grande y nos satisface doblemente por tratarse de un soriano y del teatro español.
El estreno se ha verificado en el Teatro Nacional de la capital de la Argentina.
Al investigar sobre el teatro de Serrano Clavero y consultar la fuente más conocida sobre él (Bernabeu, 1986), se hace inevitable planificar una revisión, también, del contenido del fondo documental donado por su nieta, Alba Serrano, al Archivo Municipal de Requena. Bernabeu, en la época en que publicó su biografía, no disponía de los archivos ni fuentes virtuales con que contamos ahora, pero otro hándicap es su memoria, ya que fiaba mucho a sus recuerdos, sobre todo en las fechas, que es donde más necesaria es la revisión.
Una de las costumbres más arraigadas en el teatro español, tanto dramático como lírico, fue la de hacer “las Américas”. Se formaban compañías para realizar temporadas en países sudamericanos cuando estas terminaban en España o las mismas que ya habían actuado por nuestra geografía, eran contratadas para llevar a cabo giras más o menos extensas. La mayoría de los grandes artistas del último tercio del siglo XIX y primera mitad del XX hicieron estas giras. Entre ellos el actor catalán Enrique Borrás Oriol (1863-1957), que coincidió con Serrano Clavero en Buenos Aires, donde la colonia española y gran parte del público nativo era aficionado al teatro. La capital del Plata albergaba un sinfín de coliseos, no teniendo en ese punto nada que envidiar a Madrid o Barcelona.
Borrás, que para 1911 ya había trabajado con grandes del teatro como María Guerrero o Rosario Pino, fue el destinatario de otro de los magníficos monólogos de Venancio Serrano Clavero, si no el mejor: La Caja del Violín.
Estrenada el 24 de julio de ese año, en el Teatro Victoria bonaerense, el actor la incorporó a su repertorio, estrenándola también en Madrid pocos meses más tarde. Una vez más hay que recurrir a la prensa española para obtener detalles del estreno:
El Pueblo (Valencia), 31-VIII-1911
ÉXITO TEATRAL
El 24 de Julio la compañía del genial actor Enrique Borrás estrenó en el teatro Victoria, de Buenos Aires, un monólogo del que fue nuestro querido compañero en EL PUEBLO V. Serrano Clavero, el excelente poeta.
He aquí lo que acerca de tal obra dice una de las más importantes revistas de Buenos Aires:
“Serrano Clavero ha estrenado en este coliseo un monólogo en verso titulado «La caja del violín», que ha sido todo un éxito.
Pensamientos delicados, bellas imágenes, intensidad emotiva… condensan con una elevada espiritualidad artística tan castiza y selecta producción.
En ella, su autor describe con el ambiente dramático la nota característica de la vida: sus luchas con los sentimientos más delicados del alma.
La interpretación del monólogo estuvo a cargo de Enrique Borrás, uno de los más notables actores españoles que, como siempre, declamó y sintió su papel de un modo admirable.
Al terminar, fue aplaudidísimo en unión del Sr. Serrano Clavero, á quien deseamos muchos triunfos como el de esta noche”…
“La caja del violín” será estrenado en el Español, de Madrid, por Enrique Borrás, durante la próxima temporada de invierno.
La Caja del Violín fue reestrenada en Requena (Muñoz, 207, p. 118) el 29 de agosto de 2001, por la C.A.T. Arrabal Teatro, en el Teatro Principal, por Luis Latorre Pérez, bajo la dirección de Roberto García Rodríguez.
Un año después de La Caja del Violín, el 24 de junio de 1912, se estrenaba en el Teatro Apolo de Buenos Aires otra zarzuela de Serrano Clavero basada en un trabajo anterior, en este caso el cuento premiado en 1908, La cruz del olvido. En el libreto manuscrito se cita que había sido premiada “en el concurso de zarzuelas”. Existe otra copia manuscrita del libreto, fechada en abril de 1913 y en la revista argentina Caras y Caretas de 11 de octubre de 1913, aparecen las fotografías de los premiados en el concurso del Teatro Apolo, ¡de ese año!, siendo para Serrano Calvero el quinto premio. No quiere decir que la fecha de estreno esté equivocada, sino que es más posible que la zarzuela fuera presentada a concurso un año más tarde. La música estuvo a cargo del compositor Francisco Payá (Guipúzcoa, 1879 – Buenos Aires, 1929), emigrado a la capital argentina a finales del siglo anterior y director, por entonces, del Orfeón Español.
Otra de las compañías dramáticas españolas más célebre de las primeras décadas del XX fue la dirigida por los actores Antonia Planas y Emilio Díaz. El 22 de septiembre de 1913 estrenaban una simpático “diálogo en verso” en el Teatro Buenos Aires de la ciudad homónima. Su autor, Serrano Clavero, escribiría en el libreto mecanografiado:
A los insignes artistas
ANTONIA PLANA y EMILIO DÍAZ
triunfadores de la escena y conquistadores del cariño.
El autor.
Este breve pero divertido juguete cómico, de ambiente sevillano, lo estrenaron los mismos actores en Valencia, el 23 de enero de 1914, en la misma función en que presentaron, en la capital del Turia, La Malquerida, de Jacinto Benavente, que María Guerrero había estrenado en Madrid tan sólo un mes antes:
Las Provincias (Valencia), 24-I-1914
En la función de la tarde se estrenó el diálogo La estudiantina, original del poeta valenciano D. Venancio Serrano Clavero. Esta obrita fue escrita por el mencionado literato, que, como saben nuestros lectores, reside en Buenos Aires, para la señora Plana y el Sr. Díaz, que son los personajes de ella. El diálogo es entre un estudiante de una tuna, que en tierras de Andalucía se encuentra con una hermosa joven, diálogo en verso muy fluido y brillante, repleto de galanterías y de bellas imágenes.
Antonia Plana fue una enamorada de las poesías de Serrano Clavero, que utilizó como regalo en muchos de sus beneficios como artista.
1914 fue, sin duda, un año triunfal para el dramaturgo Serrano Clavero, como veremos enseguida. En la primavera bonaerense tenía lugar un nuevo estreno lírico con libreto suyo: El Cristo de la Vega, denominado como “leyenda toledana en un acto y cuatro cuadros, basada en el inmortal poema de Don José Zorrilla”. La música estaba a cargo de otro compositor español afincado en Argentina, Rafael Palacios Veramatus (1888-1949). El estreno tuvo lugar el 14 de mayo en el Teatro Mayo, uno de los más afines al poeta. De nuevo son las páginas de El Pueblo, receptor excepcional de las noticias que llegaban sobre su antiguo redactor, quien nos ofrece una nutrida crónica:
El Pueblo (Valencia), 13-VIII-1914
TEATROS
Una obra de Serrano Clavero
Copiamos de «La Prensa», importante diario de Buenos Aires:
Un auspicioso éxito obtuvo anoche en el teatro Mayo el estreno de una adaptación dramática de la conocida leyenda toledana «El Cristo de la Vega», escrita por el periodista Venancio Serrano Clavero. Se trata de una obrita en un acto y cuatro cuadros, con música del maestro Rafael Palacios.
Adaptar á la escena una obra literaria de otro género, por más famosa que ella sea, es una tarea que siempre está llena de escollos y cuyo éxito resulta siempre problemático.
Ello hace más meritoria la labor realizada por el Sr. Serrano Clavero, quien ha demostrado una vez más sus condiciones de excelente comediógrafo. Tanto por la época como por el ambiente en que se desarrolla el poema, su lenguaje en el teatro no podía ser otro que el de un castellano clásico; sin embargo, no hay en la nueva obras palabras rebuscadas, ni términos anticuados; pero sí versos sonoros y vibrantes.
En resumen, el triunfo obtenido por el señor Serrano ha sido decisivo, iniciándose los aplausos desde que se levantó el telón y el público escuchó el hermoso prólogo.
Debemos referir especialmente á la música del maestro Palacios, á quien corresponde gran parte del triunfo apuntado; no creemos pecar de exagerados si afirmamos que resultó una gran sorpresa. Se trata de una composición seria, escrita con cariño y en la que campea una feliz inspiración.
En esta nueva obra, el maestro Palacios se ha especializado con elementos sinfónicos bastante acertados; sobre todo en el coro del último cuadro, que principia con una fuga y continúa contrapunteado, para producir un efecto sumamente agradable. El concertante del segundo cuadro y aria de la tiple, son números ponderables que el público escuchó con agrado.
En cuanto á la representación llevada á cabo por la compañía que dirige Enrique Lacasa, si bien no puede calificarse con severidad por ser estreno y por la calidad de la obra, ha sido bastante correcta. Nótase, desde luego, que faltan voces para completar los coros, sobre todo en su parte contrapuntada y en cuanto á la letra, ensayos.
Destacáronse, especialmente, la señorita Muela, en su papel de Inés de Vargas y el actor de la Vega, en el de juez.
Los continuados aplausos se trasformaron, al finalizar la obra, en una prolongada ovación que obligó á levantar el telón repetidas veces. A pedido del público hablaron brevemente el maestro Palacios, quien dirigió la obra, el señor Serrano Clavero y la señorita Muela.
Es el momento de dejar el resto para otro capítulo. Serrano Clavero estaba a punto de conocer a un joven músico con proyección de futuro: José Padilla.
BIBLIOGRAFÍA
BERNABEU LÓPEZ, Rafael. Serrano Clavero, cantor de la raza. Rosal de España. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1986.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial. “Amparo Guillén, ficha biográfica”, en Crónicas Históricas de Requena, revista virtual: https://cronicasderequena.es/guillen-minguet-amparo/, consultado 19-IV-2020.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial. Mariano Pérez Sánchez, 80 años de música requenense. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1996.
MUÑOZ GARCÍA, Rafael. Requena Teatral. Valencia, Bernia Edicions, 2007.
RIVELLES MAGALLÓ, Jaime. Amparo Guillén y su tiempo. Valencia, Establecimiento tipográfico de Manuel Plá, 1916.