
(Foto anónima en Archivo Municipal de Requena).
Ese mismo año 1914, surgiría una nueva y profunda amistad. Si el músico y amigo de su juventud había sido Mariano Pérez Sánchez, el de madurez iba a ser José Padilla Sánchez, el inolvidable autor de Valencia. Padilla había sido contratado como director de orquesta de la compañía de zarzuela de Úrsula López para una gira por Argentina (Montero, 2015, p. 74):
Cuando Úrsula López termina la temporada y continúa sus actuaciones en una gira por las Antillas, el joven músico decide quedarse en Buenos Aires y pasa a trabajar como director de orquesta en el teatro de la Comedia. En el coliseo bonaerense actúan la tiple Lola Membrives, lejos aún de convertirse en la gran actriz dramática, el barítono Juan Reforzo y los actores Miguel Ligero y Leoncito.
…/…
Inicia una inolvidable amistad con el escritor y poeta valenciano Serrano Clavero y de esa amistad nace una primera colaboración, Adiós a Granada, y otra obra, El Suspiro del Moro, inspirada en la obra de Emilio Castelar y los últimos días de Boabdil en Granada, que se estrena en un “beneficio”, el 31 de diciembre de 1914, en plena y cálida Navidad. La obra tiene todos los alicientes para gustar, obtiene un resonante éxito y Padilla piensa convertirla en ópera. La protagonista, Isabel, es Lola Membrives, Muley Hacén, el protagonista, Juan Reforzo.
La obra fue denominada por sus autores como “zarzuela dramática en un acto y tres cuadros”. Aunque Eugenia Montero, en las dos versiones realizadas de la biografía de Padilla, cita como primera colaboración Adiós a Granada, me atrevo a considerar que esta zarzuela no existe y que se trata de un título alternativo para El Suspiro del Moro, ya que por un lado, el título apunta al mismo tema y por otro, el último párrafo que canta Boabdil en la zarzuela lo deja claro:
BOABDIL
¡Granada, florida cuna!
Rey vencido y sin fortuna,
del olvido voy en pos.
Llora por la media luna.
¡Hermosa Granada, Adiós!

Hay otra razón para pensar que se trata de la misma creación: en el catálogo que la biógrafa, Eugenia Montero, inserta al final del libro (2015, p. 245), indica cómo año del estreno 1919, en el mismo teatro. Cinco años después de El Suspiro del Moro, lo que supone un anacronismo y me hace pensar que pudiera haberse representado la misma zarzuela con otro título.
Entre los manuscritos del Fondo Serrano Clavero, en el Archivo Municipal de Requena, se encuentran algunas obras líricas que quizás, sólo quizás, no llegaran a representarse y se quedaran en el cajón de los proyectos.
Uno de esos manuscritos es el titulado La jaula rota, sainete en un acto y tres cuadros, en verso, en cuyo libreto está anotado, como compositor, Rafael Palacios y un año: 1915. Nada más.
De las obras perdidas, citadas por Bernabeu (1986, p. 69), hay que citar el monólogo Isabel la Católica, dedicado a la actriz andaluza Ana Adamuz, quien la habría estrenado en Buenos Aires en 1916, así como un “ensayo dramático de ambiente andaluz”, titulado Maruja.
Venancio Serrano laboró durante sus años americanos por un hermanamiento lo más fuerte posible entre la comunidad emigrante de Argentina y la nativa, expresando siempre que le fue posible su amor por ambos países. Una de los formas de expresión más utilizadas fue el teatro musical, en el que su patriotismo exacerbado echaba mano de la natural nostalgia por la patria lejana, con éxito asegurado.
El 14 de septiembre de 1917 se estrenaba, en el Teatro Majestic de Buenos Aires, la “revista hispano-argentina en un acto y seis cuadros, en verso”, La Hija de España, con libreto de Serrano Clavero y música de Luis Metón[1].

Los personajes de la revista son calles, hombres y mujeres ilustres y algunos animales. El autor, en un comentario al prólogo musical de la obra, describe lo siguiente:
Descripción de la confraternidad hispano-argentina. Es la paz de la Pampa, conciliada con el rumor del río, surcado por un barco de inmigrantes españoles, cuya tristeza expresa la flauta iniciando la popular copla andaluza ¡Adiós Granada, Granada mía”, seguida de las notas del Himno Nacional Argentino en sus dos primeros versos, cortándose la sinfonía con un coro de mujeres y niñas…
El 17 de abril de 1918, el Círculo Valenciano de Buenos Aires, del que Serrano era socio destacado, cumplió veinticinco años, por lo que la asociación celebró un grandioso festival en el Teatro San Martín de la ciudad porteña. En el programa, un nuevo estreno teatral del requenense junto a una de sus más admiradas actrices:
El Pueblo (Valencia) 16-VI-1918
Valencia en Buenos Aires
El estreno de la comedia El triunfo de Sancho Panza, original de nuestro paisano el inspirado poeta y socio honorario del Círculo, V. Serrano Clavero, fue un verdadero triunfo, como es natural, tratándose del laureado escritor.
Al finalizar, entre los estruendosos aplausos del público pidióse que hablase el autor, y al presentarse este se reanudaron las aclamaciones. Conmovido nuestro vate, dijo que allí donde pone su talento y corazón Lola Membrives tiene que resultar grandiosa la obra.
Unos años antes, en marzo de 1915, Serrano Clavero había escrito a su viejo amigo, Mariano Pérez Sánchez, en los siguientes términos:
Buenos Aires, 10 de Marzo de 1915
Querido amigo Mariano:
¡Llegó el escribirte! Días pasados lo hice a Moya, incluyéndole el certificado de exención de quintas de mi hijo Pepe. Prometía algo en esa carta para ti y hoy empiezo a cumplirlo.
Te mando un ejemplar de «Cañas y Barro», obra que aquí alcanzó un éxito tremendo. Pero ocurre una cosa rara: a las pocas representaciones fue robada la música del maestro Hermoso, sin que haya vuelto a aparecer; el maestro Abad murió y la obra está así estacionada hace cuatro años. Esto, aparte de que es una lástima, representa una pérdida de dinero indudable. La obra (modestia a un lado) es de lo mejor que puede presentarse en ese género. El éxito que la espera en Valencia es seguro y mucho más grandioso que el que obtuvo aquí, donde el ambiente le era extraño. Es obra de gloria y de pesetas, pero necesita música tuya, música típicamente valenciana, por donde asome el alma bravía de la huerta. El haberse estrenado aquí no significa absolutamente nada para su triunfo en España (porque no es obra que ha de quedar localizada).
Estúdiala detenidamente, pon corcheas a discreción y estrénala en Valencia, que yo me encargo de que pase enseguida a Madrid para su consagración definitiva.
Contéstame y espera algo especial que tengo empezado para ti.
Saluda a tus Julietas y demás familia, recuerdos a los antiguos amigos y recibe un abrazo de tu invariable
Venancio.
Fue el comienzo desde cero de aquella zarzuela estrenada en 1909, en presencia de Blasco Ibáñez, en Buenos Aires. El libreto era el mismo y a Pérez Sánchez le gustó el asunto desde un principio, aunque escribió a su amigo con dudas sobre la legalidad del tema y Venancio le respondió:
Buenos Aires, 27 de Julio de 1915
Querido Mariano:
No te extrañe mi tardanza en contestar, pues de una parte mi natural y apreciable pereza y de otra el trajín que llevo, me hacen retrasar esta contestación.
El maestro Hermoso está aquí; es el segundo de a bordo de la Sociedad de Autores y es quién precisamente me aconsejó que entregara de nuevo la obra a un compositor (y desde luego, valenciano). Abad murió. La música de este era muy floja y la de Hermoso ha desaparecido. Así es que no hay peligro ninguno de lo que me indicas. La obra puede estrenarse como tuya y mía. En cuanto la termines la das en Valencia y me avisas. Puedes enviarme el material y la estrenaremos con tu música aquí.
Mariano Pérez Sánchez puso todo su empeño en aportar una música adecuada para aquel compendio de una gran novela valenciana en tan sólo un acto de cuatro cuadros. Como bien ha comentado Víctor Galán en sus apreciaciones sobre esta obra, en ellos se concentra, como en una moderna serie televisiva, lo más esencial de la novela de Blasco Ibáñez. Faltaba mucho para el estreno en Valencia, pues habría que esperar a la influencia de Serrano Clavero, en persona, para lograrlo, pero el compositor requenense, que ya valoraba dejar la ciudad para emprender la aventura valenciana, decidió estrenarla en casa con su grupo lírico de la Sociedad Artístico-Musical Requenense y unas sopranos profesionales contratadas en Valencia, como solía ser habitual.
El Pueblo (Valencia), 13-VII-1918
Teatros
«Cañas y barro»
La hermosa producción del maestro; las sentidas páginas de Blasco Ibáñez llenas de intensidad dramática, en las cuales se pinta la vida de los pescadores del lago levantino, han sido llevadas á la escena por un antiguo compañero, que allá en Sudamérica suspira por su España, y cada vez que tañe su lira, arráncale sentidos madrigales, bellas notas en las que vibran su intenso amor á esta tierra y sus añoranzas de poeta, que sólo en Levante y bañado por nuestro sol, sabe soñar y querer.
Nos referimos á Serrano Clavero. El ha compendiado en una zarzuela en un acto y cuatro cuadros la novela de Blasco Ibáñez «Cañas y barro». La música es del maestro requenense Mariano Pérez Sánchez, el inspirado autor de “Cansons de l’horta”, composición que fue premiada en el concurso celebrado el pasado Mayo.
Esta obra se estrenará mañana en el teatro Circo de Requena por una compañía organizada por distinguidos jóvenes de la localidad y con el concurso de las señoritas Huerta y Michó, notables tiples que actúan con aplauso en el teatro de Ruzafa.
El mismo periódico daba cuenta, algunos días después, del gran éxito obtenido en Requena por la zarzuela de Serrano y Pérez, lamentándose de que la obra no fuera vista pronto en Valencia, como merecía. Habría que esperar hasta finales de 1924 para que esto sucediera.
Volviendo a Argentina, como cada año, la comunidad española celebraba el “Día de la Raza” el 12 de octubre. En este año 1918, Serrano Clavero estrenó una nueva “evocación patriótica en dos cuadros y en verso”, titulada El Convento de la Rábida, muy similar en concepto a su Gloria a España, de 1908, con personajes como Cristóbal Colón o Fray Juan Pérez de Marchena. El libreto del Archivo Municipal, muy ajado, no ofrece detalles sobre el lugar del estreno, pero imagino que estaría ligado, como en otras ocasiones, al Círculo Valenciano de Buenos Aires.

portada de la revista Mundo Gráfico (BNE).
Lola Membrives[2] fue la musa artística del Serrano Clavero argentino. No hay duda. Fue la actriz que más declamó en primicia las páginas del vate requenense.
En julio de 1919 se editó la “comedia original y en prosa” La Samaritana, como separata de la revista Vida Artística. No se ha localizado noticia del estreno ni crónicas acerca de la obra, pero Bernabeu (1986, p. 69) afirma que la estrenó Lola Membrives.

Archivo Graciela Beatriz Restelli (Argentina).
Corría el mes de agosto de 1919 cuando llegó al Teatro de la Comedia una familia de artistas en la que actuaba el matrimonio español formado por Narciso Ibáñez y Consuelo Menta, actores y cantantes líricos. Su hijo, Narciso Ibáñez Menta, con siete años, era ya un gran actor que llevaba las tablas en la sangre. Sus intervenciones eran lo mejor de las actuaciones familiares. El empresario del Teatro de la Comedia, cuya orquesta dirigía José Padilla, contrató al niño como primer actor cómico y ahí comenzó el ascenso a la fama de Narcisín, como se le llamo durante varios años.

Para él escribieron los libretistas revistas a las que puso música Padilla. Una de las primeras, El Príncipe Cañamón, llevaba letra de Venancio Serrano Clavero, siendo estrenada en dicho teatro el 16 de diciembre de 1919. Subtitulada como “Viaje pintoresco a España”, se trataba de una “revista en un acto y cinco cuadros” que al ser presentada en España, a finales de 1923, se anunciaría como “revista de gran espectáculo”. Así pues, hay que apuntar también al grandísimo actor Narciso Ibáñez Menta en el balance de éxitos acumulados por Serrano Clavero en Argentina (Restelli, 2011, p. 153):
Además de anunciar por cartelera el estreno de El caso es pasar el rato, donde actuaba el matrimonio Ibáñez, entre otros, en “El Diario” del 1° de diciembre se lee:
–“El señor Serrano Clavero ha entregado a la Comedia una obrita titulada ‘El principe Cañamón’, música del maestro Padilla, que tendrá por intérprete del papel principal al niño Ibáñez”. (“El Diario”, 01/12/1919, p. 8).
Sobre la relación entre Padilla y Serrano Clavero puede verse, en esta misma web, el artículo Serrano Clavero y José Padilla, amigos y colaboradores en Buenos Aires: https://cronicasderequena.es/serrano-clavero-y-jose-padilla-amigos-y-colaboradores-en-buenos-aires/.
La biógrafa de Narciso Ibáñez Menta, Beatriz Restelli, cita también en su libro (2011, p. 169) la colaboración de Serrano Clavero con el que, por entonces, era uno de los directores de la compañía en que estaba la familia Ibáñez: Miguel Ligero, el gran cómico madrileño (1890-1968), rescatando una interesante crónica periodística:
También se anunciaba el beneficio de Ligero para el día siguiente. Otro periódico así lo presentaba:
“Comedia
Uno de los directores de esta compañía, don Miguel Ligero, celebra hoy su función de honor y beneficio. Si a las simpatías con que cuenta se unen los prestigios que ha conquistado como actor, bien se puede imaginar el éxito que habrá de obtener su “serata d’onore”. Se ha preparado el siguiente programa:
Sección vermouth: ‘El día de Reyes’ y estreno del monólogo escrito expresamente para el beneficiado, por V. Serrano Clavero: ‘Despedida de soltero’. Segunda sección ‘El príncipe Cañamón’, tercera, reprise de la zarzuela de Arniches y Serrano ‘La noche de Reyes’ y cuarta, estreno del sainete ‘Concha la Lamparillera’ o ‘¿Felipe, que las das?’, original de Torres del Álamo y de Asenjo estrenado recientemente en Madrid con gran éxito”.
(“La Argentina”, Crónica y crítica teatral, 02/01/1920, p. 5).
Los últimos años de Venancio Serrano en Argentina no son pródigos en teatro, al menos por las noticias con que contamos. Es muy posible que su nueva condición de director del semanario El Correo de España, desde 1919, adscrito a El Diario Español, le absorbiera mucho de su tiempo. Sin embargo el gusanillo de la escena no se podía olvidar así como así.
El problema que surge al consultar al que fuera nuestro maestro y amigo, Rafael Bernabeu, es que a la hora de datar las obras dramáticas y líricas de Serrano Clavero, no cita sus fuentes ni si, en el momento de la edición, disponía de ejemplares de todas las obras mencionadas.
Pero incluso en ocasiones, al consultar las fuentes primarias, es decir: las obras editadas y localizadas, hay fechas que siguen ofreciendo dudas.
Es el caso de la zarzuela El dolor de una dolora, denominada como “ofrenda lírica en un acto y tres cuadros”, con libreto del poeta y música del compositor Egidio Paz Hermo (Póvoa, Coruña, 1863 – Buenos Aires, 1933). El maestro Bernabeu la data como impresa en 1910, pero la edición de que disponemos, está editada en el nº 3 de la revista teatral bonaerense Comedia, con fecha 25-IX-1921. El personaje principal es Rosa y la cantante a que se dedica este número es la soprano de ascendencia judía Rosa Raisa (Polonia, 1893 – Los Ángeles, 1963), famosa por haber estrenado Turandot, de Puccini, en la Scala de Milán, en 1926. Raisa fue muchas veces aplaudida en el Teatro Colón, de Buenos Aires, donde contaba con muchos admiradores.
Rosa Raisa contaba diecisiete años en 1910 y su debut se produjo en Parma en 1913, llegando al Colón de Buenos Aires en 1915, junto a Enrico Caruso, para cantar, entre otras, Francesca de Rímini y Aída. Así pues, me inclino por aceptar como más lógico 1921 como año del estreno de El dolor de una dolora, aunque no se indique expresamente la fecha en el libreto editado. De él es la fotografía que encabeza este artículo.
Serrano Clavero fue un viajero impenitente. Bernabeu nos los presenta ahora en Tucumán, ahora en Mendoza… A más de 1.000 kilómetros de Buenos Aires, la primera, y a casi 1.000 la segunda. Poco antes de este posible estreno citado, el 13 de septiembre de 1921, se estrenaba en Mendoza un “monólogo patriótico” titulado La cantinera del regimiento, “escrito expresamente para el festival a beneficio de los soldados de Marruecos, organizado por las Sociedades Españolas de Mendoza. La interpretación estuvo a cargo de la actriz Concepción Olona, quien años después sería pionera del teatro radiofónico en Argentina. Esta descripción confirma que el tema de la guerra española en África ya estaba presente entre la colonia española en Argentina en esas fechas, preocupando a Serrano Clavero en las páginas de sus periódicos.
No es extraño que dos años más tarde fuera él, precisamente, el elegido para viajar a España con una corona de flores a los héroes de Monte Arruit. En la situación espacio-temporal de la obra si indica: “La decoración representa el exterior de un fuerte en la zona de Melilla”.
Fechado en 28 de diciembre de 1921, el Archivo Municipal de Requena conserva un entremés titulado Se precisa una novia. El libreto está mecanografiado con notas manuscritas y ofrece como autores a V. Serrano Clavero y O. Narres, indicando que se trata de una colaboración. “O. Narres” es “Serrano” al revés y en el reparto aparece el nombre de Américo como uno de los actores principales, utilizando además su propio nombre. Américo era el cuarto hijo varón del poeta. En portada y primeras hojas podemos ver que la obrita se escribió para la “Barra Filosófica”, de seguro algún club o grupo cultural en el que participaba Américo, y que había sido “estrenado un festival realizado en los salones del Círculo de Aragón”. Se trata de una simpática comedia protagonizada por un apuesto joven bonaerense y una criada española a la que se cita como “La Galleguita”, interpretada por Anita Ruiz Moreno. Esta obrita permanece inédita en el Archivo.
Serrano Calvero regresaba a España a finales de 1923, sin saber que no volvería a pisar tierra argentina ni a ver a sus seres queridos. Los últimos años en Requena y Valencia no fueron creativos en cuanto a teatro, pero quedan varias matizaciones que hacer en este terreno.
Resulta singular que la compañía de Narciso Ibáñez Menta llegara a España, para una larga gira, poco antes de hacerlo Venancio Serrano Clavero y por el mismo puerto: Vigo. El poeta acompañaría a la troupe en algunos de sus escenarios, en especial en su visita a tierras valencianas.
La Correspondencia de España (Madrid), 31-XII-1923
LA TOURNEE DE NARCISÍN
Ha debutado con éxito grandísimo en el Tamberlick de Vigo la compañía hispano-argentina de Narcisín, que en este teatro hará la temporada de Pascuas hasta Reyes.
La Empresa Fraga ha ampliado el contrato al notabilísimo artista hasta el 13 de abril. Después actuará en Andalucía, donde debutará el Sábado de Gloria, regresando más tarde a Madrid para volver a presentarse ante este público con nuevas obras y en un escenario de importancia.
Los últimos estrenos que la compañía Narcisín anuncia son éstos: ¡Meu fillo!, la revista de gran espectáculo El príncipe Cañamón, una obra de Dicenta y Paso (hijo), Ninchi films o los sueños… sueños son, de Eduardo Portillo y F. Perdiguero y una adaptación de Pepe Casado.
Uno de los empeños más firmes de Serrano Clavero, una vez en Valencia, fue estrenar la nueva versión de la zarzuela Cañas y Barro, con la música de Mariano Pérez Sánchez. Uno de los coliseos más importantes de la capital del Turia en aquel momento era el Teatro Ruzafa, donde habían triunfado antes Chapí y Serrano. El 25 de octubre de 1924, la compañía lírica de Luis Bori comenzaba los ensayos en el escenario del Ruzafa. La prensa señalaba cómo se estaban pintando los telones, donde destacaba una bellísima vista del lago de la Albufera, obra de los artistas Sanchis y Paula.

El 31 de octubre, a las nueve y cuarenta y cinco minutos de la noche, Cañas y Barro levantaba el telón en la primera de sus diecinueve representaciones, con un lleno hasta arriba en el que destacaban los muchos requenenses que se habían desplazado a Valencia a tal efecto, como más tarde relataría con detalle Nicolás Agut en La Voz de Requena. La prensa no fue unánime en sus críticas y hubo alguna voz discordante, sobre todo en cuanto al tema de la zarzuela, tan dramático y realista para lo que el público zarzuelero estaba acostumbrado.
La prensa de la capital relataba el estreno
El Pueblo (Valencia, 1-XI-1924)
TEATRO RUZAFA
«CAÑAS Y BARRO»
Venancio Serrano Clavero ha querido honrar la memoria del maestro, adaptando a la escena una de sus novelas más genuinamente valencianas. Noble empeño, tan elevado como de difícil ejecución, cuando no se poseen dotes de dramaturgo y poeta a propósito para ofrecer en bella síntesis una impresión adecuada del libro, todo acción y pintura del ambiente. El antiguo redactor de El Pueblo ha conseguido el fin propuesto, en forma precisa y gallarda seleccionando lo más saliente de la obra original, así en las narraciones como en los diálogos, que tanto como el fondo constituyen el mayor encanto en la producción regional de Blasco Ibáñez.
De los cuatro cuadros de que consta la zarzuela «Cañas y Barro», los dos primeros están dedicados a la exhibición de personajes, los fundamentales, del drama como los meramente episódicos; al desarrollo de la obra, choque de pasiones y escenas pintorescas; es el tercero una simple preparación del final y el último sirve para ofrecer, fuertemente acusada, la nota trágica: el parricidio cometido por Tonet y el suicidio de éste.
Creemos ocioso consignar que Serrano Clavero ha sabido aprovechar las escenas de mayor relieve para exteriorizar la psicología de los personajes, siendo acaso los mejor tratados por el adaptador los de Neleta y el Tío Paloma, particularmente los rasgos característicos de Tonet, por lo mismo que en su breve actuación aparece dibujada con toda su fiereza y perversidad. Y, avalora más el ímprobo trabajo que se impuso el dramaturgo, el llevar a la escena y moverlo con éxito un tipo singular como el Sangonera, tan profunda y sabiamente estudiado por el ilustre crítico «Andrenio».
En suma, triunfó Serrano Clavero en su empeño y de ello es prueba los aplausos clamorosos que le tributaron, las repetidas llamadas al proscenio y el homenaje cariñoso, entusiasta que le fue rendido al final de la obra.
Justamente participó del éxito, porque a él contribuyó de manera eficaz, el compositor Mariano Pérez, aplicando al libro una música adecuada, en la que sobresalen un hermoso intermedio entre descriptivo y sinfónico, que fue repetido tras unánime ovación y el brioso dúo de Tonet y la Borda, acogido así mismo con aplausos.
Venancio Serrano Clavero y Mariano Pérez salieron reiteradas veces a escena, siendo vitoreados y aclamados por el teatro en masa, lleno hasta los topes y con nutridísima representación de la ciudad de Requena; los vivas a Blasco Ibáñez y a la liberal ciudad, patria chica de los autores, confundíanse con las salvas de aplausos. Un éxito magnífico, que hizo evocar la personalidad del gran novelista valenciano y asomar el llanto a muchos ojos.
La interpretación solo elogios merece, advirtiéndose desde luego la mano experta de Luis Bori que ha dirigido amorosamente la nueva obra.
Sara Fenor estuvo sencillamente admirable de gesto y de actitud en la Neleta, como también Lolita Bañuls, en la infortunada Borda. Pitarch, en el ingrato papel de Tonet; Lorenzo Sola, en el Tío Paloma -¡y cómo realzó la bella leyenda de la sierpe Sancha!-; Gadea, en el Sangonera; Moyano, en el Cañamel; Montó, en el padre Toni, y en fin, la señor Alcacer, en la Samaruca y Cervera en su doble papel, todos y cada uno contribuyeron al éxito de «Cañas y Barro», sin olvidar a los pintores escenógrafos señores Sanchis y Paula, que han pintado con perfecta visión de la realidad, un cuadro de la Albufera, en el crepúsculo y en día de tirada. Como los intérpretes y los autores fueron llamados a escena.
Serrano Clavero, obligado a dirigir la palabra al auditorio, lo hizo con frase elocuente, declinando el éxito y los aplausos en don Vicente Blasco Ibáñez, padre de la criatura. Elogió la labor de los artistas, desde el director señor Bori hasta el más modesto colaborador y dio las gracias al público, leyendo a continuación su inspirada poesía a la Huerta Valenciana, que produjo inusitado entusiasmo. También habló el autor de la música, muy emocionado, agradeciendo de corazón los aplausos.
La empresa de Ruzafa, que ha presentado a conciencia la obra, sin omitir gastos ni detalles, ha tenido un acierto más, presentando en escena «Cañas y Barro», que llevará mucho público al popular coliseo de la calle de Pí y Margall.
Ariñó.
Según la hija de Pérez Sánchez, Consuelo, las atenciones recibidas por Serrano Clavero fueron tales, dada su notoriedad en aquellos momentos, que el compositor se vio relegado a un segundo plano y las relaciones se enfriaron un poco. No debió llegar la sangre al río, puesto que un año después intentarían, sin lograrlo, estrenar otra de sus zarzuelas: El arte de cazar hembras.
Serrano Clavero y Pérez Sánchez consiguieron introducir esta zarzuela en el plan de estrenos del Teatro Princesa, de Valencia, en la temporada 1925-1926, cuya compañía dirigía el primer actor Daniel Alberich. Pero los autores vieron como la empresa trasladaba dicho estreno, en principio, para los primeros meses del año siguiente. Si llegó a plantearse una fecha concreta o no, creo que nunca lo sabremos, pues primero una gripe contraída por Serrano en un viaje a Madrid y más tarde, en abril, su inesperada muerte, truncaron toda posibilidad.
El Mercantil Valenciano, 31-XII-1925
TEATROS – PRINCESA
Teniendo en cuanta que la temporada actual terminará el día 10 de enero próximo, queda diferido para inauguración de la temporada de febrero, y por común acuerdo entre autores y empresa, el estreno del sainete madrileño “El arte de cazar hembras”, original de Serrano Clavero, con música del maestro don Mariano Pérez.
Hubo un último estreno zarzuelístico de Venancio Serrano Clavero en Valencia, pero fue post mortem. No debía tener muy buen concepto de las partituras que para sus libretos habían escrito los músicos en Argentina, pues no sólo Cañas y Barro, sino también Venganza, ya citada como estreno en
Buenos Aires con música de Casadó, volvió a entregarla el poeta a otro músico valenciano, esta vez el director de la Orquesta Sinfónica de Valencia, José Manuel Izquierdo Romeu, natural de Catarroja y gran amigo de otro músico requenense: Pedro Sosa López.

Con un nuevo título, Venganza de amor, la zarzuela de Serrano e Izquierdo se estrenó en el Teatro Ruzafa el 19 de noviembre de 1926, siete meses después de la muerte del libretista. Un año antes, al mismo tiempo que lo hacía con El arte de cazar hembras, Serrano Clavero había leído el libreto a los empresarios del Teatro Princesa y la prensa citaba ya a Izquierdo como compositor de la partitura.
La compañía titular del Ruzafa estaba dirigida por el famoso primer actor Anselmo Fernández, con Rafael Cabás y José Gómez como directores de orquesta. El estreno se había ido demorando día tras día, algo frecuente cuando se ensayaba una nueva obra a la vez que se cantaban las de repertorio. La noche del 19, en el turno de mayor audiencia, tuvo lugar dicho estreno. Entre las crónicas del día siguiente, una muy emotiva, firmada por O. Vega, es digna de destacar:
La Correspondencia de Valencia, 20-XI-1926
RUZAFA .- Venganza de Amor
No hace aún dos años, junto a la Fuente Chica de Caudete de las Fuentes, nos comíamos una paella Serrano Clavero, unos amigos de aquella tierra y yo. La charla entre los dos era interminable, no en balde habían transcurrido los veinte años de ausencia del poeta en tierra de América.
Vino la sobremesa y nuestra charla quedó interrumpida ante la presencia de bellas señoritas, simpáticas damiselas que desde Valencia, Requena y Utiel buscan en los pintorescos lugares de Caudete de las Fuentes el aroma de sus pinares y la frescura del agua que da el nombre al pueblo. ¿Mujeres y poeta? Para qué decirte, lector que bien pronto abanicos y hasta cuartillas que llevaba yo en el bolsillo quedaron llenas de madrigales. ¿Para nosotros no hay nada?, dijeron el cura, el médico y boticario. Un momento de duda del poeta, una indicación mía y como obra de encantamiento, llegó a las manos del poeta su poesía «La venganza», la más formidable obra suya, poema que un pariente suyo del pueblo guardaba en su casa…
¡Cómo leyó Serrano Clavero su poema. Atisbaba yo las caras de todos; ellas disimulaban la emoción, respirando el aroma de una flor o limpiando invisible partícula metida en los lindos ojos; ellos tosían, fumaban mirando al cielo como si fuera muy interesante, ver el desarrollo del espiral del humo…, y el éxito fue indiscutible. En nuestros corazones quedó grabada la versión que el autor dio a su poema “La Venganza”.
Al retirarnos por las calles del pueblo cogidos del brazo, reanudábamos la interrumpida charla.
-Hermoso poema para una obra teatral, ¿verdad Venancio?
-Es cierto, estos días cuando descanse en Requena…
En Requena descansa el poeta, pero es el sueño eterno.
* * * * * * * * * * *
Anoche se estrenó en Ruzafa una obra titulada “Venganza de amor”. Se trata, como habrá podido advertir el lector, del poema de Serrano Clavero. Manos piadosas, manos que saben respetar lo sagrado, ¿no es verdad, Anselmo Fernández?, acabaron de arreglar la obra y anoche el poema emocionó al público intensamente en Ruzafa como antaño, al lado de la Fuente Chica de Caudete de las Fuentes. Y es que es tan humano, están tan bien dibujados los personajes, sobresale la pasión en tan real forma, que el alma queda embargada de viva emoción.
Pero además del arreglador incógnito, para el público hay otro artista que desde el primer momento se identificó con el sabor del poema de Serrano Clavero. Enamorado de las situaciones, el maestro Izquierdo –que es ese artista que me refiero- puso su inspiración, que es mucha, y su habilidad técnica que es más, para formar una partitura fecunda en motivos inspirados y triunfó en toda línea.
Todos los números fueron objeto de ovaciones grandes y merecidas, la mayoría repetidos; lo hubieran sido todos, a no ser porque lo impiden las situaciones de la obra.
Poema y partitura lograron, pues, un éxito desde el primer instante, y al finalizar los cuadros y la obra se proclamó con entusiasmo el nombre de los autores.
La interpretación, acertadísima: Sélica Pérez Carpio, la Hernández, Pepita Alcacer, Lledó, Garriga, Rafaelito Díaz, etcétera, todos contribuyeron al éxito.
Anselmo Fernández dirigió maravillosamente el conjunto. Puso todo su entusiasmo en conseguir que la obra alcanzara el éxito rotundo que perseguía y lo consiguió, pues ni un lunar, ni un percance, nada, un éxito completo.
Y si como director tiene que apuntarse ese triunfo, no digamos nada como actor. Leyó la carta del poema con tal acierto, reflejó en los distintos momentos de la lectura la pasión, el odio y el cariño, que al terminar, una ovación grande, imponente, fue el premio a su labor de oro fino.
Enhorabuena a todos. Nosotros esperamos que el público demostrará su buen gusto aplaudiendo el poema de Serrano Clavero y tributando a su memoria una ovación cada noche que se represente.
¡No todo ha de ser “Las mujeres de Lacuesta”!.- O. Vega.
Una digna crónica para un feliz suceso que el poeta ya no pudo disfrutar. El cronista se equivoca al pensar que el arreglo del libreto es de otra persona. Nosotros sabemos que el texto era original del poeta y que ya había sido representado al otro lado del mar, pero el periodista lo ignoraba y así lo hace saber. La zarzuela estuvo un mes en cartel.
Entre los cantantes, casi unos paisanos del poeta. Por un lado la joven Sélica Pérez Carpio, una de las mejores cantantes de zarzuela del siglo XX, que por entonces contaba veintiséis años, nacida en Jarafuel. Por otro lado, Blas Lledó Masiá, hijo de requenenses, barítono que contaba entonces treinta años y que en 1917 había protagonizado el estreno de la ópera de Penella El Gato Montés. Su actuación fue destacada por el cronista de El Pueblo:
El Pueblo (Valencia), 20-XI-1926
Venganza de amor
… Para el barítono Blas Lledó fue una velada de prueba, ya que sobre él pesa la obra en la parte de canto. Buen actor y derrochando voz, hízose aplaudir en el dúo, en la romanza de la forja y en la canción patriótica, siendo llamado a escena.
Habríamos llegado al final de esta crónica teatral, pero los documentos y datos con los que se ha trabajado indican que se trata de una historia incompleta. Venancio Serrano Clavero escribió otras páginas para el teatro de las que no sabemos, por ahora, si llegaron a estrenarse o se quedaron en el cajón.
Entre las obras inéditas que se conservan en el Archivo Municipal de Requena, citemos:
Bandera azul y blanca, manuscrito, melodrama en dos actos de la que el autor indica: “adaptación de una obra de Julio Verne”[3]. En prosa.
El cantar del nido, mecanografiada, comedia en dos actos, con acción situada en Sevilla, fechada en 1917.
El testamento robado, manuscrita, comedia policial en cuatro cuadros, “original del célebre Hipotino” (seudónimo de Serrano Clavero), protagonizada por Sherlock Holmes. Se trata de un boceto incompleto.
Este mundo es un fandango, mecanografiada, zarzuela cómica situada en un convento de monjes. Existe un manuscrito de esta zarzuela, sin título, con texto casi idéntico.
Isabel de Castilla, monólogo, texto incluido como poema final en el libro Rosal de España, sin indicación de fecha y lugar de estreno. Lo más probable es que sea el mismo monólogo estrenado por Ana Adamuz, en 1916, con el título de Isabel la Católica.
La leyenda de Rubí, manuscrito incompleto de una zarzuela.
La voz de ultratumba o La sobrina de su tío, manuscrito de comedia, fechado en 20-VII-1921 y con el elenco actoral nominado, lo que hace suponer que llegara a ser estrenada, aunque no se ofrecen datos al respecto en el libreto.
Los gemelos de la Pechera, notas manuscritas para una comedia. Cinco hojas con anotaciones de ideas y personajes, sin desarrollo.
(Sin título), manuscrito, monólogo sobre la tradición y el amor, sin indicaciones sobre posible estreno.
En su libro Requena Teatral, Rafael Muñoz (2007, p. 116-120) incluye algunos títulos más, pendientes de localizar:
La Catedral, dramatización de la novela de Blasco Ibáñez, en colaboración con el escritor José Jerique.
Los leones de España; Instituto Nacional; El reloj de la vida; Los dos osos.
Como ya he comentado en este y otros artículos, el tiempo juega a nuestro favor en cuanto a la recuperación de las obras de Serrano Clavero. Cada día son más las hemerotecas y bibliotecas, tanto públicas como privadas, que ponen sus fondos digitalizados a disposición de la comunidad investigadora y cada vez que entramos a buscar datos sobre el poeta, aparece algo nuevo, por pequeño que sea.
He dejado un pequeño tema en el tintero, que bien podría incluirse en este artículo, el cine. Su relación con el séptimo arte, como guionista y como director, tiene todavía mucho que investigar y de lo poco que sabemos hasta ahora, remito a los lectores al artículo El primer cineasta requenense: Venancio Serrano Clavero, en esta misma web de Crónicas Históricas de Requena.
BIBLIOGRAFÍA
BERNABEU LÓPEZ, Rafael. Serrano Clavero, cantor de la raza. Rosal de España. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1986.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial. “Amparo Guillén, ficha biográfica”, en Crónicas Históricas de Requena, revista virtual: https://cronicasderequena.es/guillen-minguet-amparo/, consultado 19-IV-2020.
GARCÍA BALLESTEROS, Marcial. Mariano Pérez Sánchez, 80 años de música requenense. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1996.
MONTERO PADILLA, Eugenia. José Padilla, la pasión de la música. Madrid, Ediciones La Librería, 2015.
MUÑOZ GARCÍA, Rafael. Requena Teatral. Valencia, Bernia Edicions, 2007.
RESTELLI, Gabriela Beatriz. Narciso Ibáñez Menta: de “niño Ibáñez” a “pibe Narcisín”, Volumen 1 de Narciso Ibáñez Menta, esencialmente un hombre de teatro. Buenos Aires, Editorial Dunken, 2011.
RIVELLES MAGALLÓ, Jaime. Amparo Guillén y su tiempo. Valencia, Establecimiento tipográfico de Manuel Plá, 1916.
Nada he podido averiguar sobre Luis Metón, salvo que su nombre aparece como director de orquesta en compañías españolas que actuaron en Argentina, como la de Casenave-Hernández, en 1927. Otro Luis Metón, es citado a mediados del siglo XIX como organista aragonés. Es muy posible que se trate del padre. ↑
Dolores Membrives Fernández (Buenos Aires, 1885-1969), fue una actriz de padres inmigrantes españoles, que comenzó como cantante para músicos como Enrique Granados y José Padilla y pasó, con los años, a actriz dramática. Trabajo mucho en España en sus años de madurez. Para ella escribieron papeles grandes autores como los hermanos Álvarez Quintero, Antonio y Manuel Machado o Jacinto Benavente. También colaboró e hizo giras con Federico García Lorca. ↑
La obra teatral adapta la obra de Jules Verne Ante la bandera, de 1896. Trata sobre un científico que crea una poderos arma: el fulgurador Roch, que bien podría ser un anticipo profético de la bomba atómica. ↑